Historias Elsanna

Parte sin título 3

Elsa siempre se había sentido sola desde que tuvo ese accidente con Anna. Ella no quería herirla  solo quería evitar que no se hiciera daño. La platinada siempre escuchaba a su dulce hermana acercarse hasta su puerta y suplicar que hiciera un muñeco de nieve junto a ella, pasar tiempo con ella, como solían hacerlo antes del accidente, pero, ella siempre se negaba por temor a herirla. También la oía cantar por el castillo cuando pasaba cerca de su puerta, siempre pensó que tenia una voz angelical. 

Fueron pasando los años, hasta que, la bella platinada salió de su escondite en un arranque de valentía. Era de noche así que aprovecho para ir caminar por el castillo. 

Caminaba y caminaba sin rumbo fijo, con elegancia, con paso lento. 

Miraba cada rincón, cada pared, cada pequeño detalle sabiendo que esa noche seria la única que saldría de su habitación. Elsa suspiraba a veces odiando un poco a sus padres por alejarla de la persona que tanto quería y otras por nostalgia. 

Se paro frente a una puerta. Era el gran salón donde paso el accidente. Estaba recordando cada detalle del accidente hasta que alguien abrió la puerta, ese alguien era Anna y la de mayor estatura pensó morir. 

-¿El-Elsa...?-miro a la mayor, hacia tanto tiempo que no la veia que no recordaba lo hermosa que era- 

Elsa no respondió, su hermana estaba delante de ella, recordó cuando eran pequeñas. La menor se veia tan pequeña y ahora se veia tan grande.  

-¿Qu-Que haces aqui?-Anna no podía creérselo, había soñado tanto ese momento, tener a su hermana- 

Se miraron a los ojos profundamente, diciendo lo que no se dijeron en años, mostrando en los ojos de ambas algo mas que un amor de hermanas. 

Se fueron acercando lentamente sin pensar en lo que hacían. 

Se besaron, fue apenas un roce de labios, tímido. Recuperando la consciencia se separaron. 

Se volvieron a mirar en silencio. 

La cobriza miraba a la platinada intensamente, no sabia lo que sentía, estaba tan confundida. Elsa levanto la mano para acariciar la mejilla de Anna pero se detuvo bruscamente. 

-Y-Yo...tengo que irme, no tenia que haber salido de mi habitación-murmuro, pero su cuerpo no reaccionaba, se empeñaba en estar cerca de Anna. El rubor se extendió por las mejillas de Elsa. 

-Elsa... ¿por que me dejaste de lado?- 

-Y-Yo... yo no...-desvió la mirada- es algo que no entenderías-añadió- 

-Elsa, ya soy mayor, so-solo dímelo... por favor... solo se que un día desapareciste de mi lado de repente, te pusieron en una habitación aparte y nunca quisiste pasar tiempo conmigo... llegue a pensar que me odiabas... papa y mama me dijeron que no me odiabas... entonces, ¿por que me alejaste de ti?-espeto Anna mientras se le dilataban los ojos-

-No te odie nunca, jamas... a mi misma si que me odie y me odio todavía-

-¿Por que?-

-Porque... tengo poderes y-y... cuando eramos pequeñas una noche fui-fuimos a jugar con mis poderes y... esta-estabas subiendo a unas monta-montañas de nieve muy alto... te dije que fueras ma-mas despacio.... y te dañe la cabeza.. vinieron papa y mama y nos fuimos a ver a los trolls... ellos hicieron que te curaras pero que no recordarías que tuviera poderes y... me alejaron de ti hasta que controlara mis poderes para así no hacerte mas daño....-suspiro, se sentía con un peso menos. A causa de los nervios empezó a nevar levemente- 

-El-Elsa...-la menor estaba tan sorprendida- yo no sabia nada... no tuviste la culpa- 

Anna acaricio la mejilla de Elsa poniéndose de puntillas. Elsa cerro los ojos ante el acto.

Anna se acerco a sus labios y los beso con amor. Elsa correspondió. 

En ese momento no sabían que se estaban enamorando, solo sabían que tenían que besarse porque su cuerpo se lo pedía. Siguieron viéndose todas las noches, besándose y contándose todo. Sus padres nunca las pillaron y a los meses salieron del armario contándoselo a sus padres, estos tardaron bastante en aceptarlo pero al final lo hicieron, no podían hacer nada contra el amor. 

Al cabo de un año se fueron a vivir juntas, felices y enamoradas. Anna era el soporte de Elsa y Elsa, la que tenia miedo de tocarla, perdió ese miedo gracias al amor de Anna. 

Vivieron felices para siempre. 

¡Espero que os haya gustado! 

:D

Nos vemos,

Hermi.