DIRTY | MIN YOON GI.

013.

El día de hoy estaba intensamente nublado: era obvio que caería algo más que la nieve que estaba predicha para ese día. De todos modos, aquello no me asustaba para nada. Al menos, no en ese momento.

- Entonces ¿celebrarás tu cumpleaños? -preguntó Lily a mi lado, luego de dar un profundo suspiro y acomodarse en el banquillo de cemento que ambas nos encontrábamos en la entrada de la universidad.

Paré de soplar mi chocolate caliente y la observé de reojo, ella tenía los labios fruncidos hacia un lado expresando su curiosidad. Me encogí de hombros.

- ¿Cómo se supone que deba celebrar mis diecinueve años si no me puedo comportar como me plazca? -respondí junto a un frustrado bufido para luego tomar un sorbo de mi bebida.

Ella rió suavemente y me giré a verla. Rodó los ojos antes de cruzar sus brazos sobre su pecho.

- Se supone que cumplir los diecinueve te da libertad para hacer eso -musitó y de inmediato mi ceño se frunció.

- No conoces a mis padres -le contesté pronunciando cada una de la palabras con énfasis y ella se mordió el labio suprimiendo una sonrisa-. No haré nada.

La castaña se estiró vocalizando un sonoro y gran bostezo. Arrugué la nariz ante la acción y ella, al notarlo, se rió estruendosamente. Buscó algo dentro de su bolso mientras yo seguía tomando el delicioso chocolate, y luego se puso de pie de un salto.

Tragué para despedirme pero cuando me entregó un papel de color verde neón, me quedé en silencio.

- Pasaré por ti el jueves a las ocho -la miré con incredulidad, pero justo cuando abrí mi boca para reprocharle, una sonrisa se esbozó en la suya-. Hasta luego.

Las palabras se trancaron en mi garganta saliendo sólo un pequeño quejido. Chasqueé la lengua mientras la veía alejarse y cerré los ojos cortamente respirando hondo antes de dirigir mi mirada al pedazo de papel en mis manos.

Club Nocturno Eungyo.

- Maldita loca... -susurré con molestia y un poco de diversión antes de entrarme el papel en el bolsillo de mi abrigo y volver a tomar un trago largo.

Me detuve sólo para dejar salir una risa ante la situación: lo que me resultaba más divertido era que no pensaba negarme a ir.

- ¿Estás planeando algún asesinato?

Me paralicé en mi lugar cuando la conocida voz de Jeon Jeongguk se hizo presente a mis espaldas. Retiré el vaso de foam de mis labios y lo observé desde sus zapatos, acercándose a mí, hasta la media sonrisa que tenía en su rostro cuando se detuvo frente a mí.

Le respondí a su gesto con una media sonrisa, forzada e intenté desviar mi mirada de la suya de inmediato, concentrándola en mi bebida una vez más.

Hasta que, sin invitación, él se sentó a mí lado y de su bolsillo sacó un paquete de cigarrillos. Elevé mis cejas ante su movimiento, puesto que nunca pensé que él podría llegar a hacer ese tipo de persona, pero más que sorpresa, aquello me causó un poco de gracia.

Una vez me encontró observándolo, él se detuvo de girar el encendedor para escudriñar mis facciones con lentitud, haciéndome sentir extrañamente incómoda ante la situación. Había algo diferente en él.