01 - ¿Impotencia?

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Suga POV

Estaba muy descolocado, no sabía qué estaba pasando ni qué debería hacer. -Empaca de inmediato todos tus trastes, te quiero fuera y lejos de mi vista- la voz severa de mi padre me daba coraje, no quería hacer lo que me estaba mandando, pero solo quería marcharme de ese lugar, tomé el primer bolso que encontré, era uno de cuero negro de fantasía, mediano y espacioso, puse mis pocas ropas y utensilios que me pertenecían de esa casa, no quería seguir allí, era sofocante y quería mandar todo a la mierda ahí mismo. -¡Maldito sea el día en que llegaste a este mundo, solo has traído deshonra a esta familia!- exclamaba entre gritos, empujones y golpes, me hería de muchas formas, pero yo no iba a soportar los insultos de nadie, aunque fuera mi progenitor me hervía la sangre y quería destruirlo, lo tomé del cuello de su camisa y lo jalé hacia mí para que bajara a mi altura, empuñé mi mano y le inserté mi puño en plena cara, su cuerpo cayó al suelo haciéndolo retumbar, hubiera continuado golpeando esa masa de paternidad falsa si no fuera porque se veía tan miserable, no dije palabra alguna, solo salía de mi la respiración pesada, llena de rencor y quizás tristeza que tenía en ese momento. Mi madre se asomó y corrió a socorrer a su marido empujándome fuerte, lo suficiente como para que chocara con la pared la vi con odio absoluto pero no estaba loco y no le levantaría la mano a mi madre por muy hija de puta que sea, simplemente los odiaba tanto, nunca esperaron nada de mi y yo lo intentaba, lo intentaba fuertemente pero nunca apoyaron mis ambiciones o nunca recibí una maldita felicitacion por mis logros de su parte, pero ya no me importaba, ya nada sobre ellos importaba.

Tomé el bolso, no era tan grande y aún así con todas mis cosas dentro no se llenaba del todo, lo puse en mi hombro, tomé mi billetera y celular poniéndolos en mi bolsillo y salí corriendo de allí, ¿Dónde iría? Ni idea, pero ese lugar ya no era mi hogar, yo ya no tenía un "hogar" y quizás desde hace tiempo que no lo tenía. Apresuré el paso, pensaba que correr más fuerte me quitaría las ganas de llorar, no tenía planeado llorar, no recordaba la última vez que lo había hecho y ahora no sería el momento.

Llegué al parque, lo conocía bien y recuerdos de infancia iban y venían, me dejé caer en una banca y dejé el bolso entre mis piernas, no sabía a quién acudir, me rasqué ansioso la cabeza. Tomé mi celular y me di cuenta que estaba temblando, contemplé mi mano unos segundos e intenté calmarme, estaba intranquilo, necesitaba bajar los humos. Respiré hondo y marqué el número de mi amigo más cercano, Kim Namjoon. -¿Yoongi? ¿Te equivocaste al marcar o algo? Es raro que llames-. Como era de esperarse contestó de inmediato. -Namjoon, yo... la verdad es que... yo, o sea, mis padres...- No podía hablar, la verdad no sabía qué decir. "Me hecharon de casa y necesito donde dormir", "Mis padres reaccionaron mal y me botaron", "Huí de casa" todo sonaba horrible, no acostumbraba a pedir cosas porque mi personalidad no me lo permitía. -¿Estás bien? ¿Dónde estás?- preguntó, Namjoon tenía la habilidad de leer a las personas, era una persona muy amable unque aparentara otra cosa. -La verdad, Nam, no estoy bien... le conté a mis padres y me hecharon todo en cara y... no salió bien.- me daba vergüenza, nunca dependí de alguien pero esta ocasión era diferente y necesitaba pedir ayuda, lo sabía y no me iba a negar a mi mismo -Me hecharon de casa y estoy varado en el parque- logré decir sin pausas. -Namjoon, no sé qué hacer- no quería sonar desesperado, pero lo estaba, Namjoon era en quién más confiaba y en esta situación dependía de él. -Voy para allá, Yoongi, espérame en la entrada- colgó. Era agradable saber que tenía a alguien quién confiaba en mí como yo confiaba en él, una amistad de años y años.

Caminé a la entrada del parque y esperé, sentía como si lo que acababa de pasar no era real, que era alguna especie de sueño o algo por ese estilo, era como si aún no aceptaba los hechos. Más temprano que tarde, Nam llegó, hice una seña para que me divisara y cuando lo hizo emprendió una carrera hacia mi, me dio un abrazo diciéndome que todo estaba bien, quizás qué expresión tenía en ese momento porque me miró sintiendo lástima, agaché mi cabeza porque realmente me daba mucha vergüenza verme así, siendo que yo siempre aparentaba o me aseguraba de aparentar ser el chico fuerte y serio, me sentía vulnerable en ese estado, Nam lo captó y me llevó a su casa con la naturalidad propia de él.

En el camino me dijo mil y una cosas, que esto era normal, luego recapacitarían, que no tenía problemas en que me quedara en su casa, que todo estaría bien, etc, me daba ánimos y estaba logrando calmarme.

Llegando a su casa saludé a los padres y a su hermana menor, les expliqué mi situación y me dieron su apoyo. -Esta casa es tu casa, Yoongi, eres como un hijo más para nosotros- Agradecí y me disculpé por las molestias. ¿Por qué mi familia no podía ser un poco, sólo un poco más como ésta? Era bajo comparar mi familia con otra, pero ya me daba igual todo respecto a esa gente.

Todo iba rápido y necesitaba aclararme, Namjoon me orientaba mientras le contaba qué era lo que quería hacer por ahora, no podía estar perdiendo el tiempo. Llegamos a la conclusión que trabajaría en lo que pudiera durante un mes, luego me iría  de su casa a rentar a algún lado, discutimos bastante, ya que insistía que me quedara allí, que no había problema alguno, pero lo había y era yo y mi orgullo, no iba a depender tanto de alguien.

Era de noche, dormía en el cuarto de Namjoon sobre un colchon inflable y frazadas, improvisado pero acogedor. No me iba a quedar de vago siendo una carga para Nam, el mismo día que me habían corrido de casa ya había enviado a múltiples correos mi currículum y al otro día me despertaría de madrugada buscando cualquier lugar donde podría hacer algo por dinero, como bares, discotecas, cafés, puestos de comida rápida, restaurants, etc, incluso sin bajo contrato cualquier cosa que produciera dinero, por mínimo peso que fuera, servía.

Sorpresivamente en una semana, entre ser de barman, mesero, limpiar baños y haciendo actos ya tenía lo suficiente como para arrendar una habitación y eso era algo bueno, aunque Namjoon insistía en que no había problema en que me quedara con él, yo simplemente no podía aceptar tal cosa. Nam podría ser un idiota superficial pero en el fondo se preocupaba de pequeños detalles y eso lo hacía ser él, para que no se alterara, le dije que no me iría si no se cumplía el mes. Como me iba a bien ayudaba a los Kim con utensilos básicos cuando veía que faltaban y a veces invitaba a la cena, no sabía como expresar lo agradecido que estaba.

Una noche mientras me iba del bar en el que trabajaba bajo contrato encontré un anuncio pegado en un poste donde ofrecían un dormitorio, estaba casi a la mitad de precio del más accesible que había encontrado y realmente me pregunté si estaba leyendo mal porque estaba muy barato. Quizás era un error de número o el dormitorio era una mierda rancia. Aún así marqué el número del anuncio en mi celular pero no contestaron, marqué una segunda vez y la voz de un joven con la respiración agitada respondió -¿Diga?- finalmente dijo, ahora me tocaba hablar y yo no era muy bueno en eso. -Eh... llamaba porque vi el anuncio del dormitorio y me llama la atención... arrendarlo lo más pronto posible- dije y me odiaba por dentro por hablar de esa manera. ¿En qué momento empecé a hablar como idiota? -¿Enserio? Genial, ¿está disponible en este momento? Puedo mostrarle ahora el dormitorio si le apetece- Su voz era como el de un niño emocionado -Claro- Respondí y me fijé en la dirección, era un poco lejos, pues la casa de mis padres quedaba a un lado de la plaza, la de Nam al otro lado de ésta y la dirección del anuncio estaba aún más alejada de la casa de Nam, pero me quedaba más cerca del bar, mejor aún y además estaba en otro barrio, perfecto, se reducían las posibilidades de encontrarme con alguien de mi familia. -Voy en camino, llegaré mínimo en 15 minutos- pude volver a hablar con normalidad y me emprendí rumbo al dormitorio y de algun modo esperaba no quedar decepcionado.

Me fijé y estaba a tres estaciones de la casa de Namjoon y por allí pasaba el bus que me deja cerca mi trabajo, de verdad esperaba que el dormitorio no fuera una mierda porque estaba muy bien posicionado.

Llegué a la dirección, era un complejo de departamentos y no se veía nada mal, habitación 24, segundo piso  cuarta puerta, subí las escaleras y saber que desde ahora en adelante tendría que subir estas escaleras todos los días despertó el flojo ser que existe en mi interior. Toqué el timbre en la puerta de madera marrón con un 24 de oro de fantasía y esperé, estaba ansioso pero mantenía la calma, tenía el semblante serio y la mala costumbre de ser hostil con seres nuevos en mi entorno. Abrieron la puerta y salió un joven castaño, su nariz era grande y redondeada, era un poco mas alto que yo, lo contemplé unos segundos y noté sus labios, que eran rojos y tenían una forma fruncida y delineada, sacudí la cabeza y de una reverencia me presenté -Buenas noches, soy Min Yoongi y vengo por el dormitorio, hablamos hace poco y eso...- extendí la mano en forma de saludo y el chico me quedó mirando, como si estuviera analizando cada parte de mi y luego estrechamos manos, a eso respondió  -Jeon Jungkook, un gusto, pasa-.

Inquebrantable [SuKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora