Capítulo 9.

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weno

tengo un aviso importante para vosotras al final del capítulo, así que disfrutad del capítulo y luego os contaré♥

[적 정국 pt.2]

Tras gritar con Jimin durante unos largos y tendidos cinco minutos tratando de que no denunciase a Aiko por vomitarle en los caros zapatos de Gucci, conseguí meter a la chica de aspecto moribundo en el asiento de copiloto de mi Porsche.

Tamborileando los dedos sobre la carrocería del coche, eché un último vistazo al semáforo en rojo y miré a Aiko, recostada en el asiento del copiloto y tapada con su propio abrigo.

Tenía los ojos entrecerrados, fijados en la carretera, y en el rostro arrastraba con pesadez una mueca de cansancio y sueño.

Algo dentro de mí, muy profundo, me advirtió de que lo que en esos momentos estaba sintiendo hacia esa chica estaba haciendo cambiar mi manera de ver las cosas.

Volví la vista al semáforo, que aún permanecía en rojo.

—Cuéntame sobre tí. ¿Por qué tienes nombre japonés? ¿Quiénes son tus amigos? ¿Te hacían bullying de pequeña por ser una rarita, o eras la típica niña de papá?

—Oh, me impresiona que quieras saber si me hacían bullying.

—¿No es algo que debe saber alguien sobre otra persona? Necesito saber si eres psicológicamente estable.

—Jeon Jungkook, ¿cómo voy a ser psicológicamente estable contigo revoloteando a mi alrededor continuamente?

—¿Estás diciendo que soy el culpable de tus desajustes mentales?

—Cállate por favor—suplicó en murmullos. Arranqué el coche de nuevo cuando de soslayo vi la luz verde del semáforo. Me mantuve callado como ella me había pedido, hasta que Aiko se encargó de romper el silencio—. Kai y yo nacimos en Japón, en el centro de Tokyo. Cuando cumplí los dos años, mi madre decidió comenzar su cadena de bancos en Seúl. El apoyo de mi padre, el fiscal más famoso de Japón, le vino como anillo al dedo. A los tres años terminó convirtiéndose en la cadena de bancos mas exitosa de Asia oriental y bueno. Supongo que esa es mi historia.

Asentí pensativo.

La madre de Aiko había levantado desde los inicios la franquicia banquera más prolífera de Asia y aquello era admirable.

—Puedes seguir preguntando cosas. Mientras no tenga que pensar mucho.


Giré la vista un instante hacia ella para asegurarme de que estaba bien.

Solo para asegurarme, porque yo ya sabía que ella estaba bien.

Pero ese algo dentro de mi volvió a bailar samba y sonreí al verla lanzar un bostezo al cristal de la ventanilla.

Mierda Jungkook, te estás volviendo loco.

—Háblame sobre tus amigos—susurré apretando la mandíbula.

Estaba enfadado conmigo mismo por las estupideces que le hacía a Aiko. Estaba enfadado por besarla de aquella manera y luego dejarla plantada. También estaba enfadado porque de un momento a otro pasaba de actuar como si ella fuese de porcelana a tratarla como si solo la quisiera para mojar churro.

pianist ♨ j.jungkookWhere stories live. Discover now