Capítulo 8. La decisión de Lena

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— Entonces, ¿en la lista decía algo de la naturaleza de cada uno? Humano, Ángel Negro, Licántropo, Vampiro u otra cosa —le indagó Newén a Valquiria quien solo había tomado nota mental de de la lista en la casa de su abuela.

— No, solo indica que Mourinho es humano —respondió teniendo la necesidad de otra taza de café.

Ya había perdido la cuenta de cuánto café iba tomando. Estaba nerviosa y ya que no podía hacer otra cosa para canalizar todo, lo hacía tomando café.

— ¿Qué es un ángel negro? —la voz curiosa de Lena los interrumpió. Los tres se miraron en una silente sorpresa; era primer indicio de interés que mostraba por ese mundo en todo el tiempo que llevaba junto a ellos.

— Es sinónimo de ángel caído. Cuando el primer caído se reveló y se fue del reino de los cielos, fue seguido por varios ángeles. A partir de ese momento son llamados ángeles caídos, negros o demonios principales —le explicó Valquiria. Notó cierto encantamiento de Lena por esos temas y sintió un poco de tranquilidad. Por lo menos lo estaba intentando— Exceptuando los demonios principales, los demás no son ángeles. Se trata de criaturas amorfas engendradas por el mal o por un ángel negro. No piensan, solo siguen sus impulsos más primitivos, completamente extasiados —agregó.

— ¿Y un vampiro? —preguntó nuevamente; sus ojos estaban completamente enfocados en Newén.

— Los orígenes de los vampiros se remontan a milenios y milenios atrás, casi con el momento en que se creó al hombre. Se trataban de humanos que habían sido infectados por demonios o aquellos que habían sido tentado por el lado oscuro y habían vendido su alma. A partir de allí se fue extendiendo su existencia por medio del mordisco y la sangre del mismo vampiro —respondió.

— Y los licántropos, hay de varios tipos. Aquellos que fueron creados por el mal y los creados por el bien. Los licántropos malignos, la mayoría eran animales infectados, otros eran humanos que habían sido mordidos por eso animales o sino que habían sido modificados por brujos y otros seres que simpatizaban con el primer caído. Otros licántropos tiene orígenes celestiales, Dios creó seres que fueran capaces de ayudar al ejército celestial en la tierra. Entre ellos a los licántropos, quienes poseían el espíritu libre y noble, además de la fortaleza de los lobos —murmuró Leonardo sombrío.

— Así como existen estos seres hay muchos más, pero es difícil llegar a conocer a todos —comentó Valquiria mirando fijamente a Lena, quien se veía pensativa. Quizás intenta incorporar toda esa información, se dijo Valquiria para sí misma.

Habían terminado de almorzar cuando Valquiria, Leonardo y Newén se reunieron alrededor de la mesada. Ellos conversaban mientras limpiaban y acomodaban todo.

— Ella parece entusiasmada —susurró despacio Leonardo a Valquiria. Ella sutilmente miró hacia atrás donde no se veía rastros de su hermana.

— Solo hay que darle más tiempo —dijo Newén, pero Valquiria dudaba si había tiempo para esperar.

— ¿Y...cuando se supone que partimos? —preguntó Leonardo. Los tres se miraron como si estuviesen formando parte de una conferencia mentalmente. Newén torció el gesto mientras Valquiria se volvió pensativa.

— Podríamos dejarla en... —Valquiria quería decir pero no podía seguir hablando.

— Donde este corre peligro —murmuró Leonardo cruzando miradas con Newén.

— ¿Pero qué podemos hacer? —preguntó este.

— ¿Se trata de mí, no es cierto? —la voz de Lena tras sus espaldas rompió el ambiente entre ellos.

Los tres se giraron hacia ella, quien se veía con una segura timidez. Ninguno respondió.

—Quiero ir con ustedes. Si esto es un asunto familiar creo que me concierne —dijo con firmeza. Valquiria sintió alivio y sorpresa ante una Lena que desconocía, fuerte y segura.

Legado I: Herederos de Sangre © [Finalizada]Where stories live. Discover now