.capítulo diecinueve.

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diciembre de 2002.


frank.

Luego del incidente en la fiesta de skaters, Gerard y yo nos habíamos distanciado por dos principales razones:

La primera, después del beso, todo había quedado raro entre nosotros; y la otra, era que Gerard estaba cada vez más cerca de Bert, y por lo tanto más cerca de las drogas.

Hace dos meses, Mikey se había mudado conmigo, ya que estaba harto de que su hermano y su amigo estuvieran siempre drogados y borrachos.

Ahora, estaba de camino a Nueva Jersey con Ray, Mikey y Matt en el auto de Alex, quien se había ofrecido a llevarnos.

—¿Qué onda Gerard y tú, Frankie?—preguntó Alex, mirándome por el espejo retrovisor. Me tenso.

—Nada.—desvío la mirada hacia la ventanilla.

—Luego del Skatefest no volví a verlos juntos.—comentó el presidente, yo me quedo en silencio.

—Es por ese tonto de Bert.—dijo Ray.

—¿Qué hizo ahora?—cuestiona Matt desde la derecha de Mikey, quien iba en el asiento trasero junto a mí también. Yo seguía con la vista pegada en la ventanilla y en silencio.

—Gerard cambió a Frank por Bert...—murmuró Mikey.

—¡NO ME CAMBIÓ, JODER! ¡YO NUNCA FUI SUYO!—exploté. Los cuatro me miraron con los ojos como platos.

—Gerard está enamorado de ti, Frankie, te lo dije miles de veces, pero no lo entiendes.—mientras el de gafas hablaba, yo me echaba a llorar.

—¿Entonces por qué me dejó? ¿Por qué se fue con Bert? ¡No es justo, yo lo quiero!—exclamé, Mikey me abrazó.

—Porque es un imbécil.—dijo Ray.—Una persona idiota te dejaría por ese retardado de Robert, es evidente que no piensa con claridad.

—Bert tiene algo que tú no, Frank.—agregó Matt. Todos lo miramos.—Drogas. Gerard está con él por eso, dudo que lo quiera realmente.

—Por favor, no me hablen más de Gerard, no quiero pasar todo el viaje llorando por él.—dije, dando por finalizada la conversación, mis compañeros entendieron y no volvieron a nombrarlo.

Planeaba quedarme dormido lo que quedaba del viaje, pero el molesto ringtone de mi teléfono me arruinó los planes.

Llamada entrante de Jams.

Contestar                  Rechazar

Presioné el botón verde y la voz de mi amiga se hizo presente del otro lado del aparatito.

—¡Frankie, hola! ¿Cuándo vienes para New Jersey? Estás desaparecido, compañero, se te extraña por aquí.—la voz de Jamia me reconfortó mucho, en el último tiempo no había hablado demasiado con ella, debido a los conciertos y cosas del estilo.

—Hey, Jams, ¿qué hay? Estoy en camino para casa, de hecho, estamos viajando junto a los chicos.—le dije, sonriendo. Había sido amigo muchos años de Jamia y siempre, a pesar de la distancia o de no hablar demasiado, nuestra amistad se había mantenido resistente con el paso del tiempo.

the true lives of the fabulous killjoys ; mcrOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz