30 - ¿Paz?

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Suga POV

Nuevamente estaba en esta situación, la verdad era algo que ni yo podía llegar a comprender, cosas como el deseo, llámese de lujuria obviamente crecería al paso del tiempo, ya que, por "pura" que sea una pareja no existe forma de resistirse al anhelo por poseer al otro, pero a pesar que tal deseo existía ya hace un tiempo en ambos, había algo que solo a mí me detenía, simplemente mi mente decía repetidas veces que no lo podía hacer, o al menos no aún.

Por eso procuraba robarle el aliento cada vez que se proponía ser más provocativo, intentado satisfacer sus ansias que por consecuencia del tiempo no dejaban de crecer, pero era como una bomba de tiempo, el momento llegaría y aún no sé lo que me encadena haciendo la resignación hacia mi mismo crecer. Lo que quedaba de noche y gran parte de la madrugada se redujo a sinceros susurros que transmitían puros sentimientos entre ambos además de suaves toques que caracterizaban ser delicados y sutiles, aún así me hicieron darme cuenta lo sensitivo del cuerpo de Jungkook, amaba esta clase de noches en las cuales todo era tan fácil de expresar.

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Cuando abrí los ojos por el fuerte vibrar del celular de Jungkook proveniente de la mesa frente a mi, me apresuré en atraparlo y apagar la jodida alarma que vibraba tres veces antes de comenzar a sonar, ¿por qué tenía alarma los días sábados?, cuando logré mi objetivo reaccioné a mi entorno sintiendo el pesado cuerpo de niño que tenía sobre el costado izquiedo mío y lo contradictorio que era el sentirme cómodo, iba a cerrar los ojos para volver a mi añorado sueño cuando el aparato de mierda volvió a sonar sin aviso previo, de un espasmo lo volví a tomar para encontrarme en la pantalla con una llamada entrante de "Tae" y la foto de un idiota con una sonrisa que mostraba más dientes que nada, lo más importante ers que eran las malditas seis de la mañana, contesté -Jk, cracias a dios, ¿puedes traer un par de hojas milimetradas extra? olvidé las mías sobre la mesa de casa y ya estoy a medio camino- soltó antes de que lo pudiera mandar a la mierda, y un "¿qué?" era lo único que residía en mi mente -¿Jk?- preguntó el emisor de la llamada y sólo hacía aumentar mi molestia -"Jk" está durmiendo ahora y no sé cómo se te cruza por la mente que se va levantar de mi lado para ir a dejarte una porquería- dije sin tibutear para ver si el tal Tae era lo suficientemente inteligente para resignarse un poco, mi respuesta fue un rotundo silencio hasta que la llamada por fin acabó y con ello volví a cerrar mis ojos.

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De exaltada forma me volví a despertar gracias al brusco movimiento que sentí pasar por sobre mi cuerpo y grito de no moderado volumen que Jungkook pegó, lo miré extrañado en busca de alguna justificación a su actuar, y la hubo, era Viernes, dato que al parecer ninguno de los dos le tomó importancia. Rápidamente a pasos que me costó leer dado a que aún no estaba lo suficientemente consciente para ello, de un corto beso se despidió y desapareció por la puerta, dejándome confundido sentado sobre el sofá. Supongo que así eran las cosas, el reloj marcaba las diez y con preocupación en mi mente, volví a echarme para conciliar unas horas más de sueño.

Sin otra opción debería ir al bar, no tenía sentido permanecer en casa si Jungkook no estaba en ella, aún tenía entre mis pertencias esa lujosa pero gastada billetera con todo lo que debería tener dentro, junto con ella el poco cargo de conciencia que tengo y debe desaparecer. Al volver a pensar en Jimin llegué a la conclusión que quizás si tenía un miedo, y ese era el que ponía cadenas alrededor mío, no quería que Jungkook se fuera de mi lado si es que iba y me acostaba con él, porque eso ocurrió mil veces en el pasado y no soportaría el dolor que me causaría si aquello ocurría con él.

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-¿no te interesa renovar contrato?- le dediqué una una mirada la cual no podía expresar menos interés
-si es que de verdad era por Jimin, entonces ya no tienes razones, hoy en la mañana me dejó en claro que no volvería aquí- inconscientemente mi atención se había dirigido a ese hecho, era mejor así, si bien su personalidad no era enfermiza pero estaba lo suficientemente roto como para no entender la razón de las palabras, así que me tengo deshacer ésto último -Era su amigo después de todo, ¿verdad? Entreguele esto- si bien era todo lo que corresponde a ser mi jefe, solo nos separaba un año y su personalidad era de las que te dejan entrar en fácil pero distante confianza, le lancé el estuche de cuero que guardaba en el bolsillo y éste lo tomó con sorpresa pero astucia, me dirigió una mirada como si supiera todo lo que ocurría, la cual obviamente me extrañó, pero ya nada de eso importaba. El último rastro de Jimin había desaparecido de mi vida y estaba bien, sentí que de alguna forma podía respirar con menos pesar. Finalmente acepté la propuesta puesto que era verdad, ya no tenía razones para dejar de venir aquí y por raro que me sonara, me agradaba la vocación que desarrollé aquí.

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Me cuestionaba si realmente necesitaba seguir trabajando para vivir mientras miraba con insistencia la hora que iba más lenta que río de mierda y estaba comenzando a estresarme, el jefecito que me gastaba me obligó a rendir hasta el último segundo de turno el cual se expandió hasta las jodidas tres de la mañana y recién era cercano a las diez de la noche, realmente quería desaparecer en esos momentos. Saqué el celular del bolsillo y procedí a enviar un mensaje al destinatario quién tenía una más que adorable foto de perfil que al verla quitó un poco del estrés que había en mi cuerpo, el comunicado era simple, llegaría muy tarde hoy así lo mejor es que se vaya a dormir temprano, tras enviarlo procedí a continuar con la extenuante labor que me ponía en situación semejante a una guerra.

Entre limpiar, atender, pagar, servir y mil cosas más mi paciencia se iba lejos, mis sentidos no funcionaban cuando un compañero de labor el cual no recordaba el nombre me tocó el hombro y me señaló que ya había que marcharnos, me pondría a sonreír bailando y cantando de alegría pero recordé que mañana tendría la misma mala suerte de hoy, pensamiento que me hizo gritar por dentro.

Como si el mundo se opusiera a que pudiera descansar, el bus no pasaba literalmente nunca, el reloj marcaba cercano a las cuatro de la mañana y yo sólo quería morir un rato que sea. Alivio fue cuando por fin se dignó a pasar y éste se encontraba casi vacío, momento de paz que necesitaba antes de volverme loco.

Cuando por fin entré a casa me sorprendí ante las encendidas luces de la sala, entré a lento paso encontrándome con un Jungkook en el limbo del sueño sentado de incómoda forma sobre la silla del comedor, apuré el paso para acercarme a él sólo para darme cuenta que estaba entumido en un frío que yo no toleraría. ¿De verdad había esperado por mí? entre conmoción y preocupación me dispuse a despertarlo para que pueda descansar como corresponde y merece.


Mientras cargaba un más dormido que despierto Jungkook me cuestionaba si de verdad merecía ésta maravilla que la vida me brindó, de alguna manera un melancólico sentimiento resurgía dentro mío.

Inquebrantable [SuKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora