Capítulo 16. El vikingo

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— Supongo que no queda más por hacer acá —retumbó la voz profunda y armoniosa de Joshua por toda la cámara.

Valquiria suspiró. Llevaba un buen rato, sentada, mirando la pintura de los primeros Von Engels y pensando en el pasado. Un pasado que deseaba conocer más que cualquier otra cosa.

— Solo he conseguido una dirección —murmuró pensativa. Tenía el pelo recogido, vestía un jean y camiseta, y sus ojos se veían oscuros.

— No has tenido solo eso. Revisaste todo este lugar de pies a cabezas y conociste la historia de los primeros Engelson; has encontrado en este lugar más de lo que esperabas —dijo él.

Ella se giró hacia su dirección, quien estaba solo, de pie, y observándola como si pudiese ver a través de ella. Y eso era lo que más detestaba de él, que la conociera tan bien. Joshua tenía razón, en Alemania había encontrado más de lo que pensaba pero no iba a admitirlo.

— ¿Se puede saber que haces acá? Ya debe estar amaneciendo —preguntó toscamente. Él sonrió acomodando su sacó gris oscuro, y se sentó a su lado; siempre elegante y atractivo.

— Solo quería saber cómo estabas —susurró con los ojos en sus manos. Valquiria lo miró con cinismo y sonrió.

— A veces eres muy patético —exclamó entre risas, lo que hizo que él la mirara fijamente— ¿Creíste que me tendrías llorando o revolcándome en la melancolía por Viveka? —preguntó.

Valquiria vio como sus ojos brillaban con una fuerza oscura y peligrosa, y una mueca se formó en su rostro. Ligeramente llevó su mano hacia su cara. Rozando con suavidad el contorno de su rostro, descendió a través de sus pómulos hasta su mentón.

— Conmigo no tienes que actuar. Sé que pese a esa coraza de acero hay alguien frágil en el interior —indicó fríamente. Valquiria estaba inexpresiva con los ojos como nubarrones. Ella se movió hacia él, algo que Joshua no se lo esperó, estaba a punto de rozar sus labios con los de él cuando siguió hacia su oído.

— No hables de mi como si me conocieras completamente, porque no lo haces —susurró entre dientes, conteniendo la furia. Él solo se limitó a reír con diversión— Y por cierto, está a punto de salir el sol. No querrás debilitarte estando yo cerca —dijo finalmente alejándose de él para ponerse de pie e irse a través de la galería.

Joshua la siguió con mirada reflexiva y esa mueca sonriente que siempre poseía. El sonido de los pasos hacía eco en la galería. Iba a mitad de camino cuando la puerta se abrió repentinamente y Augusta apareció en la penumbra.

— Acá estas, te he estado buscando por todos lados —indicó acercándose a ella— ¿Qué hacías en la cámara sola? —preguntó.

Valquiria observó brevemente hacia atrás, hacia el sillón donde hacia segundos se encontraba ella con Joshua pero ahora no había ninguno de los dos.

— Matar el tiempo —respondió volviendo hacia su abuela— ¿Qué querías? —le preguntó.

— Hacer una sugerencia antes de que vayamos hacia la dirección que encontraste —le dijo. Ella levantó una ceja exceptiva ante la expresión "vayamos".

— ¿Sugerencia o mandato? —inquirió y Augusta hizo su mirada amenazante que a Valquiria no le producía nada.

— Antes necesitamos hacer una parada, esto es un tema que no nos concierne solo a nosotras —dijo sin más preámbulos. ¿Solo a nosotras?; pensó tomando una pose altanera.

— Ya sé a dónde va esto —murmuró dándose cuenta de la dirección que tomaba la conversación— Y mi respuesta es no. No vive lejos de ti para que lo busques por cualquier cosa —indicó autoritariamente.

Legado I: Herederos de Sangre © [Finalizada]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang