La divisé a punto de subirse al ascensor. Apresure mi paso y puse mi mano frente a la firme puerta de acero haciendo que se volviera a abrir. Me miró con ojos venenos. Me metí y deje que la puerta se cerrará. No dije nada y ella tampoco lo hizo. Llegamos a planta baja y sin siquiera mirarme salió, la segui. Salimos fuera del edificio y vi como levantaba su brazo para tomar un taxi. Me acerqué a ella.
-Vamos ¿estas enojada?.
-Déjame en paz-dijo sin mirarme. Tomé su brazo con cuidado e hice que me mirara.
-¿Que es lo que te molesta?.
-Que mi madre se comporte de esa manera-dijo nerviosa-Y que personas como tú le sigan el jueguito idiota. Ya no tiene 17 años, creo que es una mujer adulta con varias décadas encima.
-Eres cruel-dije divertido.
-No. Soy realista-me dijo.
-Bueno, señorita realidad, no creo que sea necesario que tomes un taxi. Yo voy a llevarte.
-No quiero.
-Eres una caprichosa.
-Si y con mucho orgullo.
-¿Vas a dejarme que te lleve?-pregunté. Me miró fijo por unos cuantos segundos.
-Está bien-dijo soltando un suspiro.
Nos subimos a la moto y pronto llegamos a la puerta de su casa. Se bajo y se giró a verme.
-Sana y salva-dije.
-Muchas gracias por todo, Christohper-me dijo.
-No, no tienes porque. Ahora me debes la salida del viernes-arrugó levemente la nariz y me miró.
-¿Tu crées Christohper, en serio?-dijo como queriendo que eso no pasará-Está bien, aceptó.
-No te quedaba de otra.
-¿Y a donde vas a llevarme?.
-Podemos ir al cine, luego a cenar y luego...
-¿Y luego que?.
-Y luego te dejó en tu casa.
-Ah, me parece bien.
-Perfecto, entonces mañana arreglamos todo cariño-dije y le guiñe un ojo.
-Me parece bien-respondió. Sonrei al darme cuenta de que ya no me regañaba cuando le decía cariño.
-Oye, ¿ya no te molesta que te llame cariño?-pregunté.
-Si me molesta pero creo que es una pérdida de tiempo decirte que no lo hagas, cuando igualmente vas a hacerlo-me dijo.
-Estás en lo correcto.
Rei por lo bajo y comenzó a caminar hacia su casa. Vi como entraba y decidí prender marcha hacia la mia, llegue y entre, eso era lo mejor de vivir solo, nadie estaba allí para molestarme y reprocharme cosas. Me senté en el sillón y prendí la televisión. Mi telefono comenzó a sonar.
-¿Hola?-dije al atender.
-¿Donde estabas?-preguntó y me tense al escucharlo.
-Haciendo unas cosas-conteste.
-Bueno, no importa. Llamó para decirte que el viernes tenemos una fiesta muy importante a la que debemos ir los dos.
-¿Es necesario Ricardo?.
-Es MUY necesario Christohper, necesito que la sociedad te vea como el futuro heredero de la firma. Tienes que estar ahí.
Recordé lo de la cita con ______ y maldije por lo bajo. Suspiré levemente.
-Está bien,no me queda de otra. ¿Donde estás?-le pregunté.
-Mañana llegó. Estoy en París.
-Mañana te llamo.
-Ok, adiós.
-Adiós-dije y colgué.
Al día siguiente la universidad se me hizo más tediosa de lo normal, mi padre ya me había arruinado la semana diciéndome que el viernes tenía que ir a la maldita fiesta de la alta sociedad. Ir a ese lugar a aprender algo que verdaderamente no soy, ir a soportar a toda esa gente suspicazmente perfecta. Mi cita con esa preciosa de ______ quedó en stand by, ya que a ella también se le presentó un compromiso importante para esa noche.
Hoy es jueves ¿y adivinen qué?. Adelante mi cita de esta semana a hoy en la noche. La chica, la presa de esta semana, había aceptado encantada salir conmigo hoy y no esperaba menos.
-Oye, ¿vas a salir esta noche?-me preguntó Richard.
Me giré a verlo mientras nos acercábamos a la mesa en donde estaba sentado Zabdiel. Nos sentamos y Zabdi nos miró.
-Si, esta noche tengo acción-dije sonriendo triunfalmente.
-¿Quien es?-preguntó Zabdiel.
-Muchachos, no voy a decirlo-les dije.
-¿Y qué pasó con ______?-preguntó Richard.
-______...tranquilos, antes del martes que viene ya habrá pasado por mi cama.
-De eso no estamos muy seguros, amigo-dijo Zabdiel palmeando mi hombro.
-Me temo que vas a darnos 400 dólares y gracias a eso tendré los cigarros del mes pagados-acotó Richard.
-Ya verán que si-asegure. ______ se acercó a nosotros.
-¿Que hacen?-nos preguntó.
-Decíamos que la semana que viene, Christohper nos tendrá que dar 400 dólares a cada uno de nosotros-le contestó Zabdiel.
-¿Ah si? ¿Porque?-quiso saber ella.
-Porque apostó algo con nosotros y estamos completamente seguros de que no ganará-______ rió por lo bajo.
-¿Se puede saber en que lío andas?-me pregunto-Escuché a la loca de Ana diciendo que ibas a salir con una tal Kate. Estaba como loca.
-No tengo ni la más mínima idea de lo que estás hablando-dije haciéndome el tonto. Zabdiel y Richard me miraron pícaros.
-Tendrás que tener un poco más de consideración. Algun dia, alguien de todas las chicas con las que sales va a decidir matar a otra por tu culpa-me dijo y se puso de pie-Los veo luego chicos,tengo que hacer unas cosas-se fue dejándonos solos.
-Ella tiene razón Christohper-me habló Richard-Algun dia vas a arrepentirte de todo lo malo que has hecho.
-Y ha hablado el santo de los santos-acotó Zabdiel.
Rei por lo bajo al ver como comenzaban a discutir pero trate de llevar mis pensamientos a otro lado, necesitaba pensar en otra cosa.
La noche llegó y la hora de mi cita también. Habíamos quedado en encontrarnos en el restaurante de un lujoso hotel en el centro de la ciudad. Yo tenía algunos contactos por ahí, asi que siempre conseguía un buen lugar y la mejor atención. Movi su silla para que ella se sentará.
-Muchas gracias-me dijo con una leve sonrisa. Le devolvi el gesto y me senté frente a ella.
-¿Que quieres beber?-le pregunté.
-Lo que tu quieras-dijo y sentí el roce de uno de sus pies sobre mi pierna. La mire y me hizo un gesto con las cejas.
-Pidamos champaña-dije.
Uno de los mozos se acercó a nosotros y pedimos la cena y la bebida. Hice todo lo posible por mostrarme lo más interesado del mundo en su vacía platica. Era una tortura tener que pasar por esto.
-Entonces yo le dije que no era necesario que se tiñera de nuevo porque el color que tenía combinaba perfectamente con su color de piel y...
-Kate-la llame haciendo que dejará de hablar. Me miró.
-¿Si?-dijo.
--¿No te gustaría subir?-le pregunté. Ya no podía ser cordial y seguir escuchándola. Ella arqueo una de sus cejas.
-¿Arriba?.
-Si-dije por lo bajo y me acerqué un poco más a ella-Esta linda la habitación-ella mordió su labio y me miró pícara.
-Está bien, vamos-dijo y se puso de pie. Yo también lo hace.
Fuimos en busca de las llaves y me detuve antes de subir en el ascensor.
-Ve yendo linda, enseguida te alcanzo-le dije al oído y palmee su trasero para que caminara.
La vi subirse al ascensor y desaparecer por ahí. Solté un cansado suspiro. ¡Por Dios, tenía que quitármela un segundo de encima! me acerqué al mozo y le pedí la cuenta. Luego me dirigí al bar, necesitaba tomar algun trago para tratar de no pensar tanto. De alguna manera me sentía extraño, bastante extraño.
-¿Que le sirvo?-me pregunto el hombre del bar.
-El trago más fuerte que tengas-le dije.
Asintió y se alejó de mí para prepararlo. Enseguida puso un vaso con un líquido color rojo frente a mi. Mire al hombre y mire el vaso.
-Es lo más fuerte que ahi. Podría hacerte olvidar hasta de como te llamas-dijo.
Sonrei y le agradeci por lo bajo. Creo que era lo que necesitaba. Cuando acabe el trago pague, me puse de pie y me armé de valor para subir y hacer lo que tenía que hacer.
Llegue al cuarto y entre, la luz estaba apagada. No la prendi, no quería hacerlo. Giré y divisé una sombra encima de la cama.
-Pensé que no vendrías-me dijo.
No dije nada y solo me acerqué a la cama. Ella ya estaba en ropa interior, me encanta cuando me la hacen más fácil de lo que ya son.
Comencé a besar su cuello para subir por su oreja. Ella comenzó a desabrochar los botones de mi camisa y quitármela lo más rápido que podía. Me alejé de su cuello para mirarla y cuando lo hice me quedé quieto.
La que estaba debajo de mi no era Kate. Sus preciosos ojos abrazaron los míos. Era ______. Me incliné y tomé su boca casi desesperado. Ella metió sus manos debajo de la camisa para luego quitármela. Sentí como sus manos llegaban a mis pantalones. Me alejé apenas de su boca.
-______-susurré su nombre.
Me detuve al darme cuenta de que la nombre, entonces me alejé de ella para mirarla y la imagen de ______ se esfumó en un segundo. La rubia era de nuevo la que estaba frente a mi.
-No, no pasa nada. Continuemos, solo fue un... desliz-dijo agitada y se acercó de nuevo a mi boca y me volvió a besar.
Me alejé de ella y la mire. ______ jamás diría una cosa así. Rápidamente sentí que no podía seguir con eso. Le sonrei levemente.
-¿Puedes esperarme un segundo linda? voy a traer algo especial para ti-le dije mientras me ponía de pie y me acomodaba la ropa.
-Pero...¿a donde vas?-me preguntó sentada en la cama.
-Juro que no me tardo nada, la sorpresa va a encantarte-dije y termine de vestirme. Tomé mi abrigo y sali de alli.
Baje por las escaleras y sali a la calle, comenze a caminar sin rumbo alguno. Busque en mi bolsillo un cigarro y lo prendi. Creo que finalmente voy a tener que terminar aceptado que mis amigos tienen razón cuando me dicen que no discrimino a ninguna. Yo no se qué pasó conmigo pero simplemente no puedo seguir adelante. Fue bastante rara la sensación de imaginarme a ______. Creo que el trago me influenció más de lo que debía pero fue más real de lo que parecía. Creo que si ella no hubiera hablado, yo aún estaría allí.
Voy a tener que replantearme un poco más mis próximas citas. Creo que andar saliendo solo por un par de horas de placer (si es que a eso se le puede llamar placer) no vale la pena. Más si eso luego va a traerme más problemas que placer.
Sin darme cuenta llegue a mi casa y sin seguir dando vueltas me tiré a la cama para intentar dormir pero se me vinieron a la mente las palabras de esos tres.
-Ay, y ahora sales con tu parte poética. ¡Eres tan predecible! con razón tienes a todas esas bobas a tus pies. Un par de palabras bonitas y tienes la noche asegurada ¿no es cierto?.
-En verdad hermano, no discriminas a ninguna.
-Algun dia alguien va a darte una lección, Christohper.
Sus palabras no salían de mi cabeza y cada vez me hacían pensar un poco más.
