PHOENIX ➢ Robb Stark

O C H O

  A este paso Sky podía decir que los enemigos que se había ganado por simplemente ser una Krane eran bastante, pero aún no sabían en donde se encontraba. Una Krane se puede reconocer desde lejos, era verdad, pero se encontraba todavía en el anonimato. Solo una persona sabía en donde estaban hermano y ella, y no la conocía. Pero ahí se encontraba, sujetando una carta anónima, a diferencia de la de su hermano, esta llego en un cuervo poco después de esa.

  Skylar suspiro, y miro a el chico de cabello rojizo enfrente de ella, su rostro estaba preocupado y miraba la carta que estaba en la mesa.

  —Es como sí te estuvieran amenazando —dijo él, a lo que Sky negó.

  —Me están amenazando —le corrigió cogiendo la carta y leyéndola una vez más—. Sé donde estás, así que cuidado con lo que haces —leyó tal y como estaba en el papel, para después ponerlo en la mesa otra vez—. Si es alguien del Rey estoy muerta.

  —No, mi señor padre no permitiría que te matasen, él es Mano del Rey —le dijo Robb intentando calmarla.

  —Mi padre también fue Mano del Rey, más bien, mis antepasados fueron Mano del Rey —empezó a decir Sky, mientras se acomodaba en la silla—, pero mi padre no freno que el Rey Aerys II cayera en la locura, tampoco impidió que matara a uno de sus hermanos. Y tu padre no impidió que Robert Baratheon matará a mi tío que solo quería la paz.

  La Krane se levantó del asiento y se le quedo mirando a Robb de manera dura, en su rostro no había una pizca de burla, o diversión. Él le sostuvo su mira, al igual que ella, pero aún así se notaba blando. 

  —En ese caso, no dejaría que te matarán —la voz de Robb era tan segura que Sky casi se lo creyó, pero al final negó con la cabeza.

  —No puedes poner en peligro a tus hermanos, ni a nadie, Robb.

  Dicho eso en el momento en que Sky iba a salir de la habitación, se abrió la puerta con rapidez dejando ver a el maestre Luwin, y tenía una sonrisa en su rostro, y lucia esperanzado.

  —Mi señor, Lady Skylar —saludo haciendo una reverencia corta—. He venido con buenas noticias.

  —¿Cuales son esas, maestre? —pregunto Robb atento, caminando hacía ellos.

  —Bran ha despertado —soltó con gran felicidad.

  Skylar abrió los ojos impresionada, y se giro a ver al ojiceleste, tenia una gran sonrisa, también parecía que iba a llorar por la felicidad, Robb no dudo en acercarse más a la puerta.

  —Gracias —le dijo al maestre, y salio corriendo afuera de la habitación.

  Una sonrisa se formo en el rostro de Skylar, vio al maestre para hacer un movimiento con la cabeza agradecida y salir de la habitación para seguir al chico a paso lento. Sumida en sus pensamientos, aún le daba la vuelta quién pudo ser el de la carta. Se imaginó que el hombre sin rostro que la visito, pudieron mandarlo a matarla, pero sabía que ellos cobraban muy caro, y aparte, ya estuviera muerta. Lo único en lo que estaba segura era que vigilaban sus pasos.

  Cuando llegó a la habitación de Bran la puerta estaba entreabierta y vio que Robb hablaba con el niño, así que no entro, más bien, se dio la vuelta y camino por los pasillos y escaleras buscando a Rickon, sabiendo que el niño querría ver a su hermano también. Cuando entro al patio lo vio jugando con su lobo Peludo. Ella dudo si acercarse, ya que el gran lobo negro de ojos verdes era una verdadera bestia, al contrario de Verano y Viento Gris que eran más tranquilos. Pero al final se acercó con cautela.

  «Solo espero que no me quite una mano —pensó—» cuando estuvo a unos pasos de Rickon se detuvo y le sonrío.

  —Rickon, tengo buenas noticias —le dijo Sky sonriente, el niño la miro curioso—. Bran, tu hermano, ha despertado.

  —¿En serio? —pregunto emocionado, y después salió corriendo adentró seguido de su lobo.

  Skylar se quedó allí, viendo el cielo, y entonces, el cielo se vio opaco por una mancha roja volando a gran velocidad. Ella sonrío sabiendo que era, se quedó esperando a que el ave descendiera, y cuando lo hizo estiró su brazo para que aterrizara en él.

  El fénix así lo hizo, enterró sus garras en la tela de la camisa que utilizaba. Skylar sintió como esas garras se enterraban levemente en su piel, pero no le dio importancia, no le dolía. Sombra se estiro completamente con una elegancia que solo tenía un fénix, cuando hizo eso algunas plumas brillaron un poco cómo sí pequeñas chispas de llamas salieran de ellas. 

  —Parece que hoy es un día espléndido —dijo mientras le acariciaba las plumas, sintió como estas le quemaban un poco—, bueno, sería completamente espléndido si no me quisieran matar.

  Sombra se quedó callado, y saltó al hombro de Sky quedándose ahí. La Krane empezó a caminar hacía donde había ido Rickon unos minutos antes, algunas personas se le quedaron viendo ya que Sombra estaba en sus hombros, otras empezaron a murmurar, era obvio que lo harían, entonces el rumor de que una chica con un Fénix en los hombros se encuentra en Invernalia correrá tan rápido hasta los oídos de todo Poniente. Claro, si ya no había pasado ya.

  Se detuvo al encontrarse con la habitación de Bran en donde estaban los tres hermanos juntos, el mayor giro la cabeza encontrándose con la chica de ojos dispares y sonrío para susurrar algo.

  —¿Es eso un fénix? —pregunto el niño que estaba en la cama tendido, su mirada era de fascinación y estaba clavada en el ave.

  —Si, lo es, joven señor —respondió con una leve sonrisa, y se acercó a la cama, entonces Sombra revoloteo hasta Bran quedando en su pecho.

  —Nunca había visto uno —dijo estirando la mano y acariciando las plumas del ave—. ¿Eres Skylar? Robb me acaba de contar de ti, dijo que eras una Krane, también que eras bel... —se quedó callado por la mirada que le dirigió el nombrado—, buena en la espada.

  «Buena en la espada» Skylar rió, y vio de reojo a Robb, quién estaba mirando mal a su hermano.

  —Pues, si, supongo que soy buena en la espada —se dio cuenta de algo raro que estaba haciendo Sombra, tenía el pico en la frente de Bran y lo picoteaba con delicadeza—. Sombra, no hagas eso.

  El ave se detuvo, pero no dejaba de mirar a Bran, lo que se le hacia raro a Skylar. Era como si Sombra supiera algo que nadie más en la habitación sabía.