D O S

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La chica Krane sintió como el sol le daba en la cara, también sintió como estaba tapada en pieles que la calentaban del frió, abrió los ojos lentamente encontrándose en una habitación irreconocible, eso hizo que en cuestión de tiempo se quiera levantar rápido, pero un mareo le vino junto con un gran dolor de cabeza, su mano paso a su sien para masajearla un poco se dio cuenta que tenía una venda en la cabeza. Cuando quiso mover la otra mano no podía hacerlo, estaba pegada a la madera.

Ella frunciendo el ceño giro su cabeza hacía su mano derecha, dándose cuenta que estaba amarrada junto con la madera de la cama, soltó una maldición, y busco su daga o su espada, pero ninguna estaba con ella.

  —¿Pero qué carajos?  —exclamó, apretando los puños furiosa, un gruñido se le escapo y con eso intento desatarse.

El intento fue en vano, era un buen nudo, y a ella le dolía mucho la cabeza. Se dejo caer recostada en la cama, y suspiro. Para esto hubiera preferido que la dejaran en el bosque, odiaba estar amarrada y más cuando no tenía ni idea de donde se encontraba, sus ojos se pusieron a recorrer toda la habitación; era pequeña, las paredes de piedra eran grises, tenía nada más la cama en donde ella estaba y una mesa pequeña de madera al lado de la cama. No encontró por ninguna parte su espada, o su daga, y mucho menos su arco. 

Se sumió a sus pensamientos recordando sus entrenamientos. Recordaba cuando su maestro de armas la encerró en una habitación oscura amarrada para que ella se desatara, le encantaban esos entrenamientos, sentía la adrenalina recorrer entre ella, las primeras veces no se desamarraba, así que su hermano la iba a buscar después de horas, pero luego con intentar más lograba hacerlo. Pero por una razón ese nudo no era fácil de desamarrar.

Sus recuerdos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta abriéndose, Skylar levanto la vista para ver quien entraba, había un chico moreno de cabello castaño, no era el chico que había visto en el bosque, no se parecía en nada a él. 

  —Veo que despertaste  —le dijo, en su voz se podía percibir arrogancia, delante de ella se había puesto con un aire de grandeza, pero claro, Skylar era la amarrada y él no estaba en su lugar.

  —¿Quién eres y por qué estoy aquí? —pregunto ella con brusquedad, lo miraba fijamente.

El desconocido sonrío burlón, y se acerco más a la cama, Krane podía ver la doble intención, así que se urgió y se preparo para lo que podía pasar.

 —Soy Theon Greyjoy, hijo de Balon Greyjoy rey de las Islas de Hierro, y también pupilo de Eddard Stark; señor de Invernalia —dijo con orgullo, ella empezó a recordar las clases que el Maestre Clavis le había dado.

Se le vino a la cabeza la Rebelión Greyjoy, en donde cuando el padre de aquel chico se había rendido y le había entregado como "pupilo" a su hijo menor. O al menos eso recordaba. Su padre había hecho lo posible para que su hermano y ella supieran lo que pasaba en Poniente, para que no quedaran sin conocimientos. 

  —¿Pupilo o rehén para que tu padre no se alzara de nuevo? —pregunto burlona, y eso hizo que el rostro de Theon se deformara. Ella rió un poco, y se inclino un poco hacía delante—. No pongas esa cara, todos saben que es la segunda opción, y es lo mejor, creciste con el honorable Ned Stark—aunque en su voz aún estaba de forma burlona, eso hizo enojar a Theon, se le veía en el rostro—. Ahora, supongo que estoy en invernalia, ¿por qué me trajeron aquí?

Y allí estaba lo que más temía, estar tan cerca de los Stark era como estar cerca de los Baratheon, y eso no le gustaba, para nada.

  —Eso debería explicártelo Robb, quién fue el que te encontró en el suelo desmayada —comento, y sin dejar que ella dijera otra palabra, se dio la vuelta y salió de la habitación. 

Skylar vio su vestimenta, y era su ropa normal, el pantalón de de una tela fina negra, su camisa era normal de cuero, esta era gruesa para protegerla del frió del norte, y sus botas de cuero estaban a un lado de la cama, miro a todas partes para ver en donde estaba la capa que era muy importante para ella y se dio cuenta que estaba a un lado puesta en una silla. Esa capa gruesa de pelaje de lobo negro era de su padre, y era muy importante para ella. 

Escucho el sonido de la puerta abrirse así que giro la vista a ese lugar, en este momento se encontraba el mismo chico que se había encontrado en el bosque, con distinta vestimenta, pero en fin; era el mismo. Ahora lo veía mejor, era guapo, si, pero era un Stark.

Robb la miro con una cara seria, y se acerco a los pies de la cama, se le quedo mirando unos minutos.

  —A ver, chico, ¿te vas a quedar mirándome o me vas a decir por qué estoy aquí amarrada? —pregunto ella, arqueando una ceja.

Él se impresiono por su tono de voz y por como le había hablado, ninguna muchacha de baja cuna podía hablarle así a un heredero, pero ella lo estaba haciendo.

  —No soy un muchacho, parece soy mayor que tu, mi Lady  —y allí iba otra vez, odiaba que le dijeran "Lady" había sido entrenada para ser una guerrera, no una "Lady", pero aún así, se quedo callada—. Mi señor padre y yo te encontramos desmayada en el Bosque de los Lobos, no podíamos dejarte allí, así que te trajimos a Invernalia. 

  —Eso lo entiendo, pero... ¿Cual es la necesidad de el amarre?

 —No queríamos que escaparas o algo, además ibas muy bien armada—Robb frunció el entrecejo, y se dio cuenta que el chico tenía unas pequeñas ojeras—. ¿Por qué estabas en el bosque sola y tan armada?

  —Es una larga historia, mi lord —dijo Skylar, suspirando—. ¿Donde se encuentra su señor padre? Supongo que debería estar él aquí para interrogarme o algo.

Ella se fijo que Robb cambio la cara drásticamente, ahora tenía su semblante serio.

  —Por los momentos no está, así que estoy yo —respondió, aunque no estaba muy seguro de decirle completamente, aún no confiaba en ella—. Dijiste que te llamabas Skylar, ¿no tienes apellido? Dudo mucho que no, tenías una daga y una espada de acero valyrio, ese acero no lo tienen campesinos, y hasta algunas casas nobles no tienen ese acero, ¿cómo es que puedes tener dos?

Se había acordado que era cierto, la daga se la había mandado a hacer su padre hace tiempo, y la espada era de hace siglos atrás, las dos armas tenían nombres, la espada era; Fénix Oscuro, el nombre se lo había puesto una de las más grandes guerreras de su Casa, y la daga era; Fuegoscuro, debido a la espada de Aegon el Conquistador. Y no era la única que tenía acero valyrio, su hermano tenía una espada de el mismo acero, y su padre también.

  —Si digo mi nombre no me creerás, o tal vez le lleves mi cabeza al rey Robert —dijo ella con una gran sonrisa en su rostro—. ¿Tu maestre no te han contado sobre aquella espada de acero valyrio que le perteneció a Almera Krane? Una de las grandes guerreras que vino con Aegon el Conquistador.

Robb se encontraba confundido, ¿por qué hablaban de alguien de esa casa si se había extinto desde hace tiempo? Su padre le había contado que huyeron en el momento en que el rey Aerys II empezó su locura, que eran unos cobardes por eso. Habían huido de la guerra, pero aún así, la guerra los encontró a ellos y los mato. Eso es lo que decían las historias y cantos sobre aquella casa que tenía un Fénix como emblema. 

  —¿Por qué habría que entregarle tu cabeza al rey Robert? —pregunto finalmente. Skylar rió levemente, y se inclino hacía él como si le contaría un secreto. 

  —Porque me llamo Skylar Krane, hija de Damon Krane y Dormella Targaryen, soy la unión de la casa Krane y de la Targaryen. Fuego y cenizas corren por mis venas—comento sonriente. Robb se había quedado estático en su lugar, sin poder creer lo que escuchaba—. Ahora, Joven Lobo, puedes correr a donde tu rey y decirle que tiene a una Krane en Poniente, y créeme; el rey Robert, el primero de su nombre y toda esa mierda, no podrá dormir bien sabiendo que un Targaryen vivo puede tener otra vez a su lado a un Krane. 

PHOENIX ➢ Robb StarkWhere stories live. Discover now