Capítulo 20

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Grace


—Debes de encontrar el lago rojo, lo debes de hacer. —gritan.

Me despierto exaltada, otra vez el mismo sueño. Toco el lado de la cama de adam y se encuentra fría. Debe haberse despertado temprano. Dormir con él ya es algo normal, sentir sus brazos en la noche es reconfortante, porque sé que él va a protegerme y puedo dormir con tranquilidad de que no voy a tener pesadillas.

Dispongo a ducharme y sacar el olor a sudor en mi cuerpo, quince minutos después salgo envuelta con una sonrisa en mi rostro, debo de cambiarme y luego desayunar.

—Estabas aquí. —salto al oír la voz de adam.

— ¡Adam! ¡Estoy desnuda! —chillo cubriendo mi cuerpo con la toalla.

—Te he visto antes. —responde.

— ¿Qué? ¿Cuándo? —Él solo sonríe.

Muevo mi mano, y se cae un papel higiénico en su cabeza, ahora soy yo la que sonríe. Él observa el papel higiénico en el suelo y luego a mí. Cuando él se va acercando yo decido alejarme, grito cuanto me toma por la cintura y me sube al lavabo. Se coloca entre mis piernas y me besa.

Su mano desata mi toalla y ahora estoy desnuda, gimo cuando él toca mis pezones, besa mi cuello, sus labios van bajando, chupa mis pezones, suelto un gemido alto, cubro mi boca porque recuerdo que son hombres lobos no quiero que oigan mis gemidos y lo que estamos haciendo.

Con prisa desabrocho su cinturón, esto va a suceder ahora. Estoy frustrada todo el día luego de que él se retracte la última vez cuando estábamos en la etapa final donde íbamos a culminar nuestros cuerpos.

—Adam—gimo cuando besa la marca que tengo en el cuello hace un tiempo, esa zona es sensible.

Él gruñe en respuesta.

Lo sujeto del rostro para que me vea a los ojos.

—Si te detienes, no vuelves a tocarme. —Él solo se ríe. —Lo digo en serio.

Deja de reírse de inmediato.

—Me gusta cuando me ordenas. —dice.

Él baja sus pantalones sin dejar de besarme, agarra mi trasero, coloco mis piernas detrás de su espala y él nos lleva a la habitación. Me deja en la cama y se coloca entre mis piernas.

Baja su mano tocando mi vagina, me vuelve a mirar sonriendo de lado con orgullo de que esté húmeda por él.

Hombres lobos, solamente ellos se entienden.

Gimo alto cuando introduce dos dedos en mí y gimo más fuerte cuando chupa mi clítoris.

Creo que no voy a poder callarme cuando él me chupa de esa forma, no voy a ser silenciosa.

Sus gruñidos, los ruidos de sus dedos con mi humedad, su lengua. Estoy tan caliente. Esta habitación se siente como si fuera un horno, agarro su cabello porque estoy llegando al cielo, mis caderas se elevan y estoy por tocar el cielo, pero él se detiene.

—Adam. —gruño frustrada.

—Voy a hacerte correr con una condición. —dice besando mi vagina, mis ojos se nubla por lo sensible que estoy.

—Juro adam que si no lo haces, voy a hacerlo yo misma. —amenazo.

Se saca su bóxer y salta su pene. Parece una espada, va a matarme.

—Bien esta es mi condición. —dice.

No puedo quitarle la vista a su pene, juro que va a matarme y no estoy bromeando.

HÍBRIDA ©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora