Capítulo 20

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     Yuuri abrió los ojos lentamente, sintiéndose extrañamente cómodo; se estiró con fuerza mientras soltaba un bostezo, sentándose en la cama en el proceso

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     Yuuri abrió los ojos lentamente, sintiéndose extrañamente cómodo; se estiró con fuerza mientras soltaba un bostezo, sentándose en la cama en el proceso. Sonrió levemente mientras observaba las maletas acomodadas en una esquina, esa tarde regresarían a Hasetsu después de casi tres meses de haber estado afuera; la puerta del cierto se abrió dando paso a Viktor que traía una bandeja con el desayuno, le sonrió tiernamente y se acomodó.
  —Buenos días, mi cerdito —Viktor le dio un beso suavemente y le puso en la bandeja sobre las piernas—, te preparé el desayuno.
  —Gracias, pero esto es mucho ¿No crees? —Le preguntó observando la cantidad de comida que había en el bandeja.
  —Tu apetito ha aumentado, además…aprovecho y como también —Le respondió mientras le robaba una tostada, Yuuri soltó una risita y bebió un poco de café.
  —Quizás es por mi entrenamiento…no le hallo otra razón coherente —Comentó mientras comía los panqueques con rapidez. Viktor sonrió con ternura y depositó un suave beso sobre la frente del menor y sentó frente a él.
  — ¿A que hora sale nuestro vuelo? —Le preguntó Yuuri mientras comía.
  —A las cuatro.
  —Tenemos tiempo entonces… —Murmuró el japonés mientras se limpiaba la boca.
— ¿Tiempo para que? —Preguntó el ruso con curiosidad.
  —Para darnos un baño juntos —Corrió la bandeja de sus piernas y se sentó sobre él mayor, rodeando su cuello con sus brazos—, hace mucho que no los damos un baño juntos.
  — ¿Seguro que lo que quieres es un baño? —Le  preguntó el  mayor sorna mientras acariciaba  los muslos del menor con lentitud. Yuuri asintió varias veces para luego darle un fugaz beso—. Muy bien, vamos a “bañarnos” entonces.
     Se levantó rápidamente de la cama, haciendo que el japonés enredara sus piernas en su cintura, y caminó hasta el baño de la habitación, de donde no salieron hasta el almuerzo. Cuando por fin pudieron salir, terminaron de acomodar las pocas pertenencias que les faltaba guardar y fueron a un restaurante del hotel a almorzar, haciendo hora para irse al aeropuerto.
     Yurio y Otabek se habían regresado a Hasetsu mucho antes que ellos, según el rubio ya estaba harto de verlos por lo que quería pasar un tiempo Lejos de ellos…aunque era mas que obvio que sus intenciones era pasar tiempo de caridad con el Kazajo. Cuando llegaron al aeropuerto fueron a dejar las maletas y le mostraron sus identificaciones a la azafata, que los guiaron al jet privado del ruso en donde se acomodaron.
  — ¿Por qué hay tantos guardaespaldas? —Pregunto Yuuri con cierta molestia.
  —Mejor prevenir que lamentar, ¿No crees? —Le preguntó el ruso con una sonrisa.
  —Pues si, pero es incómodo…nos miran todo el tiempo —Comentó mientras los miraba por sobre su asiento, Viktor solo soltó una carcajada—. Solo espero que no los hagas entrar a la habitación.
      Se acomodó en el sillón y se dispuso a ver una película mientras el ojiceleste leía un libro y respondía varias llamadas. Con el paso de las horas Yuuri terminó durmiéndose profundamente sobre el hombro del Mayor; Viktor sonrió y lo cargó como si se tratase de una princesa, lo llevó hasta la habitación y lo recostó sobre la cama, sacándole la chaqueta y las zapatillas. Se recostó a su lado, observando como el japonés dormía profundamente; soltó un bostezo mientras sus parpados comenzaban a caerse. Justo cuando el ruso estaba cerrando los ojos para quedarse dormido su teléfono comenzó a sonar; abrió los ojos abruptamente y lo agarró.
  —Diga.
  —Viktor, soy yo —Era la voz de Otabek—. Siento molestarte en este horario… pero es urgente.
— ¿Le sucedió algo a la madre de Yuuri, o a mis padres? —Preguntó el peliplateado con preocupación.
—No, ellos están bien —El ruso soltó un suspiro aliviado—, es sobre Toshiya…esta aquí, en Hasetsu.
      Viktor abrió los ojos asombrado y por inercia los desvío hacia el menor, quien dormía plácidamente a su lado. La simple idea de que ese bastardo lo tocase le hacia ponerle los pelos de punta, sabia de lo que era capaz…lo había vivido en carne propia. Le agradeció al kazajo, se levantó muy lentamente y se fue a hablar con su pelotón, debía ser muy cuidadoso a partir de ahora…al menos hasta que pueda atraparlo.
     Con el paso de las horas Viktor ya había formado un plan perfecto para la nueva seguridad de Yuuri y comenzó a idear varios planes para atrapar a Toshiya, aunque para eso necesitaba de Yurio y Otabek. Yuuri comenzó a despertarse lentamente; soltó un largo bostezo y con la meno comenzó a buscar el cuerpo del mayor a su lado, encontrado vacío el asiento. Se levantó de golpe, buscando al mayor por todos lados y lo encontró sentado en el sillón mirando fijamente un varios Planos, estaba muy concentrado.
      Sonrió y se acercó lentamente al mayor, se sentó justo a su lado y rodeó su cuello con sus brazos, sacándolo de sus pensamientos. 
  —Buenos días, mi lobito —Le besó la mejilla y el cuello—, ¿Por qué te despertaste tan temprano?
  —No pude dormir —Le respondió con una leve sonrisa. Yuuri le acarició la mejilla suavemente antes de depositar un suave beso sobre los labios del mayor, sintiéndolos algo fríos.
      Se sentó a horcajadas sobre el mayor y lo rodeo nuevamente con sus brazos y fijó su vista en los azules ojos del ruso; eran igual de hermosos que siempre, solo que estaba vez estaban adornados por una ligeras ojeras. El japonés besó delicadamente su frente antes de abrazarlo.
  —Aun faltan horas para que aterricemos, ¿Por qué no duermes un poco? —Le propuso con voz tierna.
  —Dormiré cuando termine un par de planes —Le contestó, regalándole una sonrisa un poco cansa. Yuuri frunció los labios  y lo sujetó por la barbilla.
  —No dejaré que mi padre te quite el sueño —Viktor tragó con fuerza sin dejar de verlo a los ojos, lo había descubierto—, luego lo verás con Otabek y Yurio…descansa un poco, es una orden.
     Viktor sonrió con ternura antes de asentir y darle un suave beso en los labios; Yuuri se levantó del sillón y lo llevó hasta la cama, donde lo recostó y se acostó a su lado. Comenzó a acariciar suavemente el cabello del mayor mientras se perdía en el mar azul que eran los ojos de Viktor; sonrió con ternura antes de darle un fugaz beso y acurrucarse en su pecho, hasta que se quedaron profundamente dormidos. Con el paso de las horas el jet aterrizó sobre suelo japonés; el brusco movimiento del aterrizaje hizo que ambos se despertaran de golpe, algo aturdidos.
  —Malditas turbulencias…las detesto —Murmuró Viktor con cansancio, frotándose la cara con la mano.
  —Quiero vomitar —El japonés se levantó rápidamente de la cama y fue directamente al baño, cerrando la puerta del mismo en el proceso. Viktor se levantó rápidamente de la cama y tocó la puerta del baño con lentitud.
  —Yuuri, ¿Cómo éstas? —Le preguntó con cierta preocupación, tragó con fuerza antes de abrir la puerta lentamente encontrándose con el menor quien se estaba lavando la boca. Se acercó por detrás y le acarició la espalda suavememte—, ¿Quieres que llame al doctor?
     Yuuri negó antes de cerrar el grifo y limpiarse la boca con la toalla.
  —Solo fue el aterrizaje, estoy bien —Se giró para sonreírle y darle un beso en la mejilla—. Ahora vistámonos para poder bajar.
       Regresaron al cuarto y se vistieron rápidamente antes de salir del avión, donde los estaban esperando un “ejercito de guardias” junto con la familia de ambos. La madre de Yuuri fue la primera en recibirlos con un gran abrazo y dos estridentes besos en las mejillas, dejándolos un poco atontados; después se les acercaron los padres de Viktor quienes, de una manera mas tranquila, les dieron la bienvenida nuevamente y por culto aparecieron Otabek y Yurio, quienes solo los abrazaron.
        Salieron dela aeropuerto y fueron en dirección de la casa del japonés; cuando entraron fueron sorprendidos con una bienvenida en donde se encontraban tanto amigos de Viktor como de Yuuri, saludaron a todos los presentes y comenzaron a charlar animadamente mientras servían varios platillos tradicionales. Mientras Viktor hablaba con Chris y los Demás, Yuuri hacia lo mismo con Phichit y su pareja.
  —Así que regresaras para esta competencia —Dijo el tailandés mientras bebía un poco de cerveza, Yuuri asintió—. Otro año que no podré ganarte…y yo que quería ganar el oro por fin.
     Yuuri soltó una carcajada antes de abrazar a su amigo por los hombros.
  —Quien dice, quizás me ganes esta vez —Le dijo el castaño con una sonrisa. Phichit negó entre risas.
  —Seria un milagro… verás que ganaras nuevamente.
  —O perderá ante el mejor patinador del mundo —Comentó Yurio con orgullo.
  —Pero si Viktor se retiró hace mucho —Comentó Yuuri con una sonrisa, haciendo que todos estallaran en risas. Un ligero tic se empezó a notar en el ojo del rubio, quien estaba al borde de un colapso.
   —Así que…mi hijo se descompuso en el aterrizaje —Le dijo Hiroko al ruso, quien estaba apoyado en una de las paredes cerca de la cocina.
  —Si…según el fue por aterrizaje…pero ha estado raro… —Le respondió con simpleza.
  — ¿Cómo “raro”? —Repitió la mujer con confusión.
  —Si…come de más, tiene más sueño que de costumbre…apetito sexual aumentado —Le explicó el ruso con diversión—. Lo veo más mimoso y más…brillante.
        El ruido estruendoso de un vidrio rompiéndose se escuchó por toda la pensión. Viktor se giró rápidamente para ver que Hiroko había soltado una botella y lo observaba entre asombro y terror. Yuuri escuchó el ruido y se acercó rápidamente hacia donde estaba su madre.
   —Mamá, ¿Qué sucedió? —Le preguntó el castaño a su madre.
   —N-Nada…solo se me resbaló…estoy bien —Le respondió con una sonrisa mientras comenzaba a limpiar. Yuuri miró al mayor sin entender y este solo se encogió de hombros, estaba igual o más confundido que el él.
  —Mañana iré al hospital —Le contó el menor a su pareja—, me toca mi chequeo anual para ver como me encuentro para las competencias…espero que me acompañes.
  —No te dejaría ir solo ni en un millón de años —Le respondió antes de abrazarlo y comenzarse a reír. Hiroko, quien observaba de lejos, terminó de acomodar todo y se acercó hacia donde estaban los demás para seguir conversando…mirando de reojo a su hijo a Viktor.
     Al final de la velada, casi la mayoría de los invitados terminaron quedándose en la posada. Viktor y Yuuri regresaron a su antigua habitación y se recostaron en su cama, soltando un suspiro al sentir aquella mullida cama después de tanto tiempo. El japonés abrió los ojos lentamente, girando la cabeza para ver al mayor.
  —Viktor… ¿De verdad vamos a casarnos en un mes? —Le preguntó el menor de golpe, haciendo que el ruso lo mirara.
  —En un mes…no, ahora que comenzarás con el patinaje tendrás que estar muy concentrado —Le respondió seriamente antes de sonreír—, pero en cuanto termines nos casaremos, te lo aseguro.
      Yuuri asintió con una sonrisa antes de besarlo y acomodarse sobre él, comenzando a girar por la cama para ver quien ganaría la pelea. Al final ambos terminaron profundamente dormidos.
      Pasaron varios días hasta que se acostumbraron nuevamente a la vida en Hasetsu; Yuuri fue al hospital a hacerse un chequeo general de todo por pedido de su Entrenador, que ya se encontraba en Japón para comenzar las prácticas. Mientras el japonés entrenaba Viktor planificaba todo con su pelotón para los ataques venideros.
      Una persona encapuchada buscaba desesperadamente entre los resultados de todos los análisis de sangre de esa semana; aquella oficina se encontraba completamente desordenada, prueba de que esa persona buscaba algo con suma urgencia. Cuando finalmente dio con el archivo la persona lo abrió rápidamente y comenzó a leer los resultados, arrugando la hoja al ver aquello que le rompía le corazón. Se levantó lentamente y sacó su teléfono del bolsillo y marcó un numero.
  —Buenos días señor…encontré los análisis de Yuuri Katsuki y nuestro temores fueron reales —Tragó con fuerza antes de continuar—…su hijo esta esperando un bebé de Nikiforov.
  —…
  — ¿Señor?
  —Ya sabes que hacer Ángelo—Le dijo antes de cortar la llamada. El nombrado sonrió de forma maliciosa antes de salir de la oficina.
      Caminó tranquilamente por el lugar antes de irse en dirección a un supermercado, donde compró un par de especias algo extrañas. Cuando salió de ese lugar se dirigió hacia la pista de hielo donde entrenaba el pelinegro. Aprovecharía que ese día Viktor no estaría ahí.
     Ingresó tranquilamente al lugar y se metió rápidamente al comedor de la pista donde, vestido con un uniforme robado del lugar, comenzó a preparar un batido de frutas.
   —Un poco de Tanaceto, algo de ruda, salvia, regaliz, boldo, azafrán y una pizca de nuez moscada… —Soltó una risita bastante maliciosa antes de oler su resultado, asegurándose de no sentir nada que hiciese de ese batido algo sospechoso—…al final ese libro me sirvió de a gran ayuda…
      Abrió el bolso que llevaba consigo y comenzó a ponerse un traje negro, se ató el cabello y se puso una peluca de color platinado. Se puso unos lentes negros y salió del lugar con el batido en una bandeja sorbiendo para sus adentro al ver años meseros que llegaban.
  —Entrégale esto a Yuuri Katsuki, dime que viene de parte de “Su admirador secreto” —Le ordenó al joven, quien asintió y agarró el batido. 
      Se encaminó hacia las gradas y se sentó a una distancia prudente para que el japonés se diera cuenta de su presencia, su sonrisa se agrandó en cuanto vio al mesero acercarse al menor y entregarle el batido. El castaño giró su cabeza y le sonrió.
—Pobre iluso, cree que soy el —Se acomodó en el asiento mientras veía como bebía aquí liquido extremadamente venenoso.
      Justo cuando término de beberlo se levantó y comenzó a caminar como si estuviese yendo hacia donde estaba el menor, más sin embargo salió del Lugar dejando a Yuuri algo confundido.
  —Ey, cerdo… —Yuuri se giró para ver a Yurio—. Viktor me mandó a buscarte.
  —No puede ser…el estaba aquí…
  —El golpearte contra el hielo te hizo mal ¿Verdad? Viktor esta en una reunión con de “negocios” ilícitos…me mandó a buscarte junto con Otabek —Los ojos del mayor se abrieron con fuerza, sintió una fuerte punzada en el vientre el cual lo hizo soltar un gemido lastimero y llevarse una mano el estomago.
     Yurio se acercó rápidamente  y comenzó a revisarlo ya que había comenzado a toser con fuerza. En determinado momento el mayo vomitó sangre, haciendo que el ruso abriera los ojos aterrado y ordenara que llenaran a una ambulancia con rapidez. Recostó al menor que se había desmayado y comenzó a revisarle los signos Vitales, sintiéndolos muy bajos.
       La ambulancia llegó a los pocos minutos y al ver el estado critico del menor se lo llevaron rápidamente al hospital. Yurio se había ido con el japonés, no sin antes avisarle al ruso lo que había ocurrido; llegaron al hospital y llevaron al menor a terapia intensiva, seguido por un grupo de médicos. Viktor bajó del auto a gran velocidad, seguido por el kazajo, e ingresó a la sala de urgencias donde se encontraba Yurio hablando con varios oficiales y doctores.
  — ¡Yurio, ¿Qué sucedió?! —Le preguntó el mayor con preocupación.
  —Al parecer lo han drogado, muy fuertemente —Le respondió con seriedad—. Aun no saben bien que sucedió exactamente, están haciendo todos los estudios.
  — ¿Cómo mierda lo drogaron? —Preguntó Viktor con molestia.
  —El joven mesero dijo que un hombre de cabello plateado le entregó la bebida ya hecha…según la descripción del hombre es que era alto, medio regordete y que su voz tenia un ligero acento extranjero…como el de un italiano.
      Viktor quedó en silencio varios Segundo, acortando la lista de los posibles sospechosos. Abrió los ojos enormemente al darse cuenta de quien era.
  —Ángelo… —El rostro del ruso se desfiguro de la rabia—. Quiero que movilicen a todos, búsquenlo en esta maldita ciudad…entren a todas las casas si es necesario.
  —Pero señor…
  — ¡Háganlo en este maldito instante! —Exclamó fuera de si, miró al oficial—. ¡YA!
     Los oficiales asintieron rápidamente y salieron del lugar junto con varios del servicio de Viktor. El ojiazul se sentó en las sillas y se frotó el rostro con fuerza.
  —Nunca dejaran de molestar… —Susurró Yurio con cansancio.
  —No hasta que lo mate…o él me mate a mi —Le dijo Viktor de la misa manera. De pronto un medico salió, haciendo que ambos se levantaran— ¿Cómo esta doctor?
  —Pase conmigo, ambos Debe saber algo —Le respondió el medico mientras le abría la puerta. Viktor miró al rubio y al kazajo antes entrar, Yuuri al verlo sonrió débilmente.
  —Ahora es mi turno de estar postrado en una cama —Susurró el pelinegro sin borrar su sonrisa.
  —No digas eso —Le dio un beso antes de separarse y mirara al medico—, ¿Qué paso?
  —No intentaron matarlo… ¿Ustedes tiene idea de lo que es ser Doncel? —Viktor asintió más sin embargo Yuuri negó con la cabeza, haciendo que el hombro frunciera el entrecejo—. Doncel es un término utilizado en aquello jóvenes hombres que poseen los órganos femeninos internos como los masculinos…eso es usted joven Katsuki.
    La pareja abrió los ojos con sorpresa ante aquella confesión. Yuuri era el más asombrados entre los dos, jamás se habría imaginado que sería tal cosa aunque eso explicaba muchas cosas…la forma en que su madre lo cuidaba, siempre era mas pequeño que los demás niños…todo cobraba mas sentido. Una ligera sonrisa comenzó a formarse en su rostro antes de mirar al mayor.
  — ¿Eso quiere decir que puedo quedarme embarazado? —El doctor asintió levemente, haciendo que soltara una risa de felicidad—. Puedo quedar embarazado, Podemos ser padres.
      Viktor le sonrió con ternura antes de besarlo en la frente, mas sin embargo algo no cuadraba.
  —No comprendo… ¿Esto que tiene que ver con que intentaron envenenarlo?  —Le preguntó el mayor sin comprender.
  —A su pareja no trataron de envinarlo —Le respondió con Seriedad antes de mirar al menor—. Tenias un embarazado de tres meses de gestación, pero lo perdiste por los ingredientes que tenia esa bebida. Lo siento mucho.
     Yuuri sintió como un balde de agua fría le caía sobre la cabeza, se llevó una mano hacia su estomago y un nudo comenzó a formarse en su garganta. Viktor abrazó al menor quien había empezado a llorar desconsoladamente sin dejar de tocarse el vientre. El mundo de ambos se había venido por los suelos por el simple hecho de haber perdido a su primer hijo…uno al que no podrían ver jamás.
     No había palabras para describir el dolor por el que estaban pasando los dos…tal parecía que jamás dejarían de sufrir.
    Mas sin embargo, Toshiya había ido muy lejos con esto.
    Viktor se separó lentamente del menor antes de besarlo e irse de la habitación. Apenas salió se sostuvo de la pared y por primera vez en muchos años sintió las pequeñas lágrimas caer por sus mejillas. Yurio miró aquello con infinita sorpresa, la cual aumento al ver como el ruso comenzaba a llorar desconsoladamente.
  —Viktor…
      Hiroko ingresó a la habitación por orden del médico mientras los demás trataban de saber que había sucedido.
  —Viktor, hermano… ¿Qué pasó? —Le preguntó Chris con preocupación.
  —P-Perdí…perdí a mi hijo…. —Los presentes se llevaron la mano a la boca al oír aquello—….y no pude hacer nada para impedirlo… ¿Por qué no fui con él?
    Chris abrazó con fuerza a su amigo, sintiendo como este aun lloraba….no pudiendo imaginar como estaba el ojinegro. Trataba de calmar al peliplateado susurrándole cosas al oído para que se pudiese calmar. Después de un rato de tranquilizarlo, y de varios de cafés, Viktor ingresó nuevamente a la habitación del menor quien ya se encontraba más calmado.
  — ¿Por qué  no dijo nada? —Le preguntó el ruso a Hiroko con desdén.
  —Yo…tenia miedo de lo que Toshiya le pudiese hacer a mi hijo —Le respondió con vergüenza.
  —Lo hizo de todos modos… —Le dijo con su voz cargada de rabia—. Esta vez…me la va a pagar…
  —Viktor… ¿Qué vas a hacer? —Le preguntó el menor entre ligeros espasmos.
  —Justicia —Le respondió antes de darle un beso en la mejilla e irse rápidamente del lugar, seguido por sus amigos.
  —Viktor espera por favor ¡Viktor! —Exclamó el menor con desesperación.
  —Déjalo —Yuuri miró hacia donde estaba Lilia—. Le han lastimado algo que ama con todo su ser, y han herido su orgullo…debe tomar venganza por eso.
      Yuuri miró a la puerta antes de derramar una lágrima y recostarse nuevamente.

The Gangsta ~VictuuriWhere stories live. Discover now