16. Mister Dangerous with a Golden Touch

1.8K 168 92
                                    

"Me gusta mi dinero justo donde pueda verlo: colgado en mi clóset." —Carrie Bradshaw

[N/A: Este capítulo contiene lemon Eruren.]

—Una mujer llamada Kelsea llamó, quería que supieras que ella estaba, y cito, "pensando en ti en la bañera hoy. Nunca olvidaré la manera en que tus manos me hicieron sentir esa noche."

Oí a Levi dejar caer el bolígrafo con el que estaba escribiendo y este repiqueteó ruidosamente sobre su escritorio, capturando mi atención. Le di mi mejor mirada de "ya estoy harto de esta mierda" y él solo me la regresó con su habitual impasibilidad. La única señal de sorpresa al escucharme leyendo sus mensajes privados en voz alta en medio de su oficina fue el bolígrafo que cayó de su agarre. Se aclaró la garganta y yo simplemente rodé mis ojos.

—¿Quieres que continúe? —pregunté con una sonrisa sardónica y Levi siseó por lo bajo.

—Tch, ya entendí. Basta con el maldito sarcasmo —gruñó mientras volvía a los papeles que estaba examinando en ese momento. También tenía varias muestras de la maqueta del libro esparcidas delante de él.

—¿Sabes? —empecé mientras cerraba mi libreta donde había escrito todos sus mensajes, agradeciendo en silencio por no tener que seguir leyendo los embarazosos mensajes de sus revolcones de una noche, que estaba más que seguro de que nunca los llamaría otra vez. Esos pobres cabrones—. Estoy pensando a creer que tienes problemas de miedo al compromiso.

Levi resopló y sus ojos grises y azules me lanzaron una mirada aburrida.

—¿Qué te dio esa impresión?

Me encogí de hombros con aire casual.

—Oh, no lo sé. Tal vez es la serie de no-realmente-amantes-no-realmente-rollos-de-una-noche de los que tengo que seguir recibiendo mensajes. Solo una loca suposición.

Me sorprendía lo sarcástico que podía ser con Levi y aun así salirme con la mía. Estaba casi seguro de que si hubiera sido alguien más tratándolo como yo lo hacía diariamente, habrían sido despedidos el primer día. Aunque yo estuve bastante cerca.

—Jaeger —advirtió en un gruñido bajo, pero me di cuenta de que no había ninguna amenaza real detrás de su tono, mientras mantenía sus ojos puestos en el desorden de papeles desparramado sobre su escritorio.

No pude evitar sonreír y encogerme de hombros una vez más cuando estuve a punto de dar la vuelta para irme. Sorprendentemente, choqué con Erwin Smith.

Mierda. Pensamientos puros, Eren. Piensa en Jesús. No pienses en sexo gay en una iglesia, oh carajo, eso es en realidad un poco caliente. ¡Joder, no! Okay. No pienses en lo jodidamente sensual que se ve en ese traje hoy. ¡Maldita sea! Precisamente tuve que recorrer su cuerpo con mis ojos. Putamente genial, Jaeger. ¿No puedo hacer algo que mi cerebro me dice por una vez en la vida en lugar de ser siempre un pequeño rebelde y hacer exactamente lo contrario?

Erwin llevaba un traje gris de rayas finas, cruzado, con un bolsillo cuadrado de raso y una corbata de satén a juego de color azul real junto a una camisa blanca. Casi choqué de cara contra su amplio pecho, pero afortunadamente me las arreglé para no avergonzarme delante de mi jefe justo a tiempo. Mierda, bien, haz como si nada, Jaeger.

 Mierda, bien, haz como si nada, Jaeger

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Haute Couture LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora