Capítulo 21. Los Herederos del Príncipe

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No hay fuerza más poderosa que la sangre, porque lo lazos que ella crea son inquebrantables. Las palabras de su mentor recorrían su inconsciente dolorosamente. Después de todo ya no sentía enojo, melancolía o miedo. Tan solo quería saber la verdad fuera la que fuera; poco importaba si descendía de una bastardo celestial o uno infernal. A su alrededor todo giraba frenéticamente y en el caos mental solo podía encontrarse con la mirada de Norbert. Ambos habían perdido a sus padres por la sangre. Ella percibía borrosamente a los demás; Newén se veía hablando con Caleb, Joshua la observaba como siempre lo hacía y Leonardo intentaba hacerla volver a la normalidad sin resultados. De pronto, Norbert comenzó a caminar y Valquiria no dudó en seguirlo en dirección a las profundidades de las catacumbas. A través de la opacidad miraba hacia la lejanía en todas las direcciones en busca de algo que les diera respuestas y no más preguntas.

— Espera, se van a terminar perdiendo —dijo Joshua interponiéndose en el camino de ella.

Valquiria dudó y escuchó en ruido gutural desde el interior de Norbert. Él gruñía como un animal, con su vara apuntándole y con el cuerpo erguido; su aspecto y su comportamiento era digno de los Einarsen, quienes tenían a los jabalíes como animal heráldico.

— No te acerques mas porque termino con tu maldita existencia —murmuró en tono bajo. Joshua no lo miró ni le respondió pero se movió hacia atrás unos pasos.

— Los voy a guiar al lugar que quieren ir —indicó caminando unos pasos hasta girar hacia la izquierda para ingresar en una de las tantas galerías que desembocaban allí. Valquiria y Norbert cruzaron miradas antes de seguirlo.

Recorrieron los minúsculos caminos que rodeaban las sepulturas para detenerse cuando Joshua llegó a una tumba custodiada por la estatua de un ángel con las alas extendidas sobre su propio cuerpo y con la cabeza agachada. La imagen en general transmitía dolor y solemnidad. Joshua se adelantó para correr la estatua con un simple movimiento, mostrando un par de compuerta a sus pies. Valquiria levantó la vista hacia él con expresión dudosa.

— Aquí dentro, descansan los restos de los primeros Engelson —murmuró. Ella sintió un golpe de adrenalina que se envió bruscamente a través de su cuerpo. Sus ojos se agrandaron y buscó la aprobación en su primo que respondió acercándose a las compuertas para abrirlas.

Trataba de una escalera de caracol antaña. El lugar era angosto, húmedo y rodeado de plantas y hojas que se extendían a lo largo de las paredes. Joshua fue el primero en ingresar. Luego fue el turno de Valquiria que no descendió hasta tener la seguridad de que los demás estaban junto a ellos.

A medida descendían la oscuridad se volvía más absoluta y el silencio era más desesperante. La escalera se terminó y Valquiria no supo qué hacer. Sus ojos veían a través de la oscuridad pero tenía la necesidad de ver con más claridad. Un estremecimiento la recorrió, ante el tacto helado de Joshua, que la hizo erizar. No te asustes, no te haré nada; escuchó pero ella sentía que era tarde. Él ya había hecho más de lo que hubiese querido y en ese momento ella lo estaba padeciendo. Sacó su mano con brusquedad y se alejó de él. El sonido de un chasquido trajo consigo luz a través de grandes piras de fuego. Ella sabía que había sido Caleb, lo que significaba que estaban todos ahí, pero no se animaba a mirarlo a los ojos después de todo.

Con la luz pudo divisar los antiguos esqueletos reposados en los huecos de las paredes. Ella no podía determinar un número pero eran cientos de esqueletos, todos ubicados en las paredes del corto pasillo. Sin dudarlo comenzó a caminar, prestando atención en el techo donde estaban dibujadas hojas que se agrupaban en ramas que dirigían hacia la dirección en que Valquiria se movía. Las ramas comenzaban a unirse en ramas más gruesas hasta transformarse en troncos y finalmente formar lo que era un gran árbol que se dibujaba contra la pared final. Sus ojos pasaron del gran árbol a la tumba frente a ella, que no estaba dentro de las paredes sino en medio de un altar. Rodeada de piedra esculpida con símbolos que ella intentaba descifrar.

Legado I: Herederos de Sangre © [Finalizada]Where stories live. Discover now