Capítulo 16.

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-Patri, ¿es esto un maratón?

+No, para nada.
Bueno

Capítulo narrado en tercera persona

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Capítulo narrado en tercera persona.

Aiko llevaba dos horas dormida en un butacón del hospital cuando se despertó de golpe. Todo estaba a oscuras a excepción de las luces de emergencia que había encima de todas las puertas. Miró por la ventana que tenía a la derecha, encontrándose con la carretera completamente desierta y soltó un suspiro, frotándose el puente de la nariz con fuerza.

A Kai y a ella les había costado convencer a la enfermera de que les dejaran quedarse a dormir allí.

En realidad no. Kai le giñó un ojo a la chica y le dio un papelito que supuestamente contenía su número de teléfono. La chica no dijo nada más, les dejó solos y sin decir palabra se recorrió el pasillo en cuatro segundos aferrada al papelito y con una sonrisa tonta en la cara.

Para desgracia de aquella chica bajita y con el pelo teñido de rojo, el número que Kai había escrito en aquel papel era el de una pizzería.

Se desenrredó el pelo con los dedos de las manos y bostezó, quitándose de encima la chaqueta que Kai le había dejado para taparse.

Una vez de pie y completamente desorientada, salió de aquella pequeña sala en la que se habían quedado y se plantó en medio del pasillo, cruzada de brazos.

Aquella no era el ala de urgencias. Era otro sitio que ella desconocía por completo y no tenía ni idea de en qué habitaciones estarían Jungkook y Taehyung respectivamente.

Se dejó llevar por el sonido de una televisión encendida y fue a dar a una habitación abierta con una sola cama. Un niño pequeño esta sentado con las piernas cruzadas sobre la cama y la manta colgándole por los hombros, y cuando escuchó a Aiko caminar se giró hacia ella regalándole una dulce sonrisa.

Aiko imitó su gesto y y alzó la mano en el aire, saludando al niño.

—Es usted muy guapa, señorita.

La voz del niño era aguda y dulce, hizo sonreír aún más a Aiko.

—Muchas gracias. Tú también eres muy guapo.

El niño sonrió y Aiko alzó la mirada hacia el reloj de la pared.

Eran las cinco de la madrugada. Viró la mirada hasta el niño, que mantenía la vista atenta en los dibujos animados de la televisión.

—Deberías de dormir.

El niño volvió a girarse hacia ella, y con el mando en la mano asintió.

Aiko no se aseguró de que se volviese a meter en cama, pero siguió caminando por el pasillo, encontrándose con todas las puertas abiertas.

Y desde el pasillo lo vio. Tumbado de costado y con el rostro hacia la ventana de la habitación, Jungkook pareció dormido desde donde ella se encontraba.

pianist ♨ j.jungkookWhere stories live. Discover now