Yuuri Ktsuki es un joven patinador Japones en asenso con un pasado que lo ha hecho ser un joven inseguro y bastante tímido.
Una noche después de patinar comienza a recibir regalos bastantes hermosos y costosos de parte de un "Admirador Secret...
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Yuuri caminaba muy lentamente por un largo pasillo muy similar a la de los hospitales, miró sus manos por un momento y vio que las tenia sucias y con algo de sangre. De pronto, escuchó un grito que se le hacia muy familiar por lo que apresuró él paso y dobló hacia la derecha encontrándose solamente con una puerta roja, la cual estaba cerrada. Tragó con fuerza y, aunque no sabia que era lo que había detrás de esa puerta, pero estaba completamente seguro que era algo que le gustaba, algo que le había creado un nudo en la garganta...algo frío.
Tomo valor y abrió la puerta muy lentamente, sintiendo como un aire congelado chocaba con su cara con fuerza, e ingresó a la habitación. Las paredes era blancas y pulcras, solo había una camilla y sobre ella había un cuerpo tapado por una sabana blanca; Yuuri caminó alrededor de la camilla y tomó entre sus manos él papel de identificación que se encontraba en él dedo gordo del pie derecho. Sus marrones ojos se llenaron de lágrimas al ver él nombre de la persona que se encontraba sobre la metálica camilla, negándose a creerlo; se acercó a la parte de la cabeza entre lágrimas y con las manos temblorosas destapó él cuerpo...
Su rostro se desfiguró del dolor y sintió como su corazón se rompía en mil pedazos.
-No...Tú no -Susurró él castaño mientras colocaba su mano sobre la fría y pálida mejilla-. Viktor, mi amor...
Sin más rompió en llanto sobre el cuerpo mientras acariciaba su rostro y negaba reputadas veces, diciendo que aquello era solo un sueño; miró con dolor como los celestes ojos que siempre lo habían mirado con amor hoy solo miraba un punto inexistente, sin brillo ni calor alguno. Tan encimado estaba que no sintió los lentos pasos detrás suyo; una persona se detuvo detrás de el y puso sus manos en los hombros del menor y los acariciaba suavemente.
-Lo siento tanto...hijo mío -Susurró una voz suave sin dejar de acariciar sus omóplatos-. Este trágico accidente pudo haberse evitado...si tan solo hubieses permanecido lejos de él...seguiría con vida.
Otra lágrima cayó por la sonrojada mejilla del menor, sintiendo como su corazón se encogía al escuchar aquellas palabras...pensando que quizás tenia razón.
-N-No...Eso no es cierto -Murmuró sin dejar de acariciar en frio rostro.
-Claro que si...todo esto es tu culpa, únicamente tuya -Le dijo su padre antes de comenzar a reírse-. Tú mataste a tu amado...tu fuiste su ruina, la soga que ahorcó.
- ¡No, basta! -Exclamo Yuuri con desesperación, negando con la cabeza varias veces-, ¡Esto no es mi culpa! ¡No lo es! ¡VIKTOR!
Yuuri se despertó de golpe, gritando él nombre del mayor para luego sentarse en la cama y romper en llanto. Viktor, que se encontraba dormido a su lado, se despertó abruptamente al sentir el grito seguido por un llanto desesperado; se sentó de golpe encontrándose con él castaño llorando abrazando sus piernas.
