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Capítulo 19: Conociendo otro mundo

El aire era templado y apaciguado en aquella alcoba, donde únicamente se escuchaban los tenues sollozos de una joven que lloraba con tristeza.

Una muchacha de lacios cabellos negros estaba arrodillada en la cama y sostenía una suave sonrisa, sin dejar de acariciar cariñosamente el pelo de su amiga que mantenía el rostro escondido en sus piernas.

- Llora todo lo que quieras – Le murmuró con un tono suave y conciliador – Eso te hará sentir mejor.

Se escucharon unos sollozos más, hasta que la chica ladeó un poco el rostro y dejó la mejilla reposada contra el muslo de la otra.

- Soy tan débil...- Se reprochó Laura – Apenas se fue esta mañana, y mírame...

- Precisamente por eso estás así...- Contrarrestó Selena apartándole algunos cabellos que se habían adherido a su rostro por las lágrimas – Está muy reciente, no lo has aceptado aun...date un tiempo...pronto comenzarás a asimilarlo.

Laura apretó los labios y asintió una vez.

- No sabes cuánto deseo que vuelva...- Masculló – Es el único chico al que he amado en mi vida, y precisamente tiene que alejarse de mí...

– Estoy segura de que él debe pensar lo mismo...ahora las cosas se ven muy difíciles, mantener una relación a semejante distancia, la imposibilidad de poder siquiera verse...pero...si lo de ustedes es real, sobrevivirá a todo eso. Sólo debes ser paciente. El te ama sólo a ti, a nadie más...no tienes nada que temer...

Laura sonrió también al tiempo que una última lágrima descendía por su cara, se pasó el antebrazo y se irguió para estar frente a Selena, dedicándole una mirada agradecida.

- Discúlpame...- Le dijo ruborizándose un poco – Por aparecerme así en tu casa y a esta hora, pero necesitaba que alguien me escuchara...- Bajó la mirada y pareció apenada de pronto – Creo que arrugué el pantalón de tu pijama...lo siento...

- Tonta, no tienes que disculparte...- Dijo Selena jovialmente antes de salir de la cama y abrir las puertas del armario – Te buscaré algo cómodo para dormir...vendría bien hacer una pijamada ahora...podemos ver una película y preparar algunos bocadillos de media noche ¿Te parece?

Laura la miró desde la cama, con una cálida sensación de gratitud – Se escucha genial.

Lo mejor era dejar de llorar, sí, a él de seguro no le gustaría saber que ese era su estado. Debía tratar de ignorar ese dolor que estaba presente en su pecho, había gente dispuesta a ayudarla...su familia...sus amigas... No era el fin del mundo...podría manejarlo de alguna manera...

Observó con un brillo melancólico el paisaje nocturno de afuera, sintiéndose con esperanzas renovadas, pero sin poder evitar preguntarse qué estaría haciendo Ross en esos momentos.

...

Haló otra vez la pesada maleta con fastidio. Su madre iba a su lado, lanzando miradas ansiosas en todas direcciones. Ross resopló cansadamente y se detuvo cuando Stormie lo hizo, en un punto de espera. Su humor era sencillamente de perros. No había pegado el ojo ni un solo instante durante el vuelo y todo por culpa del condenado obeso incapaz de controlar sus molestos ronquidos que le había tocado en el asiento de al lado. Tenía tiempo sin desear tan intensamente poder estamparle un puñetazo a alguien. Y ni hablar de la comida del avión, estaba seguro que un pedazo de cartón sabía mejor.

Se estiró un poco para desentumecerse y perdió la mirada en los alrededores del aeropuerto, bastante concurrido en esos momentos. Solo veía gente pasar aprisa de aquí para allá con su equipaje, y algunos otros sentados en bancos o hasta en el piso, seguramente esperando la salida de su vuelo. Stormie emitió un sonido de felicidad que llamó su atención, se giró y tal como esperaba, la odiosa estampa de su padre se aproximaba desde la distancia. Ross volteó los ojos y desvió el rostro.

A través de mi ventana |Raura|Where stories live. Discover now