022.

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- Daeha...

Su voz me hizo cosquillas en la nuca como si su aliento me pudiera acariciar como las yemas de sus dedos. Suspiré cuando su perfume inundó mis fosas nasales y me relajé ante el cosquilleo de su pelo en mi nuca y sus labios en mi espalda.

Cuando sus dedos se envolvieron en mi cintura y sentí su pecho contra mi tronco, fue como si lentamente estuviera siendo transportada a otro lugar; no recordaba dónde me encontraba, o qué estaba haciendo. Ni siquiera estaba segura de si era un sueño.

Pero cuando las luces brillantes de color rojo y azul bailaron en mis ojos, lo supe.

- Tenemos que irnos.

Abrí los ojos con rapidez, encontrándome con la oscura mirada de Min Yoongi viéndome de pie a un lado de la cama. Su rostro me era difícil de visualizar; las luces provenientes de la ventana no me lo permitían, pero podía percibir la inquietud en sus ojos. Y cuando por fin logré escuchar las sirenas de la policía entendí porqué.

Me colocó su chaqueta sobre los hombros y alcanzó mis labios en un corto beso antes de empezar a caminar hacia el pasillo. Mentiría si dijera que no estaba nerviosa, mentiría si dijera que no iba a doler... pero, la única verdad que no podía negar, era el hecho de que ésta realidad tarde o temprano acabaría llegando.

Sus dedos se entrelazaron con los míos cuando llegamos al porche y no pude evitar que mis ojos se humedecieran al ver cómo llevaban esposada a mi familia. A todos ellos, menos a mí.

Pude alcanzar la mirada de mi hermano mayor a lo lejos y sentí cómo mi corazón se encogió cuando lo único que hizo fue darme una pequeña sonrisa antes de que lo obligaran a entrar a la patrulla.

No estaba lista para dejarlos de esa manera. No estaba lista para dejarlos. Pero, sabía lo que tenía que hacer.

Dejé recostar mi cabeza en el respaldo del asiento del copiloto, intentando ignorar todo el ruido fuera del auto de Yoongi, pero había más ruido en mi cabeza. Cerré los ojos cuando sentí su peso en el asiento contiguo y dejé salir un suspiro cuando su mirada se posó en mí.

Lo observé, encontrándome con su inexpresiva mirada y dándome cuenta de que había algo diferente. Y sabía muy bien lo que era.

- Supongo que ya lo sabes -murmuró luego de un corto silencio, girándose para poner el auto en marcha.

Mi mirada se dirigió hacia el reloj del auto y memoricé la hora como si mi cuerpo me lo pidiera: 4:17 de la mañana. Me relamí los labios y puse mis ojos en la carretera.

- Desearía hacerlo sabido antes -murmuré en respuesta y esta vez fue él que suspiró.

- No hubiese hecho ninguna diferencia.

Por inercia volví a mirarlo, estudiando su perfil con un nuevo sentimiento en mi pecho, una sensación ansiosa que iba saboreando en mi boca: sí que hubiese hecho alguna diferencia.

Volví a mirar hacia el frente.

- No tenías que ofrecerte a hacerte cargo de mí -murmuré, volviendo a cerrar mis ojos, ignorando el hecho de que rió por lo bajo.

- Tu padre, de alguna manera, quiso que yo te acogiera.

Mi mandíbula se tensó y apreté mis manos en un puños sintiendo mis uñas clavarse en mis palmas. Abrí los ojos volviendo a observar su perfil, sintiendo aún más esa sensación indescriptible... tenía ganas de decirle tantas cosas, tenía ganas de mandarlo a la mierda. Pero, sabía lo que tenía que hacer.

DIRTY | MIN YOON GI.Where stories live. Discover now