PHOENIX ➢ Robb Stark

C I N C O

  Si Skylar tuviera que decir cual es la mejor parte de Invernalia, o en que parte se pasaba más; ella diría que en la biblioteca, a ella le gustaba esa parte, había pergaminos raros, y libros de todo tipo. Allí ella después de practicar o ayudar a Robb en algunas cosas, se hundía en una lectura, tanto así que no dormía por leer, o se quedaba dormida ahí. 

  En estos momentos Skylar estaba sumida en una lectura, ya había anochecido, y no había más nadie. Solo ella. Pasa página, tras página. Algunas veces recordaba que su hermano le encantaría estar allí.

  Skylar leía un pergamino de una alianza de los Stark y los Krane, sabía que existía y que todo había salido fatal, pero era muy interesante que ese pergamino estuviera ahí. Ni en donde vivía no tenían uno. Por el pergamino se dio cuenta que la alianza no había salido del todo fatal, pero aún así toda la familia había terminado muerta, pero no tenía la razón, o el por qué. 

  Ella soltó un suspiro, y sintió como algo se le posaba en el hombro, también oyó un graznido que la sobresalto de inmediato. 

  —¿Qué te pasa? —le pregunto a su ave, y alzo el brazo para que se pusiera allí, la examino con los ojos para ver que no estuviera herida o algo. Pero Sombra soltó otro graznido—. Sombra, normalmente eres callado, y no es normal que graznes así.

  Vio como Sombra se alzaba para volar por la biblioteca graznando, ella con el ceño fruncido se levanto y en ese momento escucho el sonido de la puerta cerrándose mientras que le pegaba un olor a... Quemado. Skylar se apresuro en ir hacía el olor encontrándose con llamas de fuego danzando enfrente la puerta. Bloqueandole el paso. 

  Ahora Skylar ya entendía porque la desesperación de Sombra, miro como el fuego se intensificaba haciéndola retroceder, y chocar contra un estante. Maldijo a lo bajo, y corrió más lejos del fuego que se intensificaba más y más. 

  —¡Sombra, ve a buscar ayuda! —grito, pero eso no fue necesario ya que se oía como las personas abajo gritaban, también se oían los aullidos de los lobos.

  El humo empezó a opacar el oxigeno, y Skylar se cubrió con sus ropajes la nariz, pero aún así tosía mucho. Miraba a todos lados para encontrar una salida, pero no había nada. El humo hacía que su visión también se volviera borrosa, también por las lágrimas que se acumulaban. 

  ¿En serio iba a morir así? ¿Quemada? ¿Volviéndose cenizas? Se preguntaba, pero no eran más que preguntas. No podía dejar que todo terminará así, el fuego ya le estaba pisando los talones, sentía el calor en su pierna, y varías partes de la torre se estaban derrumbando. Ella se echo a un lado rápidamente cuando un pedazo de techo le iba a caer encima, cayo al piso cerca de las llamas y golpeándose la cabeza. Le faltaba el oxigeno, la habitación en llamas y humo le daba vueltas por el golpe en la cabeza, y su vista aún así estaba borrosa. 

  Escucho como al final alguien la llamaba, mientras la puerta se derrumbaba, pero cuando quería ver quien era se mareo. Sintió como el fuego le quemaba la mano, soltó un gemido de dolor apartándola. Entonces se dio cuenta de algo, no solo el fuego había abundado la mano, toda su pierna derecha estaba en las llamas, sentía el dolor como si le hubieran clavado dagas en toda la pierna. Skylar empezó a levantarse, pero se cayo de nuevo, poniendo su espalda contra la roca y recogiendo sus piernas para abrazarlas, cerro los ojos, sintiendo como en dolor ya no estaba, ya se había aliviado el dolor. Parecía como si a la pierna no le hubiera tocado el fuego, no sabía nada. 

  Entonces espero a que todo el fuego la consumiera, pero eso no llego, nada más sintió como unas manos la agarraban y la cargaban. Abrió los ojos buscando quien era y se encontró con unos ojos azules preocupados.

  —¿Estás bien? ¿El fuego te hizo algo? —pregunto Robb, ella frunció el ceño confundida y miro que todo estaba apagado, y que estaba completamente llena de serrín y cenizas.