Capítulo 28

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 Esmeralda:

Tres meses, tres meses exactamente es lo que ha pasado. Tres meses de angustia, dolor, y sobre todo... Temor.

 Hace tres meses exactamente, el Dóctor Ernesto Triano, me dio la noticia más mala de mí vida... Axel estaba en estado de coma. Según el doctor la cirugía fue muy fuerte, y lamentablemente él no la superó... Me afirmaron, que sí él no despierta en un año, como máximo, tendría que elegir desenchufarlo, eso equivale a que yo misma lo estaría matando.

  No recuerdo cuando fue la última vez que reí, disfruté, salí de fiesta, vi televisión o leí. Eso ya no lo hacía.

 Mi día era: Despertar, bañarme y hacer mis necesidades, ir a la academia, comer cualquier dulce, pasear, volver a casa, encerrarme en mí habitación, pensar y dormir. Así sucesivamente.

 Era viernes, viernes por la tarde, y yo estaba despidiendome de las niñas. Aunque hoy, fue un día diferente.

 Según yo, todas las niñas se habían ido, pero no, estaba equivocada. Quedaba una niña, una muy bonita... Ahora que recuerdo, ella es la más callada de todas, pero es una de las mejores. Me acerqué.

—Oye linda —me miró con sus hermosos ojitos grises. Le sonreí —¿Quién viene por ti cariño?.

—Mí papi.

—¿Tienes como comunicarte con él? —negó —¿Quisieras venir conmigo a comer algo bonita? —asintió, me ofreció su pequeña mano y la tomé.

 Nos dirgimos a una cafetería en donde vendían dulces y postres, nos sentamos en una mesa a disgustar lo que pedimos.

 A esa hora de las cinco de la tarde, un coche empezó a sonar, a la niña le brillaron los ojos y supuse que ya había llegado su papá.

 Nos dirigmos fuera de la cafetería, y efectivamente, un chico de unos 27 años salió disparado del carro, para acercarse y abrazar a su niña.

—Oh cariño, lo sinto tanto princesa, no fue mí intención dejarte aquí hasta tarde cariño —el chico, o bueno, el joven tenía sus ojos cristalizados. La pequeña agarró con sus pequeñas manitas la cara de su papá.

—No te preocupes papi, estuve con ella —me señaló, y yo intenté sonreír.

 El chico se levantó del suelo, y cargó a su hija, mientras me sonreía amablemente.

—Hola —asentí —Siento mucho llegar tarde, tuve algunos inconvenientes, no fue mí intención dejarla hasta tarde.

—No se preocupe, no tengo ningún problema con quedarme con ella, es muy linda y tierna.

—Muchísimas gracias de verdad —asentí.

—Papi, ella es muy linda, me compró postres ricos, ¿podría venir a mí cumpleaños?. —el chico se sonrojó.

—Oh cariño, no creo que...

—No hay problema —le interrumpí —Soy su profesora y no tengo problema en ir a un día tan especial para Jazmín —sí, así se llama.

—Muchas gracias, ¿podría darme su teléfono para avisarle cuándo es y pasarla buscando?.

—Como no —intercambiamos números.

—Espero verte allí Esmeralda —dijo la pequeña.

—No te preocupes cariño, allí estaré, nos vemos mañana corazón —le di un beso en la mejilla.

—Muchas gracias de verdad —dijo el chico.

—Tranquilo. Nos vemos princesa —sonreí, y volví a entrar a la academia, no sin antes asegurarme de que ya se habían ido.

  Recogí todo, y cerré la academia. Subí a mí coche y emprendí mí camino hacia el hospital.

  Llegué al hospital, saludé a las enfermeras, que ya estaban acostumbradas a verme todos los viernes. Saludé por igual al doctor, que me sonrió triste comos siempre.

 Entré a la habitación, y lo vi, Axel estaba ahí, pálido y con los labios morados, sus ojos cerrados, y aún así se ve perfectamente bien.

 Me senté en un pequeño sofá que estaba al lado de la camilla, me senté y tomé su mano.

—Axel —tragué mí nudo en la garganta —Dios, te extraño tanto, no sabes lo mal que la he pasado sin ti. Me siento mal, mí única alternativa es bailar y enseñar. Las niñas son mis únicas alegría, me hacen reír, y me encanta enseñarlas. Pero aún así, tengo un vacío en el corazón, siento un hueco muy grande. ¿Y sabes por qué?. Porqué faltas tú, me faltas. Te necesito Axel, no soporto estar así —una pequeña lágrima silenciosa salió de mi ojo derecho.

—Hoy fue un día muy lindo —limpié el rastro de la lágrima con el dorso de mí mano —Estuve acompañando a una niña y... Por primera vez, me sentí bien, y plena. Su papá, era muy lindo —sonreí —Y dulce, no sé cuantas veces pidió perdón. Me dio mucha ternura. Vi el amor entre los dos, y eso me alegró. Me alegró saber que al menos alguien es feliz en este mundo tan injusto. Espero pode ir a su cumpleaños, Jazmín es un amor. Te quiero tanto. Despierta pronto Axel, no quiero desenchufarte, no quiero vivir con la duda de que hubiera pasado si no te hubiera desenchufado, por favor, ayúdame.

 Después de suplicar y llorar un poco, me fui del hospital. Eso hacía todos los viernes, hablarle sobre lo que hacía en su ausencia, y a las personas que conocía. Pensaba que mientras yo le hablaba, él tendría una esperanza de despertar, o siquiera moverse.

 Pero estaba equivocada, porqué él no me escuchaba ni sentía.

 Y ese fue mí peor error, privarme de ser feliz o conocer a alguien por él. Pensando que él iba a despertar.

 Y fue por eso, que perdí la oportunidad de tener una familia y enamorarme de nuevo.

 Por hablarle a alguien, que ya, no existía.

Más Allá Del CieloWhere stories live. Discover now