-¿Y Adrienna?. -pregunta Amedeo.

-Hablando con Jason y Stefano. -nos contesta y pasa por al lado con una cara no muy linda.

-Creo que Adrienna no se lo tomó bien. -le susurró al oído a mi gemelo.

-Creo que no. -me contesta de la misma forma que yo.

Con mi hermano decidimos ir a la oficina. Obviamente tocamos la puerta, nuestra hermana odia que entremos sin tocar. Decimos nuestros nombres cuando escuchamos que nos preguntaba quiénes éramos y ahí sí nos deja pasar. Al entrar vemos a Stefano y Jason sentados y a mi hermana parada mirándolos con una cara de pocos amigos. Si antes estaba confundido imagínense ahora.

-¿Qué sucede?. -me atrevo a preguntar.

-Apostaron otra vez por mí. -contesta mi hermana con una sonrisa falsa.

Miro a Jason frunciendo el ceño y él agacha la mirada. ¿Dónde quedó el Jason caballeroso?, idiota. De Stefano me lo esperaba pero de Jason ni loco.

-¿Qué apostaron ahora?. -pregunta Amedeo.

-No van a querer saber. -contesta Adrienna suspirando.

Aprieto mi mandíbula y cierro mis manos en puños instantáneamente. No me imagino que hayan apostado por algo lindo.

-¿Qué apostaron?. -pregunto colocándome al lado de mi hermana. Amedeo se coloca a su otro costado.

Ninguno de los dos contesta solo mantienen su mirada en sus manos. Mi gemelo golpea el escritorio y se inclina hacia adelante mirándolos fijo.

-Les hicieron una pregunta. -dice entre dientes.

-El que gana se acuesta conmigo y me tiene para él por veinticuatro horas. -contesta Adrienna al ver que ni Jason ni Stefano iban a hablar.

Eso me cae como balde de agua fría. Quedo en shock procesando lo que acaba de decir mi hermana.

-¿Acaban de apostar con Adrienna como si fuera un objeto?. -pregunta notablemente enojado mi gemelo.

Los miro con odio. Hoy iba bien el día hasta que los idiotas que viven dentro de esta casa decidieron arruinármelo. Stefano con su mera presencia me arruina el día.

-Esta noche van a pelear pero sólo voy a aceptar la primer apuesta, ¿entendido?. -digo con un tono tranquilo mientras repito una y otra vez en mi cabeza que no los puedo matar.

-El idiota que pierda esta noche va a pelear con nosotros dos. -dice Amedeo. -Sin reglas.

Sonrío. Bien pensado hermano.
Los quedo mirando por un tiempo, ¿tan estúpido puede ser alguien para apostar así con una mujer? que poco hombres que son.

-Fuera los dos y hoy mátense si pueden. -digo serio.

Stefano y Jason se paran; este último nos mira pidiendo disculpas pero mi hermana mira para otro lado y aprieta la mandíbula. Le dolió.

-Vos no te vas, Jason. -ordeno. -Sentate.

El susodicho suspira y se vuelve a sentar mientras el idiota número dos sale por la puerta cerrándola detrás de él.
Mi hermano le dice algo a Adrienna y esta niega. Amedeo me mira y asiente.
Hago sonar mi cuello, me saco mi campera y la cuelgo en el respaldo de la silla. Al darme vuelta le pego un puñetazo a Jason tan fuerte que lo tiré de la silla.
Adrienna se tensa y sus nudillos se ponen blancos por lo fuerte que está agarrando la madera del mueble detrás de su escritorio. Odia ver que le peguen a Jason.

-¡Te creía capaz de todo menos de apostar con mi hermana de esa manera!. -le grito.

-Hoy gana porque te juro que si te toca pelear con nosotros no la vas a contar, Jason. -dice Amedeo serio.

Gangardi 2 se levanta de a poco y se limpia la sangre que le sale del labio. Mira a mi hermana por unos segundos y luego nos mira a nosotros dos. Asiente, termina de levantarse, se sacude y se va de acá adentro.
Adrienna suspira y se relaja. Paso un brazo por arriba de sus hombros y la atraigo hacia mí.

-Perdón, princesa, pero no lo iba a dejar irse sin ningún rasguño. -digo y le beso la sien.

Ella suelta una risita y asiente levemente.
Sabemos que le dolió demasiado que Jason haya apostado con ella de esa manera. Lo ama demasiado. Antes negaba todo sentimiento lindo hacia él, era todo odio y repulsión; ahora, admite lo que siente por él. Pero con esto, no sé hasta cuando va a seguir admitiéndolo.

-Anda a bañarte y cambiarte bien elegante así vamos a la pelea. -dice sonriendo Amedeo.

Adrienna sonríe asiente y se va. Cuando cierra la puerta mi sonrisa se desvanece y suspiro profundamente.

-Jason es un idiota pero ella lo ama. -dice mi gemelo. Asiento.

-Que decepción me lleve por parte de él. -digo sirviéndome whisky en un vaso. -Ya que siempre nos recuerda que Adrienna es el amor de su vida y nunca la dañaría más de lo que ya lo hizo.

-Esas son puras palabras sin significado. ¡Mira ahora!. -exclama. -Los hechos hablan por sí solos.

-Tenes razón. -admito y tomo un poco de mi vaso.

Nos quedamos en silencio por unos minutos. Los mismos en los que me puse a pensar de todo lo que pasó desde que Adrienna conoció a Jason. Si no se hubiesen encontrado o presentado de vuelta todo esto no estaría pasando. Y sí, de vuelta, porque mis padres con los de Jason y James eran muy unidos hasta que se distanciaron por la mafia. Nosotros tres con los tres hermanos Gangardi éramos muy unidos, Adrienna no se acuerda pero nosotros sí.
Dejo el vaso sobre el escritorio bruscamente, me levanto y salgo de la oficina anunciándole a mi hermano que iba a mi habitación a bañarme para ver si me calmaba un poco.

Maldigo el día en el que Jason Gangardi entró en la vida de mi hermana.

Adrienna. ©   (2º libro) - Editando. Where stories live. Discover now