31. Todo beso comienza con...

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AN: Ese comercial es tan malo que me hace llorar.

Cabaña mi maldito deseado trasero.

Harry y yo estábamos de pie, bajo la lluvia, delante de una mansión de madera , que se veía moderna pero hogareña a la vez, con grandes ventanas de cristal y de tres pisos.

Incluso había un jacuzzi en uno de los balcones.

Me habría encantado entrar sino fuera por del hecho de que habían unos pocos coches y furgonetas aparcadas frente a la cabaña, los cuales no pertenecían a Harry o a su pade, además de que el interior de la cabaña estaba completamente a oscuras.

"Los coches probablemente les pertenecen a algunos de los trabajadores, mi papá contrata a algunas empleadas domésticas para limpiar y darle mantenimiento a la cabaña todos los meses, estás siendo paranoica". Harry declaró impaciente mientras sosteníamos su chaqueta sobre nuestras cabezas para protegernos de la lluvia torrencial mientras yo seguía mirando hacia la casa.

"Eso es lo que todos dicen, probablemente es sólo el viento, probablemente es sólo mi imaginación y luego boom, un asesino psicópata sale y los apuñala ¿Por qué diablos está tan oscuro dentro, limpian en la oscuridad?" Caminé hacia delante frunciendo las cejas mientras miraba a la cabaña, haciendo que Harry rodara sus ojos hacia mí con molestia.

"Espera, si tu papá tiene gente aquí limpiando este lugar cada mes, ¿por qué te pidió que le llevaras los anillos?" Pregunté, volviéndome para darle una mirada a Harry mientras me enviaba una expresión aburrida.

"Porque soy el único en que confía y mi mamá que sabe la contraseña de la caja fuerte que mantiene esos anillos. Entonces ¿ya terminaste de jugar veinte preguntas bajo la lluvia? porque mi puto trasero se está congelando aquí afuera". Harry espetó mientras yo tragaba saliva y continuaba empuñando la tela de mi camiseta.

"Realmente tienes miedo de este tipo de cosas..." Harry dijo después de un tiempo, sus intensos ojos verdes recorriendo mi rígido cuerpo mientras yo asentía.

"Míralo de esta manera" Suspiró, su voz gentil y suave mientras sentía su aliento caliente sobre la piel de mi oído.

"Los vírgenes siempre son los que mueren o se sacrifican por su sangre en el final de películas de terror, así que yo soy el que está condenado aquí". Harry explicó, dándome un empujón con una pequeña sonrisa juguetona en su rostro mientras parpadeaba hacia él con sorpresa.

"Woah eso es cierto..." murmuré, riéndome de su intento de hacerme sentir mejor antes de que agarrase su mano libre y mirase de nuevo hacia la cabaña con determinación.

"Muy bien, hagamos esto blanquito."

Nos dirigimos hacia el interior, Harry abrió la gran puerta con una llave que sacó de su bolsillo antes de arrastrarnos dentro de la cabaña, quitándonos la chaqueta de la cabeza y arrojándola al suelo antes de que Harry cerrara la puerta detrás de nosotros.

Miré a mi alrededor con asombro, contemplando el gran candelabro de cristal que colgaba de los altos techos abovedados a las dos elegantes escaleras que nos aguardaban.

"Hm, parece que las luces no funcionan." Escuché a Harry comentar, haciéndome girar para encontrarlo jugando con un interruptor de luz en la pared, moviéndolo hacia arriba y hacia abajo inútilmente.

"Que se joda esta mierda, estoy fuera." Canté y corrí hacia la puerta antes de que Harry agarrase la parte trasera del dobladillo de mi camiseta, tirando de mí para evitar que pudiera llegar a la salida hasta que me encontré frente a su ancho pecho mientras envolvía un brazo alrededor de mí.

Cliché (COMPLETO) » En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora