26 - Herida pt. 2

308 29 33
                                    

Jimin POV

Cada momento que pasaba cerca tuyo hacía que me irritara más y más, no sé qué hace que me rechaces con tanta insistencia, no hallo las suficientes razones para comprenderte, quizás cambiaste completamente y ya no queda nada del Yoongi que busco y por eso te niegas a volver a caer por mi, pero también sé que la gente como tú no puede cambiar por mucho que lo intente, al fin y al cabo, la basura lo sigue siendo cosa que hagas.

Mientras busco razones para entenderte, pienso que claramente mi aspecto cambió al pasado, me aseguré y quizás inconscientemente de resaltar sobre el resto y me hacía bien, me sentía bien conmigo mismo pero tú sólo vienes y me pasas por alto como si de una sombra se tratara, aún así, sé que el tema no es como me veo ¿entonces qué mas te importa? No te entiendo, ¿qué te hizo cambiar tanto?. Ahora medito sobre mi cuerpo, lo cual tiene aún menos sentido, sigue siendo igual o incluso y seguramente mejor a aquel que tenía en el pasado, si no me crees, no te preocupes por ello, te lo puedo demostrar si me lo permites, claro.

Cuando pienso en que quizás te odie, termino con la conclusión que es exacta lo contrario, eso es lo que más quiero poseer de ti, nunca sentí algo tan vivo como el sentimiento que alguien te necesite, que tú me necesites. Después de todo, me jacto que fui yo quién hizo cambiar de bando al más denominado machito de la clase, destruí todo tu orgullo Min Yoongi, ahora deja de ser tan terco porque conmigo simplemente no puedes.

-

Serán poco más de diez pasos los que separan nuestra distancia, veía tu espalda moverse al ritmo de tus pesados y canados pasos, como cargabas ese viejo y conocido bolso, el cual combinaba con cualquier cosa que usaras, bajé mis ojos topándome con tus características y casi esqueléticas manos, las cuales cargaban una bolsa que contenía lo que creo y juzgando por el logo que tenía implantado ésta, era un pastel, me extrañas ¿desde cuándo? ¿en qué te convertiste? antes lo único que corría por tus venas era café ¿y ahora andas comprando pasteles?.

Luego de que me hicieras caminar en silencio unas largas y aburridas cuadras en la oscuridad, vi que volteaste de repente subiendo unas escaleras de una gran edificación que podía ver bajo la iluminación que brindaba un pequeño poste de luz. Me emocioné un poco puesto que por fin había llegado a tu lugar de destino y con éste, mi último intento de hacerte reaccionar de buena manera, más te vale aprovecharlo porque si no sale como yo lo espero, el que sufrirá vas a ser tú.

Luego de que desaparecieras de mi escondida vista pasando por el último conjunto de escalones comencé mi rápida carrera subiendo éstos para encontrarme contigo y darte la pícara e extrovertida sorpresa en la puerta de tu casa, a pesar de todas las discrepancias con el viejo Yoongi que conocía, aún seguía siendo ingenuo pensando en que volverías a ser como lo eras antes. De verdad era demasiado ingenuo.

-

Si bien eras fuerte, sabías pelear y todo acerca de esos brutos temas los cuales me habías dejado claro en el pasado, en estos momentos claramente quién tenía más fuerza entre ambos era yo, no puedes comparar tu astucia en peleas de años atrás con el esfuerzo que hago todos los días desde hace meses forjando mi cuerpo. Así que fue mucho más que fácil abalzanzarme sobre ti y tomarte con fuerza dado que ya sabía el hecho que eras increíblemente prepotente incluso a la más mínima molestia y reaccionarias mal al toparte conmigo bajo este ámbito.

También fue incluso más fácil hacer que la jodida distancia entre nosotros por fin desapareciera, es simplemente inútil que intentes forzarte a separarte de mi, sentía tu fuerza crecer y forcejear sin resultado alguno, no desesperes, aún queda much. Mordía y succionaba con insistencia tus ahora colorados labios mientras tu dejabas caer tus mugrosas pertenencias al suelo en busca de liberar peso para poder zafarte con mayor facilidad de mi, cosa que obviamente no tenía futuro, sólo conseguiste tu deseo cuando esta puerta con un 24 de plástico bañando en dorado se abrió y de ella un extrañado adolescente con cara de niño se asomó.

Tras un brusco impulso, lanzaste solo un puñetazo, me dio más en el ojo que en la cara en si, tras empujarme con tal brusquedad que casi me haces caer por la fría baranda, me dirigiste la peor mirada que has podido hacer en todos los años que te conocí, sentía que me estabas envenenando con tu ceño fruncido a más no poder y comenzó a doler, más que el puñetazo, el cual ya era lo suficientemente doloroso, dolía el hecho que fui completamente reemplazado por quién ahora estaba más que estupefacto en la pequeña entrada, me miraba a mi y luego a ti cambiando tan rápidamente de enfoque que parecía buscar respuestas en cada partícula de aire.

No soltaste ni una sola palabra, tan propio de ti, actuabas sin pensar siempre y la fuerza era la solución a todo, te desprecio tanto, Min Yoongi, te desprecio tanto que quería volver a arruinarte como lo hice en ese entonces, quería ver como de nuevo te aferrabas tan fuerte a mi que podrías largarte a llorar peor que un niño si osaba a separarme sólo un poco de ti, pero tú, maldita sea, te olvidaste de mí tan fácil, y con esa misma facilidad cerraste con un gran golpe la puerta casi en mi cara, dejandome peor que un perro en ese frío suelo mientras ibas a consolar a ese otro puto de mierda que había comenzado a chillar.


Era frustrante, no el hecho de que hayas destruido todos mis planes de volver contigo y con ello mis deseos, me carcomía entre decepción y lo más probable tristeza que quién necesitaba de alguien todo este tiempo no era nadie más que yo, tú ya me habías olvidado hace tiempo, era yo quién seguía buscando lo que ya no existía y me di cuenta de eso bajo las peores circunstancias posibles.

Inquebrantable [SuKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora