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-Deja de mirar tanto a la maestra, la vas a dejar sin ropa. _me susurró Alex y yo sentí como me sonrojé.

-Se supone que cuando las maestras hablan hay que mirarlas ¿no? _contesté sin despegar mi vista de mi maestra de arte quien hablaba animadamente con Allyson.

-Si. Pero en clase, no en pleno almuerzo donde ella se olvida que es una profesora. _atacó y yo me crucé de brazos haciendo un puchero.

-¿Acaso es un delito mirar?

-No, los ojos se hicieron para ver, pero depende de como miras a esa persona.

-¡Solo la estoy mirando, Alex! Deja de pensar cosas que no son. _exclamé manteniendo controlado el volumen de mi voz.

-¿Te gusta Camila Cabello?

-¿Cómo puede gustarme? Apenas la conozco, sin contar que es mayor que yo y es mi profesora.

-¿Crees que el amor tiene tiempo? _me miró fijamente con una pequeña sonrisa formándose en sus labios. Una sonrisa que significaba que ya había ganado la batalla.

No iba a dejarla salirse con la suya, ella podía ganar la batalla, pero yo ganaría la guerra.

-Depende de como las personas lo interpreten. Por ejemplo tu y Lauren llevan amándose desde hace dos años y aún no tienen los ovarios para confesarlo.

Sonreí al ver la cara de espanto de mi hermana. ¡Bum Alex! ¡Punto para mi!

-¿Cómo... Cómo sabes? _balbuceó empezando a tambolirear sus dedos sobre la mesa. Señal que todos los Cannon tenemos cuando estamos nerviosos.

-Puedo no darme cuenta de muchas cosas, Lex. Pero esas miradas que ustedes se mandan son obvias hasta para mi. _le guiñé un ojo acomodando mi cabello para que no cubriera mis ojos.

-¡Miren a quien tenemos aquí! _dijo una repugnante voz acercándose a la mesa. -Mis chicas especiales.

Cody Miller era uno de los populares de la escuela; era de piel morena oscura, ojos color café y su cabello era corto. Miembro de algún equipo importante en la escuela el cual no me interesa y típico abusivo.

-¿Qué demonios quieres, Cody? Vete a jugar baseball y dejanos en paz. _dijo mi hermana con fastidio.

Así que baseball era lo que jugaba... Sigue sin importarme.

-No vine a hablar contigo, lindura. _sus ojos oscuros nada comparados a los míos se posaron en mi persona. -Quiero hablar con tu hermanita.

-Yo no tengo nada que hablar contigo. _aseguré con firmeza y el me mostró aquella sonrisa que vuelve locas a todo su club de fans. No exagero, realmente tiene uno.

-Por supuesto que tienes algo que hablar conmigo. ¿Tus padres ya decidieron reconocerte? _preguntó con burla y yo negué con la cabeza.

-Aún no. Los tuyos ya dejaron de buscar por Google ¿cómo abortar un simio de 18 años?

Alex reprimió una carcajada y la sonrisa de Cody desapareció por una mueca furiosa.

-Ten cuidado con tus palabras, no querrás que tu pandilla de raritos pague las consecuencias.

Uno de mis más grandes problemas es que soy muy impulsiva, era más o menos como Hulk. Obviamente no me convertía en un mutante verde que en lo único que pensaba era en destruir todo lo que se atravesara, no, dejaba que la ira y la impotencia se apoderara de mi cuerpo y me cegara completamente hasta el punto de agarrar la cara cazadora de cuero que llevaba y estampillarlo contra la mesa.

-Metete conmigo todo lo que quieras, idiota. Pero a ellos ni si te ocurra tocarles un cabello o me veré obligada a partirte la sonrisa de pasta dental. _mascullé ignorando los llamados de mi hermana para que lo soltara ya que se estaba ahogando debido a la presión de mi brazo en su cuello.

No notaba que toda la cafetería me estaba mirando, tampoco que algunos se acercaron para ver mejor. Mi mente solo estaba centrada en hacerle entender a ese media neurona con quien podía meterse y con quien no.

Finalmente lo dejé respirar, pero mi puño impacto con su nariz disfrutando al escuchar como su tráquea se rompía, uno más y otro, aún me sorprendía que nadie hubiera venido a defender a su héroe de las manos de una extraña chica que le estaba dando una paliza, pero lo agradecía.

Alex gritaba y por un segundo logré ver a todos mis amigos, los raros, ovejas negras, marginados... Nadie se metía con ellos, no mientras estuviera yo allí.

Mi puño iba a impactar nuevamente en su rostro, no me importaba donde atinarle, mi objetivo era partirle la cara y demostrarle que hasta él era imperfecto... Pero un grito me detuvo.

No era mi hermana suplicando que parara, no eran mis amigos intentando detenerme, no era el idiota llorando de dolor o los que me decían que no parara de golpearlo, tampoco era Patrick el director... No.

El grito sonó en mi cabeza deteniendo mi puño como si de una fuerza magnética se tratara, era un grito firme pero a la vez suplicante como si me rogara que no apretara el gatillo que me llevaría a un serio problema.

Me alejé de aquel hombre (si es que se le puede llamar así) y busqué entre toda esa multitud la dueña de aquella voz. Mis ojos después de vagar por todo el lugar se encontraron con unos color café que serían capaces de quitarte el sueño sin ningún esfuerzo, su rostro mostraba la preocupación que aquella voz hubiera tenido, sus labios estaban entreabiertos y sus manos apretando el brazo de mi maestra de historia.

Paré porque Camila Cabello me lo pidió, paré porque no quería volver a escuchar ese grito que aún seguía como un eco constante en mi cabeza... Paré porque era ella, y no tenía otra explicación.

Finalmente porque soy yo y si no huyo de mis problemas sería como si otra persona tomara posesión de mi cuerpo (esta vez no cuenta) me abrí paso entre las personas y salí corriendo fuera de ese desesperante lugar dejando que mis pies obedecieran a mi nublada mente. Me detuve en un callejón que separaba un edificio de otro, me quité el beanie y dejé salir toda la ira acumulada en gotas de agua salada mejor conocidas como lágrimas.

-¡______! _gritaron con la misma fuerza que antes, solo que esta vez no sonó en mi cabeza.

No era mi hermano, mi hermana, mi mejor amiga y amigo. Era Camila Cabello quien me preguntaba si estaba bien. Era Camila Cabello quien limpiaba las lágrimas que bajaban por mi rostro. Era Camila Cabello quien me abrazaba y me susurraba que todo estaba bien.

Era Camila Cabello quien estaba conmigo.

Paradise (CAMILA CABELLO Y TÚ) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora