Yuuri Ktsuki es un joven patinador Japones en asenso con un pasado que lo ha hecho ser un joven inseguro y bastante tímido.
Una noche después de patinar comienza a recibir regalos bastantes hermosos y costosos de parte de un "Admirador Secret...
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La noche de la gran final había llegado, los competidores se preparaban tanto física como mentalmente para lo que se venía. De los cinco, Yuuri era el que estaba más nervioso; si hacia todo bien podría tocar el oro por primera vez en su carrera. Durante los años anteriores había logrado llegar a las finales del Gran Prix pero nunca podía ganar el oro, solo lograba conseguir las medallas de plata y broce.
Hasta este año.
Un Lutz Cuádruple, inspirado en la persona que le enseñó a patinar, le otorgó a Yuuri el oro por primera vez en muchos años, quien no dudó en llorar en plena pista en cuanto se enteró de eso. En cuanto alzó la mirada, se encontró con la celeste mirada de Viktor quien le aplaudía con una sonrisa orgullosa, automáticamente le regresó la sonrisa antes fijar su vista en los camarógrafos.
Una vez terminado la ceremonia final, se acercó a su entrenador y lo abrazó con fuerza mientras le agradecía infinitamente el haberle ayudado a ganar, se separó y se fue con los demás competidores.
― ¡Muchas felicidades Yuuri, te merecías esa medalla! ―lo felicitó Phichit mientras le lanzaba confeti por todos lados.
―Te a merecías Yuuri, felicitaciones ―Le sonrió Otabek, quien le palmeaba el hombro suavemente.
―No...lo hiciste tan mal cerdo ―le dijo Yurio con diversión―. El próximo año te destruiré, ni lo dudes.
Yuuri sonrió nerviosamente mientras una pequeña gota de sudor bajaba por su frente, Yurio siempre lograba ponerle los pelos de punta.
―Muchas gracias chicos, gracias por el apoyo ―colocó sus manos a los costados antes de inclinarse.
―Bueno, basta de cursilerías ―dijo Yurio mientras se movía inquieto―. Espero que ahora dejes de lloriquear y seas mejor patinador. Nos vemos en el banquete.
―Lo quiere decir es que está feliz de que la hayas ganado ―le dijo Otabek con tranquilidad.
― ¡Jamás he dicho o pensado eso, deja de mentirle! ―le gritó completamente enfurecido antes de salir del lugar arrastrando a Otabek.
―Oye Yuuri, creo que alguien desea hablar contigo ―Yuuri se giró para encontrarse con Viktor, quien llevaba un ramo de rosas en la mano.
El castaño tragó con fuerza mientras se acercaba lentamente hacia el mayor, sin dejar de mover las manos.
―Y... ¿Qué te pareció mi actuación? ―le preguntó Yuuri con cierto nerviosismo.
―Fue...magnifico ―le respondió haciendo que el menor lo mirara con sorpresa―. Todo fue perfecto, tus saltos, los giros, cada movimiento que hacías. Nunca había visto un Cuádruple Flip tan impecable.
―Yo...hablas como si supieses de esto ―comentó haciendo que Viktor se tensara, aunque logró disimularlo rápidamente.
―He visto practicar a Yurio desde que era un niño, tuve que aprender a la fuerza ―le explicó entre risas para luego entregarle el ramo de flores.
