❝✾thirsty 21#✾❞

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La madre de Hara salio de la cocina con un plato entre sus manos hasta detenerse en la mesa, este era el segundo día en el que su mamá estaba con ella, la chica estaba sola ya que Hiwo salió muy temprano a trabajar aunque Hara tenía la sospecha de que solo no quería ver a su madre.

El plato llego hasta ella y la sonrisa de su madre la desconcertó,  ¿Acaso intentaba ganarse su cariño? 

—Se siente bien.—solto mirando a su hija.—Ya hacía mucho que no cocinaba para alguien más. Vamos Hara, come.—rogó la mujer para luego regresar a la cocina.

Unos minutos más tarde la chica entro a la cocina con el plato vacío, miro a su madre de espalda y le hablo.

—Gra...

—¿Quién es el, Hara?—pregunto cortando a su hija y con la mirada fija sobre la ventana. La menor confundida llego hasta ella y las manos le temblaron mientras sostenía au el plato. Miro a su madre, quien veía humeante la casa de los Park. 

—Ellos...son los vecinos...—balbuceo observando como el Sr. Park hacía su rutina de siempre y arreglaba su bello jardín. Llevaba una franelilla y sus características botas militares. 

—Vaya.

Hara le miro algo molesta, no entendía como su madre apenas salía de una relación y ya andaba buscando otra. ¿Acaso no extrañaba a Patrick? 

—El esta casado...—su madre le miro, tomo el plato de su hija y mientras se lo quitaba suspiraba.

—Bueno.—sonrió—Nunca he estado con un hombre casado. —acarició la cabeza de Hara mientras se alejaba. 

La chica se quedo en silencio,  no quería creer que su madre llegara a eso. Pero rápidamente cayo en cuenta de que ella no tenía vela en ese entierro,  por que ella misma andaba en las mismas. 

Ella también quería al Sr. Park.

El timbre de la casa sonó haciendo que la madre de la chica aún a mitad de las escaleras le hiciera señas de que abriera.  Obedeció no muy segura de la idea, quedo sin habla al ver a Yuso al otro lado de la puerta con una sonrisa en su rostro.  Hara palidecio mientras sus piernas temblaban. 

—¿Cómo te va, Hara?—pregunto alegre mientras aun su sonrisa adornaba su rostro. —¿Puedo pasar?

—No creo que...

—¿Quién esta allí, Hara? —chillo su madre mientras bajaba las escaleras, pero quedo quieta al pie de la puerta al ver a la mujer de aquella noche.—¿Qué hace esta aquí? —atacó sin quitarle la mirada de encima.

Yuso entro a la casa mirando confundida a la mujer que tenía enfrente,  miro a la chica en busca de respuestas.

—¿Quién es usted?—pregunto cruzandose de brazos. La madre de Hara mordió su mejilla para luego negar burlona.

—¿No me conoces?  ¿No sabes quién soy yo?

—Déjeme decirle que no. A ver, dígame si no es mucho pedir. 

—Bueno, mucho gusto. Soy la madre de Hara y obviamente la ex esposa de Hiwo.—antes de que Yuso hablara la mujer le cortó.—Y descuida no me tienes que decir quien demonios eres. Se supone que tu eres la noviecita de aquel cerdo.

Hara al igual que Yuso se quedo callada. Su madre estaba siendo un problema en todos los sentidos. Yuso sonrió abiertamente, sorprendiendo a la mujer y por su puesto a la chica. Levanto su mano y la acerco a ella en forma de saludo.

—Antes que todo lo siento por no estar aquí en el momento de su llegada, pues no estaba informada. Y segundo con solo decir que era la madre de Hara me bastaba para reconocerla. Estoy muy enterada de quién es usted, yo ya la conozco.

—¿A si? 

—Si, usted es la miserable madre que corrió a su propia hija de casa solo por que tenía miedo de que su noviecito prefiriera la carne fresca que ya una vieja.

El silencio volvio a reinar alrededor de aquellas mujeres feroces. Hara estuvo a punto de irse a su cuarto, pero la voz de su madre la freno. 

—Hara, ¿Acaso no piensas defenderme?  ¿No le diras nada?

—Lo siento, pero todo lo que ha dicho Suyo es verdad...

Su madre se quedo muda, sentía como las lagrimas resbalaban por sus mejillas. Asintió cansada de todo.

—Empaca tus cosas Hara, te iras conmigo.—la menor no dijo nada y mucho menos se movió, cosa que molesto a su madre.—¿No te iras conmigo a casa? 

—No.

—Bien, de acuerdo. 

Subió las escaleras molesta hasta perderse del lugar, Yuso miro a hara y sin poder contenerse la abrazo cálida mente. Hara no hizo nada, simplemente se quedo allí de pie sin creer que esto le sucedía. 

Hiwo llego a casa, absorto de lo que unas horas antes había sucedido en aquel lugar. Miro a Hara sentada en el sofá con la vista pérdida y a una mujer molesta bajar las escaleras con una maleta.

Sonrió. 

—Vaya, ¿Ya te vas, tan pronto?

—Si.

Ambos miraron como la madre de la chica llegaba hasta la puerta sin si quiera observar a nadie. Hiwo miro a Hara fingiendo confusión. 

—Oye ¿Acaso no te llevarás a tu hija?—pregunto aún divertido. 

La mujer abrió la puerta mientras sacaba su maleta, antes de cerrar la puerta les miro. 

—A partir de hoy, mi única hija esta muerta para mi. —soltó mientras cerraba la puerta y se marchaba del lugar. Hiwo suspiro para luego levantar los hombros en un gesto de desinterés. Miro a Hara.

—Bueno, ahí esta tu madre. Toda una caja de sorpresas.—y se marchó.

Gritos, llantos infantiles, peleas, azotamiento de puertas y palabras obscenas. Eso era lo único que se escuchaba en la casa de los Park. Todo el vecindario fue invadido por su pelea matrimonial. Hara estaba observando desde la ventana como las luces de los vecinos estaban encendidas y como dos cuerpos altos se movían constantemente a través de la cortina. 

—Esto es nuevo.—agrego el padre de Hara mientras colocaba los platos sobre la mesa.—No pensé que su matrimonio feliz ahora se este ahogando. Presumidos.

—Vamos, calla.—solto Yuso colocando los vasos. Estaba feliz de que aquella mujer se había ido, y aún más al saber que Hara no se fue con ella.—Hara, ven

—¿Porqué discutirán? —pregunto sentándose en la mesa, Hiwo y Yuso le siguieron. 

—Ningún matrimonio es perfecto.—Hara miro a Yuso.—Nunca es bueno casarse a tan corta edad. Uno puede equivocarse de elección así de fácil.—ahora Hiwo le miro confundido.

—¿Cómo sabes eso?

—¿No sabes que los Park. solo tienen ocho años de casados? 

—Eso no es algo que me incumba. 

—¿Enserio?—pregunto Hara asombrada.

—El Sr. Park solo tiene 23 años, Hara. Al igual que su esposa.

—Estuvo bueno, dejemos de hablar de la vida de los demás y comamos. A mi no me interesa saber del matrimonio de los Park.—señaló a hara con el cuchillo.—Y a ti menos.

La menor miro por última vez la casa de los Park. y una sensación extraña invadió su cuerpo ¿El Sr. Park amara a su esposa?

Y la pelea duro toda la noche...


「Thirsty」 ;+p. jmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora