______ se puso de pie y me miró fijamente. Ella parecía estar bastante enojada.
-Fue la película más horrorosa que vi en mi vida y no quiero volver a verla nunca más-me dijo hablando rápido.
-No me pareció eso cuando me pediste que volviera a ponerla-le dije sonriente. Su boca y sus ojos se abrieron indignados.
-No puedo creer que hayas dicho eso-me acusó.
-¡Ya basta!-dijo Angie mientras se ponía de pie también. Yo también lo hice-¡No entiendo nada de lo que dicen! ¡Ya me cansaron! ¡Arréglense o peléense! ¡Vayan a tener sexo por ahi a ver si así se les quita lo insoportable.
Angie se fue dejándonos solos. Apreté los dientes ante lo último que había dicho mi prima. Si ella supiera que ese es el problema.
-Quiero que te mantengas alejado de mí porque sino vas a arrepentirte, ¿escuchaste?.
-Solo dime una cosa...
-¿Quieres saber si lo disfruté?. Si, si lo disfruté, eres toda una máquina lujuriosa pero no quiero volver a repetirlo-me dijo y comenzó a caminar para salir de la cafetería. Mis piernas tardaron un poco en responder a la orden de mi cerebro para seguirla pero lo hicieron y corrí hasta alcanzarla.
-Solo quiero saber qué demonios te pasa-le dije mientras la tomaba con cuidado del brazo para que dejara de caminar-No entiendo porque actúas de esta manera.
-¿Qué? ¿Acaso quieres que siga alimentando tu ego?-me preguntó y soltó una leve risa irónica-Ya está Vélez, lograste lo que querías conmigo. ¡Me acosté contigo! ¡Un aplauso para el señor, por favor!-dijo elevando su voz y aplaudiendo un poco-¿Y ahora que quieres?.
-Yo...yo no lo sé-le dije perturbado por sus palabras.
-Ahora que venga la siguiente, ¿verdad?-me dijo. La miré fijo a los ojos-Así es como funcionas y yo no pretendo poder cambiar eso.
-Quiero estar bien contigo ______-le dije soltando un suspiro.
-Está bien, está bien, aquí no pasó nada. Ya no quiero peleas, ni vueltas, ni enredos. Solo que ya no sigas... olvídalo, yo ya lo olvidé-me dijo.
-Pero si pasó y yo no quiero olvidarlo... no puedo-dije bajando un poco más el tono de mi voz en las últimas dos palabras.
-¿Y qué quieres que haga?-me preguntó y vi como sus ojos se humedecieron. Sentí una presión en medio de mi pecho-¿Qué me acueste contigo cada vez que tengas ganas?-apartó su mirada de mi y miró hacia el suelo.
Un nudo se había formado en mi garganta haciendo que me costara un poco hablar y hasta pasar saliva. Con un poco de duda me acerqué a ella, tomé su rostro con mi mano e hice que me mirara a los ojos. Sus ojitos estaban poblados de lágrimas, cristalinos y vidrios.
-Para ser honesto eso... me haría muy feliz-le dije. Una lágrima no puedo quedarse en su lugar y resbaló frío por su mejilla. Aquella imagen me destrozó por dentro y con uno de mis dedos la sequé suavemente-Pero jamás te lo pediría.
-Ya no sigas más Christopher... aunque no parezca me haces daño.
-Yo no quiero hacerte daño.
-Entonces... ya déjame, por favor-me pidió y comenzó a salirse de mi agarre.
Lentamente comenzó a alejarse más y más, hasta que estuvo lo suficientemente alejada de mi, se dio vuelta y comenzó a caminar por el largo pasillo. Yo solo me quedé ahí mirando como ella se perdía por el camino.
Ya intenté dejarte centenares de veces, ______ y cada vez encuentro una manera más espectacular para fallar. ¡Soy un maldito egoísta!.
El resto del día en la universidad se me pasó lento y pesado. No había vuelto a ver a ______ por ningún lado pero lo raro fue que tampoco volvi a ver a mi prima, ni a Emma. Zabdiel me dijo que Emma se había ido porque tenía que realizar unos trabajos con su madre y Angie... bueno de ella no supe nada.
Llegué a mi departamento y tiré las llaves sobre la mesa para luego entrar al baño. Me duche y sali para acostarme un rato a descansar. Tomé el control y prendi la televisión. Sentí unas voces provenientes de afuera y el sonido de una llave, apague la televisión y me escondí detrás del sillón. De seguro era Angie y venía en compañía de alguien.
-Que cansada estoy-escuché la voz de mi prima.
-Si, hoy fue un día bastante largo-dijo Emma. Me acomodé mejor detrás del sillón para que ellas no me vieran.
-¿Quieres algo para tomar?-le preguntó Angie.
-Un poco de agua-dijo ella. Escuché como se sentaban en las sillas de alrededor de la mesada de la cocina.
-Ya sé porque hoy estaba tan tensa ______-dijo mi prima.
-¿Por qué?-le preguntó Emma.
-Ayer Christopher fue a su casa a buscarla y... ya sabes ellos...
-¿Qué?.
-Tú sabes que entre ellos hay mucha química-asentí con la cabeza.
-Si, lo sé.
-Bueno, ellos terminaron haciéndolo-dijo Angie.
-No puedo creerlo.
-Tarde o temprano iba a pasar. Yo lo sabia pero no sabía que iba a afectarla tanto-fruncí el ceño al escuchar eso de mi prima.
-¿Afectarla?-dijo la chica de ojos verdes.
-Si, a ______ le pasa algo con Christopher. Es así aunque quiera negármelo rotundamente, yo sé que le pasa algo con el y está asustada la pobre. Imagínate se enamoró de Erick, era un idiota en potencia, aunque no lo parecía, ¿y ahora Christopher?. Está bien, es mi primo, lo adoro pero es tan cínicamente idiota y mujeriego. No hay que ser un genio ni nada para saber que en algún momento, la terminaría engañando-dijo ella.
Eso no es así, a ______ no le afectó.
Comencé a pensar en las cosas que mi prima acababa de decir. ¿A ______ le afectó?.
¡Demonios soy un completo imbécil!. La única chica a la que si bien no, bueno tal vez... no, no, definitivamente NO AMO pero si me importa lo que piense de mí no quiere tener nada conmigo antes de siquiera intentarlo.
-Yo la conozco bien, ______ se deja ver como una chica fuerte y dedicada. Tiene un carácter especial y amo sus conversaciones inamovibles, es lo que más admiro de ella pero cuando logras entrar en su mundo, ves lo sensible y frágil que es-agregó Angie.
-Pobre, ella es tan buena-dijo Emma-Debemos hacer algo por ella.
-Si, lo sé-dijo mi prima.
-¿Acaso estás pensando lo mismo que yo?-dijo la pequeña genios.
-¿Qué estás pensando tu?.
-Es hora de buscarle un candidato a ______-dijo contenta.
-Creo que me leíste la mente pequeña genia, es hora de buscarle el candidato ideal para ella y creo que ya se quien es-dijo Angie.
-¿Quién?-preguntó Emma con tono indignado.
-Joel Pimentel-sentenció.
¡Diablos! ella no podía estar hablando enserio.
-¿Joel Pimentel? ¿El presidente del centro de estudiantes de la universidad? ¿El que estudia sociología y letras?-preguntó.
-Ese mismo-afirmó Angie.
-¿Lo conoces?-le preguntó.
-Sin querer el otro día me choqué con el yendo a clases y se me cayeron todos los libros. Me ayudó a recogerlos, fue muy amable y para nada se comportó como un idiota-dijo.
'Tal vez porque el bobo es medio rarito, primita mia' pensé entre una extraña sensación de molestia ya que ella estaba alardeando de un extraño, al cual le quería entregar a MI ______.
-¿Tú crees que le gustará a ______?-preguntó la chica de anteojos.
-Conociéndola... podría ser-dijo mi prima.
¡Genial! Ahora ni en la familia se puede confiar. Gracias por esas ideas Angie, primita adorada de mi alma. Ya veremos quién dormirá hoy en la noche en la cama, ya lo veremos.
-No creo que Christopher te lo agradezca-dijo Emma pronunciando mi nombre un poco más fuerte de lo que se amerita.
-Esto lo hago por el bien de MI mejor amiga, ¿Verdad que lo entiendas Christopher?-me preguntó.
Entonces me quedé quieto esperando a que esto no estuviera pasando. Ellas sabían que yo estaba escondido aquí. Lentamente me incorporé.
-¿Desde cuándo saben que estoy aquí?-les pregunté.
-Desde que gruñiste cuando nombré a Joel Pimentel-me dijo Angie.
-Que lindo lo tuyo primita, entregarle a ______ en bandeja de plata a ese tipejo-le dije con tono molesto.
-¿Qué quieres? ¿Qué te la deje a ti para que la lastimes? ¡Olvídalo!-me dijo ella.
-No te atrevas a meterte en esto Christopher-me dijo Emma amenazadoramente-Si todo sale bien, mejor para todos-¿acaso no estás pensando en mi, pequeña diabólica?-Y no, no estoy pensando en ti, pequeño mujeriego-me quedé congelado. ¿Cómo sabía que yo había pensado aquello?.
-¿Qué como lo sabia?-preguntó Angie y rió-Fácil primito, te estamos leyendo la mente. ¡Buuu!-hizo un tono de fantasma y miró a Emma-No hay que ser psíquico, el pobre es tan predecible.
-Hubiese preferido que dijeras que estabas leyendo mi mente-le dije entrecerrando los ojos y mirándola mal.
-Bueno, volviendo al tema importante-dijo Angie y sonrío-Tenemos que hacer que ______ y Joel se encuentren.
-¿Cómo?-preguntó Emma.
-Si, eso. ¿Cómo?-dije molesto.
-¿Sabes si acaso el va seguido a la biblioteca?-le preguntó.
-Mmm, si, si. El va bastante seguido a buscar los libros de braille, ¿sabias que le enseña a leer a los niños ciegos?-preguntó Emma.
-¿De verdad?. Oh, es tan tierno. ¿Y cómo podemos hacer para que se encuentren?.
-Ustedes dos son unas malditas traidoras-las acusé. Ambas se giraron a verme con una despectiva mirada.
-Si no quieres oír, vete-me dijo mi prima.
-Si, molestas-me dijo Emma.
-¿Sabes qué pequeña diabólica?, calladita te ves más bonita-le dije. Ella me sacó la lengua como nena de 5 años y volvió su vista a mi prima. Comenzaron a hablar en voz más baja, impidiendo que yo pudiera escucharlas.
¿Quién las necesita?. Yo no voy a dejar que anden armando ninguna clase de salida ni nada con Pimentel y mi ______.
Me dejé caer en el sillón y prendi la televisión para tratar de concentrar mi atención en otra cosa mientras que aquellas dos traidoras planeaban como clavarme una daga por la espalda. Ellas reían y hablaban muy animadamente. Las ganas de saber que era lo que estaban tramando comenzaron a carcomerme la conciencia.
¿Qué pasa si a ______ le gusta Joel?.
¿Qué pasa si acepta salir con el?.
¿Qué pasa si a él le comienza a gustar?.
¿Qué pasa si me meto en el medio?.
Sonrei maliciosamente al cruzarse por mi mente la idea de frustrar cualquier plan que incluya hacer que ______ salga con algún tipejo.
-¿De qué sonríes?-me preguntó Angie haciendo que saliera de mis pensamientos. Me giré a verla y me senté cómodamente en el sillón.
-De nada, ¿por qué?-le dije sin dejar de sonreír.
-Porque yo conozco esa sonrisa. Esa es una sonrisa de que tu cabeza está maquinando alguna idea macabra para arruinar alguna cosa.
-¿Por qué crees eso de mi?-pregunté haciéndome el inocente.
-¿Será porque te conozco?.
-¿O por qué es predecible?-dijo Emma.
-No chicas, están equivocadas-me puse de pie, caminé hasta ellas y coloqué una de mis manos sobre el hombro de Emma-¿Y saben qué?, tienen razón en todo lo que dijeron, así que si necesitan mi ayuda para hacer que ______ salga con Pimentel, no duden en avisarme que haré lo que sea.
