Capítulo 9. Steve.

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—Oye, tranquilo, Cap. No es necesario que grites. —Me dice Barton en el asiento del copiloto. Sam se encarga de dirigir la nave.

—¡Stark! —Grito—. ¡Las coordenadas!

—¡Que ya voy, viejo! —Me grita en respuesta.

—¡Banner! —Grito—. ¿Tienes todo lo que necesitas para ayudarla?

—Sí, Steve. Lo tengo todo listo.

—¡Natasha! —Me giro para encararla—. ¿Conoces el punto?

—Por decimotercera vez, sí, Rogers. Conozco el punto.

—¡Thor! —Grito.

—Juro que si me gritas, haré que un trueno caiga sobre tu cabeza de hielo —me advierte el dios de Asgard.

Entrecierro mis ojos y me siento en la parte trasera de la nave, de mal humor y preocupado.

Natasha se sienta a mi lado y pone una mano en mi bícep tenso. Todo en mí está tenso. —Sé que estás bajo presión, Steve. Al igual que sé que le juraste a Nick llevarle a Maya con vida de regreso, pero considera que ella tal vez no ha estado en las condiciones más positivas en este mes.

—Lo sé.

—Además de que esto puede ser una emboscada.

Tenso mi mandíbula y aparto mi brazo de su toque.

—Maya regresará con nosotros.

Dos horas de viaje.

—¡Acaban de presionar el botón! ¡Acaban de presionarlo! —Exclama Sam, exaltado.

Salto del asiento en el que me escondí durante el vuelo y corro al frente. En el escáner, hay un punto rojo cerca del círculo exterior.

—Estamos a quinientos metros de la señal. —Dice Tony.

Las luces parpadean. El motor comienza a fallar. Avanzamos cien metros hasta que Sam aterriza la nave en la nieve blanca y limpia.

—Algo está mal en los motores. Voy a revisar, mientras, vayan a recoger a Maya. Está a cuatrocientos. —Indica Sam.

Barton abre la puerta trasera.

—No podemos ir caminando, está helando —dice Natasha.

—Está a veinte bajo cero. —Indica Bruce, preocupado—. Calculando que la hayan dejado en la nieve hace dos horas, le quedan unos quince minutos de vida, o menos. Incluso podría ya estar muerta por la condición en la que está.

—Iron Man, tú llevas a la Viuda Negra. Thor, llévame. —Dirijo.

Tony baja la máscara y le ofrece una mano a Nat. —¿Lista, muñeca?

Nat le da la mano, Tony le rodea la cintura con el otro brazo y se pone en posición horizontal. Fuego sale de sus pies y salen disparados hacia el frente.

—Ese idiota va a quemarlo todo —gruñe Bruce.

Salgo de la nave detrás de Thor, y siento el frío paralizante. Agarro el antebrazo de Thor y él el mío y sale –salimos– volando detrás de Tony, quien es dirigido por su fiel Jarvis.

—Esperemos que la pequeña mortal esté bien. Me agrada —dice Thor con nerviosismo.

El viento frío golpea mi cara y siento como si la cortara.

Un segundo estoy en los aires, y en el otro Thor me avisa que me va a dejar caer al lado de Natasha.

Caigo de cuclillas, me enderezo de inmediato, agarro mi escudo en mi brazo derecho y comienzo a correr. Tony y Thor nos siguen por sobre nuestras cabezas.

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora