Es una historia que se centra en dos asesinos exiliados que buscan hacer caer el imperio Astarot, el cual es el imperio más grande. uno de los asesinos, Laster, el cual es el protagonista, fue antiguo rey de Astarot, pero fue exiliado por falsa trai...
El atardecer comienza a decaer, la oscuridad empieza a tomar lugar e invadir el cielo nocturno, las pocas estrellas se ven a lo lejos, muy al sur. El mundo se ha ido destruyendo lentamente, no por la contaminación, sino por el mismo hombre que la ha guiado a eso.
Al principio pensé que podía cambiarlo, pero ahora no lo creo. Las ciudades cada vez se destruyen unas a otras, por el simple hecho de gobernar, los ciudadanos y la gente común no puede hacer otra cosa más que morir. Intente cambiarlo, intente enfrentarme a todo el mundo, pero como era de esperarse, termine perdiendo.
El gobierno y todo el mundo me está buscando, sólo para darme muerte, decidí venir a este bosque, donde nadie entrará, puesto que no tienen el suficiente valor para hacerlo. Me encuentro en una parte de este bosque, simplemente conmigo mismo, puesto que no necesito a nadie más.
En un tiempo yo fui rey de Astarot, el reino más grande del mundo. Pero me fue despojado de mi trono por una injusticia y una traición.
Estaba recostado sobre un árbol, lo suficientemente grande como para no ver el cielo nocturno. Tenía los ojos cerrados, y una tranquilidad muy grande, aunque siempre estaba alerta. Siempre porto una chaqueta con algunos trazos de piel alrededor del cuello, en mi pecho tengo un grande tatuaje de un símbolo ruso. Mi cabello es verde fuerte, y mis pantalones son de cuero, y una cadena alrededor del bolsillo. Poseo los ojos verdes y nunca he vuelto a sonreír.
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De repente, tengo frente a mi cuello, una cuchilla lo suficientemente afilada como para ligeramente cortarme sin siquiera tocarme. En cuanto sentí el impacto, me moví por mis reflejos y sujete los brazos y piernas de la persona que estaba frente a mí. Logre retenerlo, y despojarlo de su arma, y le coloque mi cadena en su cuello y sin siquiera detenerme a ver quién era el agresor, le destrocé el cuello, con tanta brutalidad, que salpicó la sangre en mi cara.
El cuerpo dejó de moverse, y me relaje, pero entonces sentí sobre mi cuello una espada, le sujete los brazos y me aleje para ver quién era. Era una persona, tenía una chaqueta y playera oscura como la noche, al igual que el pantalón desgarrado. Sus botas también negras, le permitían moverse sigilosamente sin ser detectado. Sus ojos deseaban destrozar y matar sin compasión.
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Al vernos mutuamente, los dos sin pensarlo nos atacamos sin piedad, pero su espada y mi cadena chocaron, mí cadena le rodeó los brazos junto con la espada, dejándolo inmóvil de los brazos, con mis piernas le inmovilice las suyas y lo tiré al suelo, mi cadena estaba en su cuello, y un simple movimiento le destrozaría el cuello.
