Inquebrantable [SuKook]

33 - Dudas pt. 3

Suga POV

En un fallido intento de disimular mi malestar me fui de casa en busca de cambiar el como se habían tornado mis pensamientos. No era el mejor ser sobre la tierra y lo aceptaba, estaba bien con eso, pero desde que te de igual absolutamente todo a odiar cada pequeña cosa de tu existencia hay varios pasos. Volví a sentir el casi olvidado repudio hacia cada milésima de mi e inevitablemente al tener este tipo de mentalidad lo único que hacia era herir a los que estaban a mi alrededor, lo peor y único detalle de eso es que lo hacía sin consciencia. No quería lastimar de ninguna forma posible a Jungkook, así que anhelaba matar estos pensamientos antes de volver a entrar nuevamente por esta puerta.

Pero todo simplemente se fue a peor, como era de esperarse, el extenuante día acabó con todo lo que me mantenía cuerdo y si seguía entrando clientela seguramente iba a enloquecer mandando todo a la mierda. Estaba cansado en demasía y al no poder hacer con mi normal agilidad las usuales tareas me sentí inútil, quería acabar con todo pero el reloj simplemente no se dignaba a avanzar. Quería aligerar el peso sobre mis hombros, el cansancio y no poder dejar de pensar en Jungkook me tenía mal, casi en contra de mi voluntad fui y tomé la primera cerveza que se me cruzó, porque ¿por qué no? sabía que era una idea más que estúpida, no tenía fundamento para hacerlo y traía más consecuencias que soluciones, pero después de todo el costo era gratuito y deseaba que a medida de que el líquido escurría por mi garganta las preocupaciones fueran desapareciendo, aquel deseo impulsado por las múltiples justificaciones del estereotipo alardeando que el licor soluciona todo, intenté no tomar en cuenta que estaba haciendo era exactamente lo contrario a lo que haría comúnmente. Inesperadamente el sabor ya no era tan malo como lo recordaba, cuando me di cuenta de ello, ya habían tres latas vacías a mi costado y una media llena en mi mano, entonces decidí parar, por impulsiva que haya sido mi iniciativa no era lo suficientemente inconciente como para perder el autocontrol gracias al alcohol.

Raro fue el sentir que tuve al ponerme en marcha con lo pendiente, el mareo inició cuando aumenté un poco el ritmo de la actividad que ejercía, a pesar de ser tres y media míseras latas, eran las primeras en años y ni una gota de alcohol a pasado por mí en la misma cantidad de tiempo, así que el ser tan débil ante él era normal. Aunque lo intenté, se me hizo imposible disimular mi temprana y patética ebriedad, sentí como mis mejillas subían de temperatura cuando levanté la mirada fijándola sobre el gran reloj del recinto y ver que estaba pisando los talones de mi hora de libertad.

Tuve que admitirme que me embriagué cuando tropecé con el aire, pero mi orgullo no iba a permitir que solo el desquiciado ácido de antes me dejara en este estado, antes de por fin acabar mi turno preparé el trago que más me costó dominar hacer y quién lo tomó fui obviamente yo. Sentí la ginebra pasar con el ácido limón por mi garganta y fue suficiente, la mezcla me quedó horrible pero aún así el sabor no me apestaba tanto, si ya estaba ebrio, un trago más o uno menos ya no era relevante. Antes de caer bajo los efectos del último combinando tomé prisa para salir del lugar e ir de una vez por todas a casa aunque ya no con tanta emoción como días anteriores.

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De verdad Jungkook era un chico increíblemente puro, pensaba en ello y era como si hasta sus lágrimas fueran diferentes, alguien como yo no tenía derecho y no lo merecía en lo más mínimo. Por culpa de sucesos del ayer, pensamientos continuos que me toman fuertemente y me hacen inseguro y además por mis miedos a cosas que aún no sé comprender le herí terriblemente, por ello un merecido arrepentido sentimiento se instauró en mi, por haber aparecido en su vida a causarle estragos que él no tenía por qué pasar. Volvía a reflexionar mientras nuevamente apreciaba la belleza de la que era dueño, dormía, relajado, como debería estarlo siempre, sin mi a su lado.