Capítulo 23

428 39 11
                                    

     Viktor atravesó la puerta del hospital como si se tratase de un torbellino. Ignoró las advertencias y reclamos del personal médico y solo atinó a correr casi por inercia hacia donde se suponía que estaban sus amigos con su prometido. No sabía ni hacía dónde estaba caminando, pero de lo que sí estaba seguro era de que debía ver a Yuuri o saber algo de él porque sino enloquecería.

     Las palabras de Otabek aún se repetían en su cabeza con perfecta claridad. Desde el momento en que se había subido al avión, perdió toda comunicación con sus familiares. No sabía nada más de lo sucedido, no sabía si Yuuri estaba bien. Todo era su maldita culpa. Si tan solo le hubiese dicho de esa reunión, si tan solo le hubiese explicado la situación para que no se preocupara, si tan solo no hubiese alejado de él…tal vez no estarían en esta situación. 

     Abrió una de tantas puertas y se encontró de frente con Yurio y Otabek, quienes conversaban entre ellos mientras esperaban a que el médico saliera. Cuando el rubio se percató de la presencia del 9jiazul se puso de pie y se acercó rápidamente hacia donde estaba, tomándolo de las solapas de la camisa para luego estamparlo contra la pared.

   —Maldito bastardo, ¡¿Qué demonios hiciste?! —Le cuestionó el menor con molestia.

   —Yuri, basta, déjalo hablar —Le pidió el kazajo con seriedad.

   — ¿Realmente piensas que sería capaz de serle infiel a la persona que amo? —Le preguntó el peliblanco con molestia.

   — ¡Pudiste decirnos quién era! ¡Así estaríamos listos para contener a Yuuri! —Bramó el ojiverde—. Pero no, el Misterioso Viktor tiene que guardar miles de secretos para sus mejores amigos —Aumentó la fuerza de su agarre—. Maldito idiota.

   —Hice mal en no contarles, pero no pensé…

   — ¿No pensaste que Yuuri se intentaría matar, no es así? —Le preguntó el más bajo—. Pues déjame decirte que es no así.
Abusó de manera inconsciente de los anti depresivos en un intento de calmarse, ¿Por qué recuerdas que esta depresivo, verdad? ¡Porque perdió a su hijo, perdió la capacidad de gestar uno y para colmo su prometido se va de la noche a la mañana —Guardó silencio unos segundos y luego continuó—. Tu responsabilidad afectiva me asquea, de verdad.

   — ¡Yuri! —Exclamó el pelinegro.

   —Otabek, no…tiene razón —Dijo Viktor para luego suspirar—. Esto es mi culpa. Para comenzar no debí haberme ido del lado de Yuuri, aún cuando él mismo me Insistió en hacer el viaje —Yurio se alejó de él, pidiéndole sentarse en una de las sillas que había en el pasillo para luego sujetarse la cabeza—. Soy una mierda.

   —Si, lo eres.

   —Yuri, no estas ayudado —Murmuró Otabek con molestia.

   — ¡Si para que logre entender la gravedad de la situación tengo que hacerlo sentir con una mierda, lo haré! —Exclamó con molestia—. Ten por seguro de que Yuuri saldrá de esta, y te quiero ver intentando enmendar tu error…porque no será fácil, ya le sembraste la duda, y eso no es fácil de solucionar.

     Sin más que decir, el rubio se alejó del lugar y se fue a sentar en una de las sillas más alejadas de donde estaban los dos hombres, cruzándose de brazos una vez que estuvo sentado. Otabek solo soltó un suave suspiro y se sentó junto a Viktor, quien sólo miraba al suelo.

   —Disculpa a Yuri, esta muy preocupado —Le dijo el moreno—. No va a admitirlo, pero se ha encariñado mucho con Yuuri.

   —Tiene razón en todo lo que dijo, ¿Ahora como haré para que Yuuri vuelva a confiar en mi? —Sé preguntó para luego soltar un sollozo—. Debe odiarme, o peor aún, debe odiarse a sí mismo. Debe haberse sentido tan mal, y en lugar de calmarlo solo le generé una inseguridad más.

   —Sé que no será fácil solucionar esto, pero estoy seguro de que lograrás hacerlo —Le aseguró Otabek para luego colocar su mano sobre el hombro de su amigo en un intento de calmarlo—. Pero Viktor, vuelve a hacer esto y te golpearé en la cara. Me va a importar un carajo que seas mi jefe.

     El nombrado lo miró por unos momentos para luego sonreír suavemente.

   —Creo que me tengo bien merecido ese golpe —Murmuró el ojiceleste e imitó la sonrisa del menor.

      Entonces la puerta se abrió de golpe, dando paso un médico. Los tres presentes se pusieron de pie y se acercaron rápidamente al hombre, quien retrocedió varios pasos al verse rodeado tan de repente.

   — ¡¿Cómo se encuentra Yuuri?! —Preguntó Viktor de manera directa, claramente preocupado.

   — ¿Usted es familiar del paciente? —Le preguntó el hombre con seriedad.

  —Si, es mi pareja —Le respondió, importándole muy poco si el hombre se asombraba o no—. Dígame, ¿Cómo se encuentra?

   —El paciente se encuentra fuera de peligro —Los tres soltaron un suspiro de alivio—. No llegó a producirse una sobredosis, sólo fue una intoxicación por abuso de antidepresivos —Les explicó con tranquilidad—. Ya está despierto, aunque no puede hablar mucho debido a que tuvimos que hacerle un lavado de estómago.

   — ¿Podemos pasar a verlo? —Le preguntó Yuri.

   —Si, pero les pido que no lo angustien…aún esta algo delicado —Les contestó—. Ya luego les explicaré como continuará su tratamiento, pero de momento deben controlar su consumo de medicamentos.

   —Esta bien, doctor, gracias por todo —Otabek se giró para verlos—. Viktor, ¿Quieres entrar primero?

   —Si, necesito hablar con el…si es que me deja hablar.

   —Estaba bien —Yurio tomó al mayor por el brazo—. Arruina esto y te rebano los testículos.

     El peliblanco asintió con la cabeza y, luego de reunir bastante valor, abrió la puerta y se metió en la habitación. Dentro de esta solo se podía escuchar el sonido del televisor andando, para su sorpresa se estaba comentando sobre la declaración de su “supuesto amante”, el cual acababa de aclarar que eran primos y no otra cosa. Desvió entonces su mirada a la cama que había en centro de la habitación donde se encontraba el pelinegro.

     La mirada de Yuuri denotaba tristeza y sorpresa mezcladas, aunque curiosamente se mantenía tranquilo, su piel estaba más pálida de lo normal y sus labios se encontraban bastante resecos. Luego de varios segundos, recién desvió su mirada hacia donde estaba Viktor, tragando con algo de dificultad.

   — ¿Vienes a regañarme? —Le preguntó el pelinegro con voz raposa.

   —Claro que no —Le respondió el mayor para luego acercarse a la cama—. De hecho, creo que el que se merece un regaño soy yo —Tomó la mano de Yuuri con algo de temor y no pudo evitar sonreír al sentir como este enredada su mano con la suya—. Las cosas estuvieron cerca de complicarse, ¿Lo sabes, cierto?

   —Si, eso escuché —Murmuró e hizo una mueca de dolor, tragando nuevamente—. Solo…solo intenté tranquilizarme. Tuve una crisis nerviosa, o un ataque de pánico. Pudieron ser las dos cosas. No lo sé.

   —Y… ¿Cómo te sientes ahora?

   —Cansado —Le contestó para luego suspirar—. Un poco adolorido, tuvieron que meterme tubos por la boca —Observó a su pareja de reojo y volvió a tragar con fuerza—. Y un poco estúpido de hecho. Confundí todo.

    El corazón del ojiceleste se estrujó dentro de su pecho al ver como su amado intentaba contener las lágrimas que amenazaban por salir. Había desviando la mirada, posiblemente porque no quería que lo viera así.

   —Todo esto es mi culpa —Le dijo y el pelinegro regresó su mirada hacia su pareja—. Para comenzar, no debí dejarte solo cuando sabía que estabas pasando por una situación emocional tan complicada —Se removió sobre su lugar y continuó—. Debí decirte porque me reuní con Ivan, debí decirte quien era Ivan…pero por sobre todo, debí decirte de otra manera sobre los rumores que había  empezado a salir.

   —Viktor…

   —Por favor, déjame terminar —Le pidió el peliblanco, sintiendo como se le formaba un nudo en la garganta—. Fui una mierda, no me sorprende de hecho, pero por culpa de mi estupidez casi pierdo lo que más amo.

   — ¿De verdad me amas? —Esa pregunta hizo que el mayor abriera los ojos con sorpresa.

     Pero no le sorprendía. Le dolía saber que su amado Yuuri se sintiera inseguro sobre todo, principalmente sobre sus sentimientos. Otabek tenía razón, seria muy difícil arreglar todo.

   —Puede que en este momento no me creas pero…realmente te amo —Le respondió para luego besar el dorso de la mano con suavidad—. Nunca te engañarla con nadie, ¿Cómo hacerlo si te espere por casi diez años? —Un par de lágrimas brotaron de los ojos del pelinegro al escuchar aquello—. Eres lo mejor que me ha sucedido en la vida, y si en algún momento te dejara ir…ten por seguro que sería porque estoy muerto.

   —Sabes…por un momento me sentí insignificante, en general —Le contó para luego sonreír con tristeza—. No me consideré lo suficientemente digno para estar contigo, sentí que no tenia nada que ofrecerte.

   —Yuuri, no, por dios —Apretó el agarre de sus mano—. Tú eres demasiado para mí —Le aseguró el peliblanco—. Desde que te volví a encontrar solo te he generado dolor. Solo te lastimo con todo lo hago o decido. Yo soy la mierda aquí. —Bajó la mirada por un momento, soltando un suave sollozo—. Y sólo cuando pensé que te perdería me di cuenta de todos los errores que he cometido.

   — ¿Piensas que esto es una especie de lección? —Le preguntó con interés.

   —Si, y si para lograr entender esto tenias que hacerme imaginar como seria la vida sin ti, lo lograste —Alzó la mirada, permitiéndole observar como las lágrimas caían por sus mejillas—. Sería un maldito infierno.

   —Bueno…supongo que solo nos queda seguir adelante —Yuuri le sonrió para luego acercar su mano al rostro de su amado, limpiándole la mejilla—. Solo espero que no tengas otro pariente con el que te puedan inventar un romance.

   —No…ya no tengo a nadie más —el japonés amplio su sonrisa para luego cerrar los ojos—. Puede que me digas que soy tóxico, pero de ahora en más no me alejaré de ti, no hasta estar seguro de que te sientes bien, tanto física como psicológicamente. Quiero que me consideres alguien en quien puedas apoyarte en los momentos difíciles, alguien en quien puedas confiar.

   —Debemos mejorar muchas cosas en nuestra relación —Le susurró el pelinegro—. Creo que faltó comunicación entre nosotros. Yo con mis sentimientos, y tú con tus problemas en España.

   —Si…Ivan me dijo lo mismo —Murmuró para luego suspirar—. Lo siento, en serio…lo siento.

   —Solo no vuelvas a ocultarme cosas, ya sea por miedo o precaución —Le pidió el ojinegro.

      Viktor asintió con la cabeza y Yuuri lo tomó por la camisa, acercando su rostro para poder besarlo de manera fugaz. El ojiceleste sonrió suavemente y apoyo su frente con la del contrario, cerrando los ojos para poder disfrutar de ese momento. Sin embargo, la puerta se abrió de golpe dando paso a Yurio, quien parecía bastante molesto.

   —Bueno, imbécil, ya estuviste mucho tiempo con él —Le dijo el ojiverde—. Nosotros también queremos verlo, ¿Sabes?

   —Pero yo soy mucho más importante que tu —Le dijo el ojiceleste con diversión.

   —Cállate, mentiroso, y lárgate  —Le ordenó para luego acercarse a la cama.

     Viktor soltó una carcajada y observó a Otabek, quien le hizo una señal para que salieran de la habitación. El mayor asintió con la cabeza y, luego de disculparse con su pareja, salió de la habitación para darles más privacidad. Una vez afuera, el kazajo lo alejó un poco del pasillo y se aclaró la garganta.

   —Sé que no es un buen momento para decirte esto, pero es importante —El mayor lo miró expectante—. El padre de Yuuri está en Japón.

      El mayor abrió los ojos con sorpresa y su manos empezaron a sudar frío. Automáticamente revisó el pasillo por ambos lados y luego se acercó más al pelinegro en un intento de tener un poco más de privacidad.

   — ¿Estás completamente seguro? —Le preguntó en un susurro.

   —nuestros espías lo vieron aterrizar en el aeropuerto de Japón, en el sector privado —Le respondió—. Ya he ordenado que lo vigilen con cautela y discreción. Por ahora no ha hecho ningún movimiento sospechoso.

   —Eso es más peligroso —Dijo para luego chasquear la lengua—. Debo sacar lo más pronto posible a Yuuri de aquí y ponerlo seguro.

   — ¿Le dirás sobre su padre? —Le Preguntó Otabek.

   —Si, le acabo de prometer que no le ocultarla más cosas, y no puedo romper mi palabra —Viktor soltó un suspiro y continuó—. Sé que ahora no es un buen momento, pero apenas esté un poco mejor me sentaré a hablar con él. Hasta entonces quiero que vigilen a es hombre y aumenten la vigilancia de la casa donde estamos, con absoluta discreción.

   —Nosotros nos encargaremos de esto —Le aseguró y apretó el hombro en un intento de calmarlo.

   —Este será mi último golpe —Le dijo con seriedad—. Una vez que borre a ese hombre del mapa y este seguro de que nadie más le puede hacer daño a Yuuri, renunciare a todo esto.

%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%

Hola gentecita bella, como están?


   Espero que estén pasando una mañana/tarde/noche genial










Aquí regresó con un nuevo capítulo de esta novela.

Ya poco a poco se está acercando el final de esta historia.

¿Qué les pareció el reencuentro entre Viktor y Yuuri?

¿Qué les pareció la reacción de Yurio?

¿Qué creen que hará ahora el padre de Yuuri?

Muy pronto lo sabremos jejejeje











Si les gustó el cap, dejen wsttellita y comenten

Se los agradecería de corazón








Sin más que decir...



Bye Bye













You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 11, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

The Gangsta ~VictuuriWhere stories live. Discover now