Capítulo 27. Grant

323 20 0
                                    

—Quédate quieto —me dice papá por enésima vez en lo que llevamos de estar en esta sala de espera. Han pasado dos horas desde que Maggie despertó, y no sé nada de ella o de su estado. Vuelvo a pasar frente a papá, mordiendo la yema de mi pulgar derecho y con el ceño fruncido—. Jonathan, no dejando verme el combate no lograrás calmar tus nervios —me dice en vano.

—Mantiene sus piernas activas para quitarse los nervios y el estrés, Steve —le dice Pietro como si fuera algo obvio, algo que debería saber.

Aunque no lo veo, estoy seguro de que papá fulmina con la mirada a Pietro. Y también estoy bastante seguro de que mamá le dijo a papá que tuvo algo con Pietro por dos años. Estoy muy seguro de que Pietro nunca ha sido santo de devoción de papá, y que ahora mucho menos.

—Sí, lo sé. He estado viviendo con él este tiempo. Su madre también tiene ese problema cuando está bajo estrés —dice papá con una nota de desafío y arrogancia.

Suspiro y sigo gastando la suela de mis botas militares y mordiendo la yema de mi pulgar. Apuesto a que Maggie se pondría loca si me viera haciendo esto ahora.

La puerta automática se abre y mamá sale, acompañada de Sam y Clint. El rubio se detiene en la puerta, da media vuelta y vuelve a entrar.

—¿Cómo está ella? —le pregunto a mamá.

—No lo sé. Bruce, Wan y Visión se metieron a una sala especial con ella. Danny los está ayudando, dice que la meditación de su pueblo es sanadora o algo así. Sea como sea —dice y suspira. Sam se sienta al otro lado de papá y suelta un bostezo y rasca su mandíbula—, no tenemos muchas opciones ahora.

—¿Qué significa eso? —pregunta papá.

—Significa que no somos lo suficientemente extraños como para entender lo que sucede ahí —dice Sam.

—¿No hay nada que podamos hacer? —pregunto.

—Esperar...

Suspiro.

Los minutos pasan y no sabemos nada de Maggie o los que están con ella.

Si tan solo hubiera una forma de saber qué ha pasado... Si pudiera ir y ver qué pasó con los recuerdos de mi novia...

Me detengo de golpe y veo a mis padres. Ambos me ven con curiosidad.

—Voy con los chicos a distraerme —les digo.

Mamá asiente. —Te avisamos si algo pasa.

Asiento y camino lo más relajado posible, pero la idea que se ha venido a mi cabeza hace que me tense y me apresure en salir.

Los recuerdos de mi novia dependen de este plan.

—¡¿Estás loco?! —me dice Kahina en una exclamación que es más como un grito.

—Es nuestra única opción —le digo, manteniendo la calma. Es fundamental que me muestre seguro, aunque no sea la mejor idea del mundo, ni la mejor que tengo.

—Nuestra mejor opción es quedarnos aquí, esperando una noticia positiva sobre Lya; no yendo a nuestro suicidio —argumenta Drew.

—En realidad, sería solo suicidio para Grant —comenta Kahina.

Ella siempre tan buena amiga.

—Por eso hay que ir —finaliza.

Drew la ve con incredulidad. Agarro la idea de Kahina, y decido que ahora me cae mucho mejor. Está dispuesta a ponerse en peligro con tal de ayudar a Maggie; eso dice mucho de ella.

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora