-¿Anotaste la dirección? _pregunté caminando con paso veloz hasta la salida.

-Duh, no fui a pintarme las uñas, Cabello. _agitó su cabello mientras entrábamos al convertible y agitaba el trozo de papel con orgullo.

-Vamos entonces. _arranqué rumbo a esa dirección.

(...)

-¿Ves algo? _pregunté con algo de desespero recostando mi cabeza en el volante.

-No veo movimiento alguno, 99. _contestó dejando los binoculares en mi regazo.

-¿Por qué soy 99? Yo quería ser 007. _protesté tomando los binoculares y observando lo mismo de hace unos minutos.

-Para ser 007 necesitas ser rubia, pero eres castaña. _me sacó la lengua y al girar me arrebató los binoculares de un tirón. -Veo movimiento.

Me abalancé sobre ella y le quité los binoculares observando a la chica del beanie caminar junto a sus dos hermanos. Llevaba unas vans blancas, un short de mezclilla, una camisa a cuadros roja atada a su cintura, una blusa con el logo de David Guetta y una chaqueta de cuero. Claro, un beanie color gris oscuro estaba en su cabeza.

-¡Dam, Chancho! Tu chica prohibida tiene estilo. _comentó Dinah quitándome los binoculares.

Los tres subieron a un auto y cuando estuvieron lo suficientemente lejos, nosotras fuimos tras ellos. Unos cuantos minutos de camino (y de escuchar como Dinah soltaba los piropos más raros que he escuchado) el auto que seguíamos se detuvo en un pequeño restaurante de comida china y entraron.

-A situaciones como estas... _susurró Dinah sacando una peluca roja.

-¿Por qué tú no?

-Porque ella no me conoce, ahora saca tu culo de aquí.

Con un suspiro me coloqué la peluca y salí del auto junto a mi mejor amiga directo al restaurante. Caden, Alex, Carter, Lauren y ______ estaban sentados en una mesa junto a la ventana. Dinah y yo la pedimos al otro lado donde podíamos verlos claramente.

-¿Quienes son todos ellos? _preguntó Dinah después de pedir sushi para ambas.

-Los dos con los que entró al auto son sus hermanos, los otros dos sus mejores amigos.

-Pensé que no tenías buen gusto, Mila. _dijo sin despegar su mirada de ______.

-¿Por qué dices eso?

-Porque estuviste tres valiosos años de tu vida con Luke antes de que se declarara gay.

-Luke no era tan feo... _me crucé de brazos recordando al chico que había sido mi pareja por tres años.

-No... Solo difícil de ver. _tuve que reprimir una carcajada porque si lo hacía le daría la razón.

-Se está moviendo. _murmuré viendo como se levantaba de la mesa camino al baño.

Dinah me pasó unos lentes y juntas entramos al baño sin ver ni un rastro de ella. Escuchamos el sonido de la cadena al jalarse y rápidamente Dinah y yo entramos a un cubículo.

Por una pequeña abertura logramos ver a ______ lavando sus manos y después de secarlas, sacó unas pastillas de un pequeño tarro y se las tragó en seco. Sacó un lapicero y anotó en no se que algo y después se fué. Un minuto después Dinah y yo salimos del cubículo y miramos con curiosidad la servilleta que había dejado.

Espiar es de mala educación, señorita Cabello.

______ Cannon.

-Chica lista... _susurró mi amiga tomando la servilleta en sus manos.

Una semana después...

Con un suspiro giré el pomo de la puerta encontrando aquel vacío salón excepto por una persona. ______ Cannon leía un libro muy detalladamente y al parecer no se había dado cuenta de que yo estaba allí.

Me quedé mirándola unos segundos dejando que algunos flashbacks me golpearan después de salir de aquel baño. Recuerdo salir con el rostro rojo de la vergüenza, recuerdo no ser capaz de verle la cara, recuerdo escuchar a Dinah diciendo que hice la mejor elección del mundo, también recuerdo volver a mi departamento y comer helado junto a ella mientras reíamos al ver las primeras temporadas de Friends y también recuerdo no verle la cara a ______ Cannon por una semana.

Tuve la mala suerte de dejar caer los rotuladores del pizarrón y hacer un ruido enorme que llamó por completo la atención de la chica del beanie. Cuando menos pensé ella estaba a mi lado ayudándome a recoger esas cosas del demonio.

-¿Todo en orden? _preguntó muy cerca de mi extendiendo su mano para que tomara los rotuladores.

Me quedé mirando sus ojos negro azabache por largos minutos, las palabras que tanto quería pronunciar.

-¿Cómo supiste que era yo?

-¿Qué?

-En el restaurante... La nota que dejaste. _tomé los rotuladores rozando suavemente su mano.

-Reconocí su auto afuera de mi casa... Y puedo reconocer sus ojos en cualquier lugar. _contestó cortando cualquier espacio entre nosotras.

Sentí sus manos en mi cintura y su cálido aliento tocar mis labios. Suspiré cerrando mis ojos acostumbrándome al calor que emanaba su cuerpo.

-¿Por qué me seguías, Camila? _preguntó en un susurro y puedo jurar que nunca me gustó tanto escuchar mi nombre.

-Tienes algo... Que me mantiene atrayendo hacia ti. _contesté soltando otro suspiro.

-¿Qué quieres de mi, Camila? ¿Qué estás haciendo conmigo? _gruñó rozando sus labios en mi mejilla y manteniendo firme su agarre en mi cintura.

-Lo mismo que tú conmigo.

-¿Qué?

-Volverte loca.

Sus ojos chispearon en cuanto los conectó con los míos y justo cuando estuve a punto de probar aquellos labios que tanto anhelaba... El timbre sonó.

Rápidamente se despegó de mi mirándome con aquella intensidad que tanto quemaba mi alma.

-Esto no acaba aquí.

Justo en ese momento, los alumnos empezaron a entrar.


Paradise (CAMILA CABELLO Y TÚ) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora