13. Somewhere Only We Know

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"Mi estilo es un cóctel. No salgo tan bien como los franceses, pero no me importa como los ingleses." —Jane Birkin

Mikasa y yo llegamos al apartamento de Reiner, Annie y Bert alrededor de las cinco de la tarde. La pelea no era hasta las seis, pero queríamos evitar los atascos del tráfico por las vacaciones, ya que su departamento estaba un poco lejos de nuestra casa. Papá estaba de acuerdo con que nosotros saliéramos. Normalmente celebrábamos Navidad como una familia en la víspera de todos modos, así que no necesitábamos sentirnos culpables por pasar el día de Navidad con nuestros amigos. No como si a papá le hubiera importado. Mikasa y yo nos habíamos juntado para comprarle uno de esos masajes de lujo, así que estábamos seguros de que probablemente estaba disfrutando de la paz y tranquilidad mientras usaba su nuevo regalo.

Annie abrió la puerta y nos dio una pequeña sonrisa cuando vio que éramos nosotros. Inmediatamente me incliné y le di un abrazo y un alegre "Feliz Navidad", el cual ella regresó en voz baja y después nos dejó entrar. Su apartamento era agradable y calentito, y Mikasa y yo con mucho gusto nos quitamos nuestros abrigos y bufandas. Dejé que Annie le mostrara el departamento a Mikasa y me dirigí hacia el sofá que Reiner ya estaba ocupando con uno de sus brazos colgando sobre el respaldo de este. Bertholdt estaba haciendo algo en la cocina.

No podía exactamente tomar por sorpresa a Reiner, considerando que su cuarto de estar era básicamente un enorme espacio abierto sin nada para separar la sala, cocina y recibidor. Solo un gran espacio. Pero eso no me impidió escabullirme por la parte trasera del sofá, ligeramente colocando una de mis manos sobre el masivo hombro de Reiner e inclinándome cerca del lóbulo de su oreja. Soplé suavemente aire caliente y el cuerpo de Reiner se puso rígido, se tensó tan rápido que tuve que morderme el labio inferior para no romper en carcajadas.

Él estiró el cuello hacia atrás y me incliné hacia adelante hasta que parecía que estábamos recreando esa estúpida escena de beso de Spider-Man y me dio una sonrisa.

—Parece que Santa finalmente llegó con mi regalo —se rio entre dientes.

—Oh, ¿estabas esperando que viniera envuelto con un lazo? —resoplé.

—Pues ese habría sido un buen regalo para despertar.

—Eres un pervertido —le di una palmada en el hombro juguetonamente.

—Nunca te quejaste de eso antes —Reiner rio.

—Sí, como sea.

Mikasa y Annie pronto se pusieron cómodas en la barra cerca de la cocina y en poco tiempo Armin había llegado, y luego Sasha y Connie le siguieron un poco después. Estaba esperando que nadie haya invitado a Jean y Marco, y para mi gran placer, no pudieron llegar a la fiesta. Bien. No tenía ganas de soportar a un irritante caballo hoy.

Bertholdt salió de la cocina después de un rato y les entregó a todos una taza de su ponche especial de huevo. Según Reiner y Annie, el ponche que hacía Bert era lo mejor que existía.

—Diablos —dijo Connie luego de su primer sorbo—. Esta mierda está buena.

—¡Te dije que su ponche era increíble! —gritó Reiner desde la despensa. Estaba buscando platos.

—Sasha ya terminó su primera copa —Connie miró boquiabierto a su novia, quien estaba ahora brincando hacia Bertholdt por otra taza.

—Sabe que esto tiene alcohol, ¿cierto? —pregunté, bebiendo de mi propia taza lentamente.

—Eso espero —refunfuñó Connie.

Reiner regresó poco después con platos descartables en la mano. Se los dio a Berthdolt antes de dirigirse de vuelta a la sala, donde se desplomó en el gran sofá junto a mí. Pasó un brazo por mis hombros y torpemente me incliné hacia su lado. Si había una cosa que he aprendido de Reiner es que era del tipo afectuoso. Le encantaba acurrucarse, tomarse de las manos, abrazar, besar todo el tiempo. Lo encontraba lindo, pero no estaba del todo acostumbrado a tales muestras de afecto en público. No era que me importara, en serio.

Haute Couture LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora