—Quiero a mi hermano, al verdadero. No el que finges ser, no el que tiene el corazón roto. Quiero al Devon que yo conozco, él que sé que eres y aún está aquí —señaló mi corazón—. Traerlo de vuelta —susurró y yo asentí.

—Sigo aquí, sigo aquí pequeña.

—Y no dejes que se vaya, se merece amor —sollozó y miré al cielo.

A veces era tan jodido recuperar quién eres cuando muchas personas han intentado robarte tu identidad. Aún más jodido es saber que has construido una nueva persona para intentar protegerte de los demás. Pero no tan jodido cuando quieres ser quien realmente eres y no te dejan intentarlo, porque se niegan aceptar que no eres lo que todos pensaban que eras. Lo he dicho, es más fácil creer nuestras peores versiones, que nuestras mejores versiones. Me resigné.

Madrid, España. 18 de Septiembre 2016.

Miré sus ojos penetrantes, sin pudor y sin querer simularlo. Sé que soy un hombre consciente de su físico pero también esas miradas lujuriosas incomodan un poco. Más si en toda la velada no ha dejado de observarte.

En estos meses he estado en una clase de "abstinencia" tratando de olvidar todo lo relacionado con escándalos y mujeres. Porque he vuelto a ser el Devon de siempre, él que ofrece solo una noche, sin compromisos y sentimientos; y funciona. Porque todos buscan eso de mí.

Me acomodé el cuello de mi camisa incómodo y bebí de mi champán. Estaba en un after party de un desfile de modas que me había invitado un compañero pero se perdió entre todas esas piernas largas. Mientras que yo, como todo caballero solo me dedicaba a comer los bocadillos. Vale, tal vez he bailado y ligado pero la comida siempre me llama. No mentiré, hay mujeres hermosas y atractivas en cada rincón que están dispuestas a tener más que una charla conmigo pero hoy, amanecí en plan de querer comer hasta engordar. Cosa que aún me haría atractivo.

Fui al baño de caballeros para alejarme de la música y miradas directas. Quería irme pero había venido con Landon y no podía dejarle. Al principio era alucinante pero después de un tiempo no me gusta que me observen demasiado más cuando sé que buscan preguntas que no serán contestadas. Mojé mi cara y salí del baño, apoyándome de la pared. Vi a cada persona en este lugar, bailando, disfrutando; otras seguramente no recordaría nada al despertar y probablemente, muchos se sientan vacíos, como me siento yo.

Porque si algo me he dado cuenta de este mundo, es que el dinero no te da la felicidad. Aún cuando puedes ser el más cotizado o deseado. Simplemente, la felicidad se encuentra cuando tú te permitas ser feliz y lo que tengas, es suficiente.

Y eso es lo malo de este mundo, que para muchos, nunca nada es suficiente. Es ese vacío que se alimenta con vicios, unos con drogas, otros con apuestas, amoríos o dinero. Y al final lo único que lo llena, es uno mismo sabiendo quien es. Lo digo por experiencias, estar con media población femenina jamás llenará el vacío que tengo en el pecho y tengo miedo de admitir.

— ¡Cuidado! —por reflejo, corrí un poco y atrapé en brazos a alguien que iba a caer. Su pelo largo y negro obstaculizaba su rostro. Lo más gracioso era verla resoplar para quitar su cabello. La acomodé en mis brazos y la deposité con cuidado en el suelo y le sonreí—. Oh no, lo siento muchísimo. Yo... Soy atropellada y con dos pies izquierdos y... —su voz se fue callando al observarme y un leve sonrojo se asomó por su piel extremadamente negra con varias manchas blancas por su cuerpo. Ella era tan delgada y frágil, que por un momento creí que se rompería en dos. Olía a chocolate, lo irónico es que era como su piel. La reconocí al instante, era una de las modelos. Aunque esta vez su mirada era más dulce y tenía una sonrisa plasmada en su rostro.

—Te atrapé —susurro cerca de sus labios y acomodé mejor su pelo detrás de su oreja. Ella sonrió con inocencia. Pocas sonrisas son como aquellas y por una extraña razón me pareció tierno. Oh maldición, aleja cualquier pensamiento como aquello Devon. Pues todas las mujeres son iguales, bien que se ven inocentes y cuando menos lo esperas, muestran su verdadero rostro y te lastiman. No podía confiar solo así.

Hermosa Pertinencia (Beautiful Last Chance)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora