12 - Domingo

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Suga POV

Me dispuse a abrir los ojos puesto que el molesto ruido de la llave chocando en la cerradura de la puerta a la lejanía era muy escandaloso, inmediatamente los volví a pegar con fuerza puesto que un maldito rayo de luz solar se disparó en mi cara, desde el mismo sillón dirigí una disgustada mirada llena de odio hacia la dirección donde provenía el dichoso ruido y mientras intentaba enfocar mi borrosa vista logré divisar la familiar y delgada silueta del menor entrando por la puerta, en movimientos un tanto torpes entró y cerró la entrada intentando hacer el menor ruido posible. Caminó lentamente hacia mi dirección por el pasillo de la entrada, cabizbajo mirando hacia sus manos las cuales jugueteaban con las bolsas que cargaba y las llaves en busca de ponerlas en su bolsillo, en un intento de ello las piezas de metal cayeron formando una cara de espanto en el joven, en un movimiento brusco se agachó y las recogió, al ponerse de pie levantó su mirada chocando con la mía.

Entre su pómulo derecho y cercano a la esquina del párpado inferior de su tersa piel se encontraba un suave color morado, más abajo se encontraba su ahora, no tan hinchado labio -Perdón...- musitó bajo mientras dirigía su mirada a otra dirección, otra vez disculpándose por despertarme ¿Tanta amargura desprende mi mirada cuando me despiertan? -Está bien, ya es tarde como para que siga durmiendo- y así era, cercano a las 10 am ya me estaba comenzando a doler la espalda de tanto dormir; usualmente reaccionaría con un amargo silencio que transmitiría odio, pero ahora es diferente -Buenos días- dije en un tono más fuerte y seco, el cual fue respondido con uno más nervioso.

Desayunamos lo que había traído en las bolsas, no fue mucho misterio, solo eran un par de fideos instantáneos. Me puse a pensar en que la cocina quizás estaba de adorno, puesto que yo no cocinaba muy a menudo aunque sabía hacerlo. Pienso que comprar comida ya preparada es más sencillo y además me daba pereza el solo hecho de pensar en todo lo que hay que hacer para preparar un plato de comida; desde comprar los ingredientes hasta lavar los platos.  Jungkook me dejó en claro que él no cocinaba y no por pereza, si no porque simplemente es malo en ello. Una vez preparó la cena y aunque no sabía mal (pero tampoco sabía bien), no tenía ni la menor idea de la que estaba comiendo.

-Tengo miedo- rompió el silencio mientas yo me llenaba la boca de fideos -¿Por qué?- intenté decir aunque ya entendía la razón y quizás sabía la respuesta, pero estaba recién probando mis fideos y los quería disfrutar -Porque yo logré salir corriendo después de agredir a dos de ellos, mañana me van a destrozar si me azomo a la Universidad- sonaba lleno de nervios y seguro era así; sólo pude pensar en que más de dos personas lo habían golpeado y tal cosa hacía mucho más que solo molestarme, no importa por dónde mire la situación, Jungkook era el chico que era acosado por cobardes y este tema era serio porque es por sabido que la víctima nunca sale de esa posición, si fuera por mí, iría a moler a golpes a los agresores pero ¿Qué arreglaría con eso? Nada, solo ganaría más bardo -¿Tienes cosas muy importantes que hacer mañana?- dije posterior a tragar intentado encontrar una solución, los oscuros ojos del chico se desviaron mirando el vacío intentado recordar, supongo, para darme alguna respuesta -En el primer bloque... hay exámen de matemática, luego de eso sólo una materia que te exige el cien por ciento de asistencia, posterior de ello nada relevante... ¿por?- soy demasiado listo -Vente a casa cuando termines con ello, mañana llega justo después de la hora, lo más probable es que todos estén en clase y no te topes con quién no quieras, luego de atender la clase esa de asistencia simplemente te vienes a casa- dije serio jactándome internamente de mi maravilloso plan -Es... una buena idea, después solo puedo conseguirme los apuntes de las siguientes clases... saldría como a hora de almuerzo- dijo un poco más animado -Por supuesto que es buena idea si te la estoy diciendo yo- dije llevando otra porción de fideos a mi boca. Sus dientes a la vista y su naciente risa me dejaron más satisfecho que el aperitivo.

El día transcurrió con normalidad, estabamos en la zona de estar, Jungkook se preparaba para su examen mientras yo trabajaba en lo mío en silencio puesto que no le quería molestar, poco me pude concentrar porque simplemente ahora no puedo quitar la vista de su cara, de sus movimientos, acciones, todo y por otra parte ¿cómo se supone que creas ritmos y música en silencio?.

Musitó un "suficiente" cuando el reloj marcaba las tres de la tarde y comenzó a cerrar y ordenar sus cosas -¿Terminaste?- dije inconscientemente adormilado a lo cuál su cabeza asintió -Vamos a almorzar, yo invito- y se levantó dirección a la salida, me sorprendió de cierta forma porque nunca tenía mucha iniciativa, un poco descolocado lo seguí.

En el camino iba tras él mirando su espalda, contemplandola medité en el hecho que quizás Jungkook tenga más interés en mí del que aparenta tener, siempre me seguía en mis planes y nunca se oponía a que pasaramos tiempo juntos... a lo que quise llegar es que el tiempo que compartimos juntos es más que la relación que un arrendador y arrendatario deberían tener.

De pronto se detuvo haciéndome chocar contra él, me molesté y le pregunté que qué ocurría exaltado, puesto que el chocar así con alguien dañaba mi orgullo por mi estatura -Nada, solo pensaba...- dijo mirando el vacío ¿Qué se supone que debo hacer para que este chico deje de ser tan infeliz? Me llevé la mano a la boca para empezar a morder mis uñas intentado liberar el estrés que me causaba la tristeza de Jungkook, intentado que nuestra atmósfera no se vuelva tan pesada llevé mi brazo alrededor de su cuello e hice que se rebajara a mi altura, me cargué en su hombro y comencé a caminar dándole una rara especie de abrazo -Jungkook, piensa en más adelante- me puse serio -desperdicio sería el que te rindieras ahora que estás recién empezando, tienes que tener en mente que la vida no va a mejorar, créeme, yo también tuve dieciocho años, pero erré y dejé de estudiar, pensando que si me esforzaba por mi cuenta me sentiría bien, dejé todo para enfocarme en lo que de verdad quería hacer y ya sabes como acabé...- sentí que hablé mucho de mí y eso no me agradaba, la verdad -no creo que sólo tus padres influyeran en la decisión que tomaste... en el fondo te gusta lo que haces y la gente a tu alrededor es la que te mete  en la cabeza que quizá no... no le pondrías tanto empeño si no fuera así ¿No crees?- finalicé dándole una fruncida sonrisa ladeada, no era bueno hablando menos animando gente, así que me puse nervioso buscando su respuesta -Después de todo, sigues teniendo la razón, Yoongi- lo hubiera reprendido en broma por dirigirse hacia mí por mi nombre pero sus critalinos ojos mirandome y la suave sonrisa que me regaló me hiceron determe para poder contemplarlas mejor, me di cuenta que su mirada me traía loco.

Jungkook se zafó suavemente de mi agarre y me dio las gracias prosiguiendo con su camino. Yo solo pude volver a contemplar su espalda  y lo mucho que me gustaría que me perteneciera.

Inquebrantable [SuKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora