Historias Elsanna

Parte sin título 48

Llevo todo el día cabreada, mi esposa se ha olvidado de mi cumpleaños. 

Ni un felicidades, ni un mensaje, ni rosas, nada. 

Estúpida Elsa. 

Algunos compañeros de trabajo me han felicitado.

Una compañera lleva todo el día insistiendo en salir con ella a cenar.

Y yo me niego. 

Suspiro al mirar la hora, faltan unas horas para poder irme a casa y se me hace eterno.

Miro el anillo de compromiso y sonrió un poco.

Por fin salgo del trabajo, me subo al coche y pongo una música suave. 

Conduzco con tranquilidad, total, no hay prisa. 

Llego a casa más tarde de lo habitual y me da igual.

No ando de buen humor. 

Abro la puerta. 

-Elsa, ya he llegado- 

Coloco las llaves en el recibidor. 

-¿Elsa?-

Entro al comedor y de pronto se encienden las luces. 

-¡Felicidades amor!- 

Elsa esta delante mía con un vestido muy lindo y sus labios pintados de rojo. 

Varias fotos de mi, de nosotras juntas, o con nuestros amigos están colgadas en el techo con un hilo. 

Un cartel que pone felicidades en mayúsculas.

-Oh, Elsa.. Creí que te habías olvidado de mi cumpleaños..-

-Claro que no bonita, era una sorpresa- 

-Ven aquí- 

La atraigo del cuello de su camisa y la beso durante unos segundos.

Ella sonríe en mis labios. 

Me acaricia la cintura mientras mordisquea mis labios. 

-Mh~- 

Se separa un poco de mi, manteniendo sus brazos en mi cintura. 

-Cierra los ojos-

-¿Vas a besarme?-

-No te hagas ilusiones hermosa-

Yo rio ante eso y cierro los ojos. 

-Extiende los brazos-

Le hago caso. 

Siento algo pesado en mis manos.

-Ya-

Abro los ojos encontrándome con una caja.

-Oh, bebé..- 

Ella me besa la nariz.

-Ábrelo, espero que te guste-

-Más que tu imposible-

Abro el regalo.

Es el libro que he estado queriendo por tanto tiempo y un collar hermoso con la fecha de nuestra boda grabado en el.

Dejo las cosas encima de la mesa y salto a las piernas de ella mientras doy besitos por su cara.

-Eres la mejor esposa del mundo, te amo, te amo, te amo-

Ella ríe y me apega a ella. 

La miro. 

Sus ojos me miran con amor, acaricia mi mejilla y me besa con lentitud.

Correspondo al beso muy despacio.

Sus manos se colocan en mi trasero y yo rodeo su cuello con mis brazos. 

¡Espero que os haya gustado!

Nos vemos en la próxima,

Aio,

Hermi.