Capítulo 65: Mi diciembre (Parte 1)

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Volteó y cuando quiso abrazar a Camila para seguir durmiendo, se encontró con el otro lado de la cama vacío. Sentándose sobresaltada, miró a través de la oscuridad y frunció el ceño al no encontrar a la castaña por ninguna parte. Se levantó de inmediato y colocándose una bata, abrió la puerta del baño y tampoco estaba ahí.

Salió de la habitación y aguzó el oído para poder escuchar algún ruido, mientras bajaba las escaleras percibió una luz tenue que provenía de la cocina así que se acercó encontrándose con Camila que se estaba sentando en ese momento en el banquito cerca del mesón y bebía de un vaso.

La castaña no la había notado todavía, así que se quedó un rato en la oscuridad mirándola con una sonrisa en sus labios. Había recostado la cabeza en el mesón mientras balanceaba sus pies, parecía realmente una niña pequeña. Ella levantó de nuevo la cabeza y agarrando el vaso, bebió otro poco de su contenido.

Con cuidado y sin hacer el más leve ruido, se acercó por detrás y justo cuando la vio bostezar la abrazó, haciendo que Camila brincara del susto y se agarrara del banco antes de poder caerse, pero no había sido necesario porque Lauren la sostenía, a la vez que se acercó a su oído y le habló muy despacio.

-¿Qué hace la niña más linda del mundo despierta a estas horas de la noche?-preguntó con dulzura

-Lolo...me asustaste-murmuró Camila, riéndose nerviosamente.

-Cuando no sentí tu cuerpo cerca del mío me asusté-dijo Lauren, acercándose a sus labios y besándolos tenuemente.

-Lo siento, es que no podía dormir y vine a prepararme un poco de leche con chocolate. Mi papá solía prepararme un vaso cuando tenía pesadillas o no lograba dormir-dijo Camila, haciendo un puchero, luego bebió otro poco y miró a Lauren-¿Quieres?-preguntó ofreciéndole el vaso.

Lauren miró el vaso y luego a Camila, agarró el vaso y dejándolo sobre el mesón se acercó a la castaña para besarla muy despacio, saboreando el dulce de la leche con chocolate de sus labios, sin querer perderse ni un poco de ellos, de su suavidad y la ternura con la que Camila le devolvía el beso.

Pronto Lauren se apartó y sonrió, rodeando el cuello de su novia con sus brazos y ella tomándola por la cintura.

-Gracias, está delicioso-susurró Lauren, con una sonrisa traviesa-Ya sé que cuando quiera leche con chocolate acudiré a ti.

-Te volverás adicta-advirtió Camila, ladeando la cabeza-Se volverá como una droga.

-¿Hacemos la prueba?

Camila tomó el vaso y después de beber otro poco, la besó de nuevo mientras comenzaba a sentir su corazón latir disparado. Besar a Lauren siempre le causaba ese efecto, como si fuera siempre la primera vez que sus labios se conocían. Cuando el oxígeno se hizo una necesidad, se separaron y comenzaron a reírse sin razón aparente.

Apartándose más, Lauren tomó un banquito y se sentó de frente a Camila, mirándola profundamente. A pesar de la oscuridad, por el tragaluz que estaba en el techo entraba la luz de la luna que le permitía ver los ojos marrones de Camila, casi olvidándose de respirar cada vez que los miraba tan fijamente.

-No me has dicho por qué no podías dormir, niña-dijo Lauren, estirando la mano para tomar la de Camila.

La castaña suspiró y se mordió levemente el labio, pensativa, sentía una y otra vez las caricias tenues y suaves de los dedos de Lauren en la palma de su mano, haciéndole cosquillas, adoraba cuando hacía eso y sobre todo cuando se encontraba con su mirada atenta.

Lo que me gusta de ti (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora