.capítulo nueve.

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octubre de 2001.

mikey.

Hoy tenemos otra cita en Eyeball, a las 3:00 p.m, y estoy más que nervioso, estoy temblando y ni siquiera sé qué me voy a poner. Gerard llega del trabajo y nos encaminamos hacia la disquera.

Llegamos 2:58 p.m, de acuerdo a mi reloj de pulsera. Ray ya está allí, bebiendo una Coca-Cola, pero Matt no ha llegado.

-Matt debería estar aquí.-dice el afro.

-Claro que debería.-habla mi hermano, molesto.-Entremos, que se haga responsable de sus errores.

Obedecemos a Gerard y subimos las pequeñas escaleritas hacia la puerta de vidrio. Mi hermano la empuja levemente y entramos. Nos recibe una recepcionista joven, aproximadamente de nuestra edad, a la que Ray mira seductoramente, apoyando sus manos en el escritorio, a lo que me acerco lentamente y le pellizco la espalda levemente, susurrándole en el oído: ''estamos trabajando''. Él me escucha y se aleja un poco de la chica. Gerard está apreciando ésta escena un poco confundido, y me dirije una mirada de ''hablaremos de ésto después''.

-Em... Hola.-ríe nervioso mi hermano.-Tenemos una cita con Alex y Horace.

-Buenas tardes, pasen por la puerta de allí.-La señala. Es bastante notorio que es la oficina de Alex, porque en ella hay letras que dicen ''Alex Saavedra, Presidente y Fundador"

-Gracias.-le sonríe mi hermano.

Los tres nos encaminamos hacia la puerta señalada por la recepcionista y Ray la golpea levemente tres veces.

-¡Pase!-se oye una voz del otro lado.

El afro gira el picaporte pero Gerard entra primero, dejándonos a Ray y a mí solos en la puerta.

-Mikey...-dice él.

-No digas nada.

Nos miramos unos segundos que se sienten como horas, y le sonrío.

-¿Van a entrar o qué?-dice mi hermano desde la oficina, sentado en un sillón individual rojo, ubicado frente al escritorio marrón.

-Sí, sí, lo siento. Pasa, Mikey.-me dice Ray, cerrando la puerta luego de entrar él.

-Hola, hola, chicos. ¿Qué tal?-nos dice Alex desde su gran sillón negro. Ray y yo le sonreímos a él y a Horace, quien está sentado en la esquina del escritorio, junto a Alex. Nos sentamos en otros dos sillones rojos.

-¿No vino el otro chico? ¿Oscar?-habla Horace.

-No, Matt -hace énfasis en el nombre- todavía no llegó, pero desconozco sus razones.-le contesta mi hermano.

-Oh, bueno, no hay problema. Mientras les cuento a ustedes.-dice el presidente.-Decidimos que, si ustedes quieren, claro, nos gustaría que graben algo con nosotros, ¿qué dicen?

-¿Un disco?-pregunto.

-No, no un disco.-ríe Alex.-Un demo, algo pequeño por el momento. ¿Qué opinan?

A los tres nos parece una buena idea, por lo que expresamos nuestra aceptación.

-De acuerdo, ¿cuándo podríamos empezar?-expresa el canoso desde la esquina, bebiendo un sorbo de café.

-¿No deberíamos esperar a Matt? Creo que él también tiene que dar su opinión.-le dice Ray a Gerard. Él acepta a regañadientes.

Se oyen golpecitos en la puerta, y Alex vocifera un ''¡pase!'' nuevamente. Matt entra, un poco avergonzado. Gerard lo fulmina con la mirada.

-Siento llegar tarde.-dice.-Se atrasó el bus.

-Lo hubieras tomado antes.-juzga mi hermano en voz baja. Le doy una mirada de ''compórtate'', pero parece muy enojado como para captarla.

-Siéntate, siéntate.-ríe nervioso Alex. Matt toma asiento a la izquierda de Ray, quedando separado completamente de Gerard.-Lo que le comentaba a tus amigos era que, luego de una larga discusión, llegamos a la conclusión de que nos gustaría grabar un demo con ustedes.-le dice el presidente.-¿Tú qué opinas?

-Sinceramente, me encantaría.-sonríe el gordo.

[...]

Luego de hablar de números, y acordar que comenzaríamos a grabar a principios de diciembre, firmamos nuestro primer contrato como My Chemical Romance, y no podíamos estar más felices, aunque Gerard y Matt no hablaban entre ellos.

Terminada la reunión, Matt intentó zafarse rápidamente de nosotros, pero Gerard lo siguió.

gerard.

Estaba enojado por la impuntualidad de Matt hoy, y se lo iba a decir.

Con la excusa de salir a fumar un cigarrillo, seguí a Matt hacia la salida.

-Matt, tenemos que hablar.-vociferé.

Él seguía tratando de irse, pero lo tomé por la remera y lo obligué a sentarse en los escalones.

-No seas infantil, no trates de escapar.-dije.-Quería decirte que, aunque ya lo sabes, odio la impuntualidad. No queremos, y hablo por Mikey y Ray también, que llegues tarde, y menos a reuniones de trabajo.

-De acuerdo.-contestó.-¿Puedo irme?

Levanté los hombros en símbolo de desinterés mientras prendía un cigarrillo.

Cuando iba a terminarlo, aparecieron mi hermano y Ray.

-¿Hablaron?-preguntó el de anteojos. Asentí.-¿Sigues molesto con él?-Volví a asentir.

Quedamos unos minutos en silencio. Ellos estaban parados frente a las escaleras, dedicándose miradas de confusión de vez en cuando, mientras yo fumaba sentado, con la vista al suelo.

-Sabes que no me gusta que fumes.-dijo mi hermano, mirándome con súplica.-Te va a matar. Mamá no estaría contenta si lo supiera.

-Mamá no está aquí.-dije con una sonrisa cínica.-Y no me hables, gracias.

-Yo no fui quien llegó tarde, Gerard. No tengo la culpa. Me voy a casa.-Ahora se había enojado mi hermano, genial. Prendí otro cigarrillo. No iba a seguirlo, claro que no.

Por el rabillo del ojo vi cómo caminaba hacia la entrada al metro, mientras Ray lo seguía y gritaba su nombre.

mikey.

Me fui hacia el metro con lágrimas en los ojos. Odiaba pelear con mi hermano, odiaba que me tratase mal, y odiaba que fume, odiaba al planeta entero en esos momentos.

Una mano me tocó el hombro y me di vuelta.

-¿Te acompaño a casa? Podemos comprar tacos en el camino.-dijo Ray con una sonrisa. Asentí y el me abrazó protectoramente.

xoboyd.

the true lives of the fabulous killjoys ; mcrHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin