No quiero quererte...

Estoy muy lejos de sentirme vivo.

Say

-No te vayas.

Tengo su cara entre mis manos y aprovecho para acariciar suavemente sus mejillas. Me mira a los ojos antes de bajar de nuevo su vista a mis labios. Apoyo mi frente en la suya disfrutando de ese segundo que me deja tenerla aquí. Se acerca de nuevo a mis labios y dejo que haga conmigo lo que quiera, total, el daño ya está hecho. Coge mis manos y se las lleva a su cintura para después rodear de nuevo mi cuello.

-Lena... -susurro cuando deja que me separe unos milímetros de sus labios.

-Shhht... -dice suavemente antes de volver a callarme con uno de sus besos. Noto como una de sus manos está en mi pecho empujándome hacia detrás, haciendo que camine. La acerco al máximo a mi, como si nunca tuviera suficiente de ella. Aunque a decir verdad sé que nunca la tendré tanto como necesito. Se separa unos milímetros de mis labios para sonreírme y no entiendo por qué. Ahora mismo lo que menos me apetece es eso, sé que se va. No necesito que lo diga porque la única respuesta que he encontrado ha sido un par de besos intentando hacerme olvidar. Y déjame decirte una cosa, el silencio y un par de miradas dicen todo aquello que siempre querrás callar.

Su mano en el dobladillo de mi camiseta hace que vuelva en mí, noto como la levanta lentamente y ni siquiera hago algo para impedírselo. Lo hace lentamente, como si quisiera hacerme esperar o como si estuviese disfrutando de cada maldito segundo. La miro fijamente pero ella no tiene la mirada en la mía. Saca la camiseta por encima de mi cuello y se deshace de ella. Es justo entonces cuando levanta la mirada y se encuentra con la mía. Noto sus manos en mi pecho y eso provoca que cierre un segundo los ojos. Me besa de nuevo y yo me dejo llevar porque sé que si no lo hago, me arrepentiré.

La giro haciendo que sea ella la que camine hacia atrás y la escucho reír.

-¿Quieres que me caiga o qué? -susurra en mis labios.

-Te tengo -digo con mis manos en sus caderas- No dejaría que eso pasara -susurro apartando una de mis manos para llevarla a su nuca. La beso hasta que se detiene porque algo le impide seguir andando. Sonrío encima de sus labios y me separo de ella. Meto mis manos bajo su camiseta durante un segundo viendo así como retiene todo el aire en sus pulmones. Notando como se le eriza la piel a mi paso y la beso de nuevo pero, ésta vez, la beso sin prisas.

Me pone su mano en mi pecho para hacer que me separe. Ese beso ha sido demasiado. A los dos nos falta el aire y nos miramos como si tuviéramos delante a lo único que nos hace falta. Me muerdo el labio mientras levanto su camiseta y a los dos segundos ya se encuentra perdida como la mía. Le acaricio suavemente el costado viendo como su tinta y la mía se mezcla. Tiene que ser tan jodidamente bonito ver desde fuera el cómo nos vemos. Ella con tanto color y yo con tanta tinta en negro. Y supongo que será un poco irónico pero es que ha sido ella la que le ha dado esos tonos tan vivos a mi vida. Ha sido ella la que ha hecho que me atreva a sentir. Sentir, en toda su extensión. Sentir enfado, sentir ira, sentir felicidad, sentir amor, sentir que todo puede ir a mejor si realmente quieres y vas a por ello. Ella ha sido la única persona que ha hecho que tenga ganas de querer y que quiera ser una mejor persona cada día.

La acerco a mi pecho y la abrazo. Y sé que no se lo esperaba pero yo tampoco, ni siquiera sabía que necesitaba hacerlo. Hundo mi cara en su cuello y me pierdo justo ahí. O me encuentro en él... creo que ya ni lo sé. Noto sus manos en mi pelo, como siempre y eso hace que sonría ahí escondido, como si no quisiera que ella viera que ahí es donde necesito y quiero estar. Cierro los ojos con fuerza y huelo a vainilla. Mi favorito. Le doy un beso en el cuello antes de separarme de ella.

-No lo hagas más difícil -susurra ella mirándome y frunzo el ceño- Esto es algo que ambos queremos.

Dejo de mirarla unos segundos mientras me muerdo el labio nervioso. Acerco mis manos a su cara y la miro fijamente.