Capítulo 8

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(punto de vista de Lysandro)

¿Sería aquello cierto? ¿Le gustaría yo? Era algo que me parecía imposible, pero... Se empezó a revolver y abrió los ojos. Se mordió la mano, ahogando un grito.

-¿Esta bien? -pregunté preocupado.

-S-sí, pesadillas... nada más...

Le dirigí una sonrisa dulce y ella me la devolvió.

-Me preguntaba...

Tragué saliva. No me salían las palabras y tenía que pedirle salir. DEBÍA pedirle salir antes de que se me adelantaran.

-Dime -me animó.

La miré, respirando hondo. Sus ojos brillaban.

-... que...si... eh... ¿me podría contar quien es el chico de antes?

Ella pareció decepcionada. Me pregunto por qué.

-Es largo de contar.

-Tengo tiempo.

Suspiró. Abrazó sus rodillas y apoyó la barbilla en ellas.

-Bueno, todo empezó cunado yo iba a primaria. Por aquel entonces, no era como ahora.

-¿Qué quiere decir eso?

-Yo era más... tímida, débil. Como Ken, pero en chica. Solo que yo no llevaba gafas y además, era emo.

Me imaginé a la chica de pequeña, vestida enteramente de negro, con el pelo tapándole la cara siempre.

-Los otros niños no querían jugar conmigo. Yo me acercaba a un grupito y ellos gritaban... -suspiró- Un día, unos chicos cuatro años mayores que yo me vieron sola en el recreo y decidieron que la oportunidad era demasiado buena para dejarla escapar. Se acercaron a mí y empezaron a burlarse de mi manera de vestir y de que nadie quería estar conmigo. Yo me quedé mirando al suelo en silencio. Eso les molestó, porque querían que llorase. Uno me levantó por el cuello de la camiseta y empezó a sacudirme en lo alto. Me asusté y mordí su cano con tanta fuerza que empezó a sangrar sin parar.  El chico se fue a la enfermería llorando, pero sus amigos se quedaron para vengarse. Uno me dió un puñetazo en la cara. Rompió mi labio y me hizo un moratón en el ojo. El otro me empujó y caí rodando por el camino de tierra, haciéndome múltiples heridas en los brazos, las piernas y la espalda. Me puse a llorar como nunca antes. Se acercaron para rematarme, pero apareció alguien... alguien de mi edad, que paró a aquellos chicos. No por ser más fuerte, sino porque... porque sabía como llevarse bien con la gente, y sigue sabiendo.

-¿Jacobo? -pregunté.

Sonrió y me indicó que estaba equivocado negando con la cabeza. Miró a Isa con cariño.

-¿Isabel?

Me quedé en shock.

-Sí. Ella me protegió. Nos hicimos amigas. Fueron mis mejores trs semanas de la infancia.

-¿Solo tres semanas?

-Verás, mis padres trabajan fuera y a mi me cuidaba una mujer que se llama Magdalena.

-¿Era mala contigo?

-¡No! ¡Al contrario! Era buena, dulce y se preocupaba por mí. Me curaba las heridas y me animaba. Era mejor que mi madre, desde luego. Un día, su padre enfermó y ella tuvo que dejarme para ir a cuidarle. Mis padres volvieron. Mi padre vió las heridas y me preguntó como me las había hecho. Yo era una niña de seis años, no le costó nada sacarme la información. Hizo los trámites necesarios para cambiarme de escuela en dos horas. Solo quedaba un mes de curso, así que contrataron a un profesor particular y empezé el siguiente curso en otro colegio.

-¿A que colegio?

-Em... a una escuela militar.

-¿Como Kentin?

-Más o menos. Has visto lo que ha hecho unos cuantos meses en él ¿verdad?

-Sí, claro.

-Pues imagina lo que hizo en mí cinco años.

-¿¡Cinco años!?

Natalia se rió.

-De los siete a los doce. No está mal, ¿eh? Cuando llegué, estaba asustada. Me cortaron el pelo hasta tenerlo...

Miró a su alrededor.

-... solo un poco más lago que Nathaniel.

-¿Por qué hicieron eso?

-Es que era un colegio solo para chicos, así que tenía que comportarme y lucir como uno. No fue difícil. Todo lo que tenía que hacer era levantarme antes para ducharme, porque no había cabinas individuales.

Sonrió pícaramente.

-Imagínate la que se hubiera armada si alguien viese que yo no tenía...

Ambos nos sonrojamos. Aparté la mirada, incómodo.

-Pues eso. Hice un buen amigo, Jacobo. Era un chico travieso, inquieto, que siempre veía el lado bueno de todo y me hacía reír. Fueron cinco años agotadores, pero bastante buenos. Hasta que hubo un problemilla de nada.

-¿Cual?

-Empezó cuando yo tenía once, pero apenas se notaba. Pero a los doce me pillaron, era imposible ocultarlo.

Parpadeé sorprendido.

-¿Por qué? No entiendo.

Ella reuhía mi mirada y tenía la cara roja.

-Pues... como decirlo...

Respiró profundamente.

-Me salieron... eh...

Se miró el pecho.

-Oh. Ah. E-entiendo.

No sabía que decir. Mi cara estaba roja. Ella continuó con el relato.

-Me pillaron, me echaron, volví al colegio. Me acuerdo de todo porque en el campamento fomentaban eso. Me encantan los animales porque siempre cogía del bosque en el que estábamos. Soy buena deportista porque siempre estábamos en movimiento.  No consigo estudiar porque nunca lo he hecho. Me cuesta hacer amigos porque...

Enterró la cara en las rodillas. Sus hombros se convulsionaban en un llanto silencioso.

-No... no llore, por favor.

Me acerqué a ella y de dí un abrazo. Me miró. Sus hermosos ojos azules estaban llenos de lágrimas.

-M-me hab-bía pr-rometido que no iba a-a ll-llorar p-p-pero...

Siguió llorando. Cogí su barbilla y la obligué a mirarme. Le limpié las lágrimas con el pulgar.

-Tiene una sonrisa demasiado hermosa para llorar -susurré.

Se puso roja. Nos miramos en silencio, con los rostros muy pegados. Y no pude resistir la tentación. Cerré los ojos y uní mis labios con los suyos. Ella temblaba en mis brazos. Fue un beso torpe, pero muy tierno. Enterré las manos en su pelo. Era tan suave como había imaginado. Se pegó a mí y nos volvimos a besar. Con una mano, me acariciaba el rostro. La otra reposaba en mi pecho.

-Te quiero peliplata.

Mi corazón se aceleró y solté la pregunta de golpe.

-¿Quieres salir conmigo?

Ella rió, nerviosa.

-No se que me impresiona más. Que me pidas salir o que me tutees.

Me volvió a besar. Y yo me to tomé como un sí.

Hola gente del mundo! Bueno, no se si sabrán que yo soy muy fan de (aparte de corazón de melón) los Creepypastas. Quería recomendaros que leyeseis "Sabes?... Las personas cambian" de KandelariaMoreno y (aunque posiblemente ya la conozcais) "SUCRETTES CDM" de JustMeIL

Historia de dos Succretes (CDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora