49. Chico malo

2.3K 287 289
                                    

No puedo evitar la sonrisa que se forma lentamente en mi rostro por ver a Harry después de todos estos años.

Se dejó crecer el pelo como siempre lo había deseado, sus rizos castaños llegaban hasta sus anchos hombros que ahora lucían más anchos que cuando teníamos veintitantos años.

Su mandíbula era más afilada, si acaso eso fuera posible, la mirada juvenil en su cara ahora desaparecida fue reemplazada por la cara de un hombre que nunca llegué a conocer mientras dejaba que mis ojos se fijaran en la pequeña barba que crecía en su barbilla.

Sin embargo, dos cosas que no cambiaron después de todo este tiempo fueron sus brillantes ojos verdes que aún tenían ese mismo brillo travieso en ellos junto con su encantadora sonrisa con hoyuelos.

"Ustedes se han mirado el uno al otro por un minuto. Pelota, por favor". El niño espetó y me hizo sacudir la cabeza, tratando de apartarme de la mirada de Harry mientras él hacía lo mismo antes de que los dos murmuráramos "lo siento" y le devolviéramos la pelota al niño.

Miro hacia atrás a Harry, sorprendida de lo profunda que había sonado su voz y se encontró con mi mirada con una sonrisa.

"Por fin." El pequeño niño gime antes de rodar sus ojos y alejarse.

"Es bueno verte de nuevo también, Natalie". Harry finalmente habla, aclarando su garganta torpemente mientras se frota el antebrazo, su gran mano se arrastra hacia su muñeca, haciendo que mi mirada caiga sobre el tatuaje del nombre de Olivia en su muñeca.

Puse mis dedos en mi propio tatuaje también antes de tragar, enviándole una sonrisa temblorosa.

Después de que nuestra primera hija murió, desafortunadamente ya no era la misma, me quedé vacía y deprimida por mucho tiempo.

No hice más bromas, rara vez sonreía o reía como solía hacerlo.

Harry hizo todo lo posible por mantenerme feliz, y lo fui porque Harry era mi felicidad.

Pero cada vez que pensaba que estaba progresando, las pesadillas volvían, los ataques de pánico, simplemente todo era demasiado y yo solo empeoraba.

Harry estaba dispuesto a intentarlo de nuevo, estaba dispuesto a quedarse conmigo, a mi lado sin importar nada, pero, aun así, podía ver cómo lo estaba afectando.

Él era tan fuerte, solo tenía veintitrés años e intentaba mantenerse sereno por los dos después de la pérdida de su primogénita mientras aún me cuidaba en mi estado traumatizado.

Pude ver que lentamente lo estaba rompiendo.

Estaba demasiado asustada para volver a intentarlo, para darle más desilusión, más tristeza.

Fue una vez que me desperté en medio de la noche por otra pesadilla y usualmente Harry estaría a mi lado, sosteniéndome en sus brazos gentilmente, meciéndome para que volviera a dormir en su cálido abrazo, tarareando suavemente contra mi cabello.

Pero lo encontré al final de la cama, sentado en el colchón, con los codos en las rodillas y la cara enterrada en sus manos llorando en silencio por su cuenta.

Él Intentaba ser fuerte para los dos, pero aun así lo afectó también.

Él era amor, era mi hermoso chico con un corazón de oro y sabía que lo estaba drenando lentamente.

Sabía que se merecía a alguien que no padeciera una enfermedad mental, alguien que no fuera inestable y que pudiera darle los hijos y la familia que siempre quiso.

Así que, lo dejé.

Si iba a hundirme más profundamente en mi depresión, me negaba a llevarlo conmigo.

Cliché (COMPLETO) » En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora