Capitulo 49

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-Sé perfectamente en dónde estás metiendo y tienes exactamente dos horas para estar en mi casa. Y te quiero solo... deja a tú 'acompañante' en donde se te plazca, pero no vengas con ella. ¿Entendiste?-me dijo.
Me tensé al instante de escuchar su maldita voz. ¿Cómo demonios se había enterado de que yo estaba aquí? ¿Acaso el infeliz estaba siguiéndome o algo por el estilo?.
-Mal naci...do-musité.
-Más te vale que me hagas caso o ya veras-dijo y colgó.
Apreté con fuerza el celular que estaba en mi mano. Cerré los ojos y traté de estar calmado, pero se me estaba haciendo imposible. Sentí una suave mano apoyarse en mi hombro, me giré a verla y era ella, ______.
-¿Qué sucede?-me preguntó preocupada. Solté un suspiro y acaricié su mejilla.
-Debemos irnos-dije y bajé mi mano para acariciar sus labios.
-¿Por qué?-preguntó confundida.
-No puedo explicártelo ahora, solo sé que debemos irnos, cariño-me acerqué a ella y la besé cortamente. Volvimos los pasos hacia donde estaba mi madre y Phill. Ambos me miraron con cara de preocupación-Lo siento mamá, pero tenemos que irnos-le dije. Ella se acercó a mi y me acarició el rostro.
-Tu parde, ¿verdad?-susurró por lo bajo. La miré fijo a los ojos.
-Él sabe donde estoy-le contesté. Ella sonrió levemente, se acercó más a mi y me abrazo.
-Él ya no puede hacerme nada, Christopher. Que sus tontas amenazas ya no te controlen, cualquier cosa que te diga es mentira. Ricardo perdido control sobre mí hace exactamente un año-me calmó ella y con cuidado la alejé de mi para mirarla a los ojos.
-Entonces ¿ya no... no hay peligro?-pregunté con algo de duda.
-No, ya no hay peligro. Pero sé como es, así que ve y hazle saber que ya no le tienes miedo. Pero por favor no pierdas el control, christopher, es tu padre-me pidió. Asentí y besó mi mejilla, para luego alejarse completamente.
-Más tade, cuando todo esté arreglado voy a llamarte-le dije a mi madre.
-Esperaré esa llamada ansiosamente, hijo-dijo ella.
Los tres nos acompañaron hasta la puerta. Hope no tenía esa sonrisa que tenía cuando llegamos.
-¿Qué pasa, enana?-le pregunté agachándome hasta quedar a su altura.
-Yo no quiero que se vayan-me dijo sin dejar de mirar al suelo. Levanté su rostro con una mano e hice que me mirara.
-Prometo que nos veremos otra vez. Eres mi hermanita y te prometo que voy a cumplir bien mi rol de hermano mayor-le dije. Ella me sonrío y luego miró a ______.
-Tú también cumplirás bien tu rol de cuñada, ¿verdad?-le dijo. ______ la miró asombrada.
-¿Qué es eso de rol de cuñada, Hope Marie?-la regañó mi madre-¿De dónde has sacado eso?.
-Lo vi en una telenovela, en casa de la abuela Patsy-se defendió ella. Todos reímos divertidos y salimos fuera de la casa. Caminamos hasta el auto de ______ y nos giramos a verlos.
-Prometo, mamá, que esto pronto va a acabar-le dije. Ella me sonrío.
-Lo sé, mi amor, cuídense. Adiós y ______, gracias por traerme de nuevo a mi bebé-le dijo a ______ y está sonrío.
-Gracias a usted, para haberlo traído al mundo-le dijo ella. La miré algo sorprendido. Ella me miró y al instante se dio cuenta de que eso le salió sin permiso de la boca, se sonrojó de sobremanera y apartó la vista de mi.
-Adiós, muchachos-nos dijo Phill. Me acerqué a él y lo abracé.
-Por favor, cuídalas-le susurré.
-Tranquilo, las cuidaré. Tú cuídate y cuida a ______, es una muchacha increíble-me dijo al oído. Asentí y me alejé de el.
-Adiós-se despidió ______ de todos antes de subirse al auto.
Miré una última vez a mi hermana y a mi madre y sonrei. La pequeña Hope agitó su mano y eso me lleno de alegría.
-Cuidate enana, y no comas muchas dulces... te van a hacer mal-le dije.
-Está bien, hermanito-me dijo sonriente.
-'Hermanito'-susurré divertido y me subí al auto.
______ arrancó y comenzó a andar. Giré mi cabeza para ver como sus pequeños figuras volvían a entrar a la casa. Soltando un leve suspiro volvi mi vista al frente. Miré a ______ y ella aún seguía sonrojada. Sonrei.
-Asi que... le estás agradecida porque me trajo a este mundo-dije en un tono divertido. Ella se sonrojó aún más.
-Bueno... si, porque si no lo hubiese hecho...
-No te hubiese conocido, no me hubieses conocido, no sería completa y tontamente feliz en este momento-le dije.
Ella me miró y detuvo el auto. La mire extrañado. Se acercó a mi y me besó desesperadamente. Gruñí por lo bajo ante aquella excitante manera de besar, giré hacia ella y la tomé de la cintura para con un simple movimiento subirla sobre mi.
-No, Christopher-susurró agitada sobre mi boca.
-No hables-le dije y volvi a reclamar sus labios.
Mis manos se volvieron un poco traviesas y se metieron debajo de su blusa para acariciar su suave piel. Gimió levemente, haciéndome saber que deseaba eso tanto como yo.
-No, no. Estamos en un auto, Christopher. Ya para... no... espera... diablos.
Hice oídos sordos a sus peticiones y la tomé de las caderas para acercarla más a mi. El dolor que se había producido en mi ingle, fue provocado por ella. Entonces lo iba a pagar, dándome lo que yo quería, en este auto si es preciso.
Tomó mi rostro con sus manos y logró alejarme de su boca. Me miró fijamente a los ojos. Sonrei mostrándole una agitada sonrisa.
-¿Por qué no me escuchas?-me preguntó.
-¿Por qué no me besas?-le pregunté.
Levanté mi mano y la tomé de la nuca para acércala rápidamente a mi. Al parecer toda su cordura saltó del auto, porque sus manos pasaron a mi nuca y me acercaron más a ella. Coloqué mis brazos alrededor de su cintura, abrazándola más a mi. Cómo necesitaba estar cerca de ella, cómo me gustaba estar así de cerca.
Un celular comenzó a sonar. Ella se alejó agitada de mi e intentó volver al asiento de al lado, pero la detuve y la volvi a besar. El celular dejó de sonar pero al instante volvió a hacerlo de nuevo. Ella se volvió a alejar y esta vez, se escapó de mi. De manera agitada se sentó de nuevo en su asiento. Metí la mano en mi bolsillo y saqué mi celular, era Phill.
-¿Phill?-dije extrañado al atender.
-Oye, ¿están bien?-me preguntó.
-Si, ¿por qué?-le pregunté.
-Porque el auto está detenido ahí justo en la salida, pensamos que se les había quedado o algo. ¿Necesitan ayuda?-preguntó. No pude reprimir una risa y miré a ______.
-No, Phill, tranquilo, estamos bien. Ya nos vamos, solo nos detuvimos unos segundos porque...-miré a ______ y ésta me miró para luego ponerse roja-Porque estábamos viendo a dónde ir ahora.
-Bueno, entonces no pasó nada-dijo Phill con tono divertido-Tu madre dice que por favor, cuando termines de hablar con Ricardo, la llames.
-Dile que lo haré sin falta-dije y luego colgué. ______ colocó sus manos sobre el volante y comenzó a manejar de nuevo. Sonrei sin que me viera y luego dirigí mi mirada a ella-¿En dónde nos habíamos quedado, cariño?-le pregunté y estiré uno de mis brazos para tocarla. Ella al instante se sacó.
-No me toques, pervertido-dijo sin dejar de mirar al frente.
-¿Pervertido yo?-pregunté.
-Si, el más pervertido del mundo. ¿Cómo... cómo se te ocurre hacerme una cosa así?.
-Discúlpame por ser un pervertido, pero en este caso la culpa la tienes tú. ¿Quién diablos te mandó a ser tan deseable?.
Ella sonrió por lo bajo, pero aún así no me miró. Guardé silencio, mientras que nos íbamos alejando más de aquel campo y salíamos por la ruta para llegar a la ciudad.
-¿Por qué tuvimos que volver?-me preguntó. La miré y solté un suspiro.
-Mi padre... sabe donde estoy. Entonces ahora voy a ir a decirle que todo se terminó y que sus amenazas se las puede meter en donde no le da el sol-dije bastante contento por aquella idea.
-Voy contigo-afirmó.
-No, cariño-le dije y me miró-Fue muy claro conmigo cuando me dijo que fuera solo.
-Christopher, eres demasiado impulsivo aveces. Tal vez te descontroles y... a pesar de todo es tu padre-me dijo con preocupación.
-Tranquila, cariño-susurré y tomé una de sus manos, haciendo que me mirara-No voy a hacerle nada.
-¿Me lo prometes?.
-Te lo prometo-le dije y besé la palma de su mano.
Más rápido de lo que esperé, ______ se detuvo frente a la gran mansión de Ricardo Vélez. Solté un suspiro y la miré.
-¿Estás seguro de que no quieres que me quede contigo?-me preguntó. Sonrei por lo bajo.
-Cariño, todo va a estar bien-le dije. Suspiró y me miró a los ojos.
-Está bien, te dejo aquí. Yo tengo que ir a ver a Gina y luego a mi padre, sino después se ponen insoportables-dijo. Acaricié su mejilla.
-Ve tranquila, salida a Gin de mi parte y dile que tal vez considere el volver a trabajar los sábados-dije divertido. Ella me miró desaprobadamente-¿Qué? ¿Acaso no te gustaría?.
-No, no me gustaría-dijo. La miré sorprendido.
-¿Por qué?-pregunté.
-Porque no quiero verte babeando por las flacuchas esas que tiene mi madre como modelos-dijo celosa.
-Por la única que he estado babeando últimamente es por ti, cariño-me acerqué a ella y la besé despacio para luego alejarme-En la noche te llamo. Quizás podemos salir a comer algo o al cine y luego...
-Y luego nada-me interrumpió.
-Pero mañana no tenemos universidad-dije al instante.
-No me importa. ¿Tú crees que a mi me gusta estar así todo el tiempo?-preguntó. La miré fijo y asentí levemente con la cabeza-Ya bájate... y por favor, no hagas locuras, Christopher. Prométeme que no vas a ponerte loco.
-Te prometo cariño, que no voy a hacer nada malo-le dije. Ella sonrió y me besó cortamente-No, uno así de cortito no. ¿Sabes cuántas horas estaremos alejados?, yo necesito un beso más largo para no desesperarme.
Mordió su labio y se acercó de nuevo a mi. Su boca se movió suave sobre la mía, mandando sensaciones que nunca había sentido sobre mi cuerpo. Se alejó despacio pero se mantuvo cerca.
-Ahora si, ya puedes irte-susurró.
-Te juro que no tengo ganas de hacerlo-le confesé. Sonrío y se alejó completamente de mi.
-Vamos cariño, ve. Tu padre se está desesperando-me dijo.
-Está bien, adiós-la besé otra vez y me bajé del auto.
Cerré la puerta y la miré. Me sonrío de manera dulce y luego arrancó para dejarme allí parado mirando como se alejaba.
Solté un suspiro y giré para enfrentar la casa de Ricardo Vélez. Aquel hombre era mi padre, aquel hombre que me dio la vida, pero al mismo tiempo, aquel hombre que hizo de la mitad de mi vida un infierno. No solo la mía, sino la de mi madre también. Ese hombre que solo podía tener odio de mi parte, vergüenza y decepción. Yo no podía sentir otras cosas por él, nada de nada.
Respirando profundamente comencé a caminar hacia la puerta, toqué el timbre y esperé a que alguien me abriera.
-Buenos días, niño Christopher-me saludó Greta cuando abrió la puerta. Ella era la encargada de limpiar la mansión.
-¿Qué tal, Greta?-le dije y besé tiernamente su mejilla.
-Bien, mi niño-me dijo y me miró con algo de preocupación-Su padre lo espera en el despacho.
-Gracias-dije y enté del todo para empezar a caminar hasta el despacho.
Hacia ya tres años que había dejado esta casa, nunca me había gustado vivir aquí por el simple hecho de que siempre me recordaba el sufrimiento de mamá. Me acerqué a la puerta del despacho.
-Pasa-escuché su voz. Abrí y él estaban sentado en aquella inmaculada silla. Su mirada estaba fija en unos cuantos papeles que tenía en las manos. Levantó su vista hacia mi y una sonrisa hipócrita se dibujó en su rostro-Me alegró que hayas venido, hijo... por el bien de los que quieres.

My Little Obsession >Christopher Vélez y tú< (TERMINADA)Where stories live. Discover now