Capítulo 11

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2 meses de Ethan:

—Listo, ¿ya podemos irnos, Axel? —preguntó Daniela, mientras se ponía un arete, y se veía por el espejo del cuarto.

—Bonita, sabes que solo podemos estar con tu hermano 5 horas, ni más ni menos.

—Lo sé lo sé, pero puede que esta vez el doctor se apiade de mí.

—Bonita es en serio, cada vez que vamos, tengo que luchar contigo y tus llantos para que nos podamos ir —reproché.

—Ya Axel. Trataré de irme sin hacer una escena.

—Siempre dices lo mismo —susurré para que no me escuchara.

—Púes hoy no será igual, ya vamónos —me agarró de la mano, dándome un toque de electricidad por esta. Me dirigió fuera de la casa y al asiento del copiloto.

—Hoy manejaré yo —me informó.

—Bueno, esto es algo bueno, al menos no conduciré por hoy, aveces cansa mucho —suspiré.

—Lo sé, y por eso manejaré yo. Sé que haces mucho por mí, y que te cansas, pero no lo demuestras. No sé de verdad, como haces para soportarme, a veces soy muy bipolar, y llorona, pero te quiero agradecer porqué a pesar de todo, no te has ido de mi lado. Gracias Axel.

—No hay nada qué agradecer.

Cuando vi por la ventana, ya habíamos llegado al hospital.

 Daniela apagó el auto, bajó los seguros, y nos dirigimos dentro del hospital. Al entrar como siempre, habían muchos casos diferente, accidentes, personas con la cara desfiguradas y muchas cosas más que ya nos acostumbramos a ver. Saludamos al doctor y como siempre nos dijo que teníamos solo 5 horas para estar con él. Nos dirigimos a la habitación de Ethan donde el estaba, con un mando en la mano, y jugando al play. Sí, Daniela es tan exagerada que le trajo el televisor, sus juegos, un montón de ropa. Será que piensa que él está de vacaciones. Entramos al cuarto.

—Hola amor —saluda ella, dándole un beso en la mejilla. 

—Hola, Dan. Hola cuñadote

—Hola cuñadito —besé su frente.

—¿Cómo has estado bebé?, ¿te tratan bien?, ¿te dan tu comida las horas necesarias?, ¿te baña una enfermera?, ¿te sientes bien aquí? —esas y muchas preguntas le hacía Dan a Ethan, mientras éste rodaba los ojos, y respondía cada una de sus preguntas, aunque algunas fueran muy tontas. Por Dios, ¿qué va a responder él a la pregunta de, cómo has estado?. Ah, pues normal, aquí, muriéndome, pero estoy bien. 

—Tierra llamando a Axel.

—Cuñado, quiero que lleves a cenar hoy a mi hermana, al restaurante más caro —dijo Et serio. ¿Qué?. Bueno no es que no tenga dinero, estoy trabajando como profesor de boxeo y me pagan muy bien, y puedo llevarla a un restaurante carísimo. Pero, ¿para qué sería eso?.

—¿Y eso por qué?.

—Pues resulta qué, todos los días mi hermana viene a verme, todos los días al hospital, pero no ha conocido bien España, y eso no es justo, no es justo que todos los días piense que no puede salir a disfrutar porque yo me estoy muriendo. Así que te pido, que la lleves a un restaurante, y luego a conocer España —este niño es más maduro que Daniela en muchos sentidos.

—Bueno, creo que tienes razón, tu hermana se la ha pasado o en casa, o en el hospital, y eso no es justo, no es para nada justo. La llevaré al restaurante más caro de toda España, y a conocer todas las partes de España. ¿Está bien? —asintió. Dan me fulminó con la mirada, haciendo que su nariz se arrugara por el gesto.

—Púes ustedes están haciendo planes de los restaurantes caros, de las partes de España, pero no han pedido mi opinión, ¿qué pasa sí yo no quiero ir? —susurró algo molesta.

—Te obligaremos —dijimos al mismo tiempo.

—Y bueno, ¿cómo se supone que lo harán?.

—No te lo diremos, tu solo di, ¿quieres ir o no al restaurante más caro de toda España?.

—Solo con una condición. Quiero que tú —me señaló —Convenzas al doctor, para que él —señaló a Et —Pueda ir con nosotros —inteligente.

—No puedo hacer eso, y lo sabes —respondí seriamente. 

—Ah, púes buena suerte entonces, ve tu solo a el restaurante caro, y a conocer a toda España.

—Está bien, está bien, veré que puedo hacer —dio un pequeño grito, y se abalanzó sobre mí, dándome un gran beso en la mejilla, le sonreí y fui a buscar al doctor.

—Buenas —toqué la puerta de su consultorio, y luego abrí la puerta.

—Siéntese Axel —dijo señalando una silla, frente a él, eso hice —Y bien, ¿qué necesita? —preguntó amablemente.

—Bueno, lo qué pasa, es que ya sabe Ethan es un niño, así quiera parecer que no —tomé aire, y proseguí —Su tiempo de vida es muy poco. Nosotros no vinimos aquí para estar todo el día en un hospital, vinimos para olvidarnos de todo y conocer este hermoso lugar, llamado; España, le pido por favor que solo por hoy, me deje llevar a Et a un restaurante, presentable, y a conocer toda España. Para que él despeje su mente, y por fin salga de esa camilla —casi supliqué.

—Muy bien, solo te pido que lo cuides bien, y cualquier problema con él, así sea solo una pequeña tos, lo avise conmigo. Ahora sí me permite, tengo mucho trabajo que hacer, espero que la pasen bien —se levantó de la silla y yo hice lo mismo, me dio unas palmadas  en la espalda, y me abrió la puerta del consultorio. Salí y me dirigí a la habitación de Et, donde se encontraban los dos hermanos, haciéndose cosquillas. Sonreí.

—Señoras y señores —llamé su atención —Ámenme, porqué yo, el maravilloso, Axel, convenció al doctor de dejar salir a Ethan Lee —Dan se lanzó sobre mí y me abrazo.

—Gracias, eres maravilloso —susurró Dan en mi oído —¡Ahora chicos yo me tengo que ir a el centro comercial, a comprar ropa, Axel cuida de mi bebé, los amo! —gritó saliendo de la habitación.

¿Me ama?.

Más Allá Del CieloWhere stories live. Discover now