Capítulo 11

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Adam

—Maldita sea. —maldigo cuando la veo irse, suelto la mano de Dove.

La he cagado en grande, siento esa opresión en mi pecho, duele mucho. Toco mi pecho porque no puedo respirar, siento como si me asfixiara, caigo al suelo por aire.

—Adam ¿Qué te sucede? —pregunta Dove, pero la alejo.

—Vete. —gruño cuando vuelve acercarse.

—Pero Adam déjame ayudarte.

—Lárgate. —exijo perdiendo mi poca paciencia.

Me sostengo a la pared más cercana, buscando aire, pero es peor, su dolor es el mío, sus emociones son las mías.

—Joder. —golpeó el suelo.

Siempre lo arruino, soy un imbécil. Ver su mirada fue lo peor, era como si la hubiera traicionado, eso fue como una punzada repentina en mi pecho. Si le contara la razón de porque dove se queda en la casa, ella estaría aquí. No esperaba que estuviera aquí cuando trasladara a dove a la casa, fue muy sorpresivo verla.

Logan entra a la casa, él se acerca ayudarme.

— ¿Qué te pasa? —pregunta con preocupación.

— ¿Dónde está ella? —pregunto ignorándolo.

—La llevé a su casa.

— ¿Por qué? Su casa es esta. —lo miro con enojo. —Somos los únicos que tiene.

Camino como puedo a la puerta, caigo al suelo, pero vuelvo a levantarme, tengo que llegar a ella, traerla a la casa, su lugar es estar a mi lado.

— ¿Dónde vas?

—A buscarla.

—Pero si no puedes caminar.

—Entonces ayúdame.

Él ayuda y me lleva a su auto. Nos encaminamos a su encuentro.

Al llegar el me ayuda a bajarme, entramos. La casa está a oscuras, agudizo mi oído para encontrarla, oigo su respiración tranquila en el segundo piso.

—Déjame ayudarte.

—No, puedo hacerlo. —digo.

Subo los escalones con lentitud, llego a la puerta de su habitación. Mi corazón da un pequeño salto cuando la veo.

Ella esta dormida en la cama, su respiración es lenta. Me acuesto a su lado, cojo un mechón de su cabello para verle el rostro. Gruño cuando veo su cara hinchada, ella ha llorado por mi culpa. La acerco a mi cuerpo, dejo de respirar cuando ella se arrima a mí.

Beso su cabeza, a su lado puedo respirar. El dolor sigue, pero es menos intenso. Acaricio su pelo, cubro nuestros cuerpos con una manta y luego cierro mis ojos para dormir.

(...)







Me despierto por un zarandeo en mi brazo, me cruzo con la mirada de mi beta.

— ¿Qué?

—Lo encontramos.

Trato de levantarme de la cama, pero siento un peso en mí, ella está encima de mí. Ella duerme profundamente, hago lo posible para no despertarla. Me muevo con cuidado, la veo sujetar la almohada cuando salgo de la cama.

Sonrío, me despido por última vez antes de irme. Bajamos con cuidado de no hacer ruido. Noto que es de día, veo el destello que hace el sol en la ventana, me quede toda la noche durmiendo.

—Quiero que alguien la vigile todo el tiempo, una mujer. —ordeno a mi beta.

Hago una mirada alrededor cuando bajamos a la escalera, todo está sucio aquí, cuando vinimos por primera vez también nos encontramos con esto, pareciera que estaba deshabitado, pero ella no lo veía así, creo que era porque su madre había creado un hechizo que solo ella podía ver.

Todos los recuerdos que ella tenía de su madre era una mentira, y eso fue lo que más la destrozo y yo soy un imbécil por cagarla.

Lo arruine otra vez, le dije que no creía que fuera Dove quien la lastimo, pero sé que lo hizo ella, pero debo proteger a dove en este momento.

No puedo decir la razón de porque lo hago, por ahora debo mantener a Grace alejada de mí porque el peligro está a nuestro acecho y también debo de protegerla, y esta es la mejor manera.

— ¿Dónde está? —pregunto cuando salimos de la casa.

—Él está en el norte de Suecia. — responde cuando entramos al auto. —Hemos escuchado que está formando una alianza. —lo echo una mirada, esperando a que continúe hablando, pero no lo hace.

— ¿Eso es lo único que tienes? —pregunto con ira.

—Debemos de viajar a Suecia, nuestro infiltrado nos proporcionará más información cuando estemos allí. —dice.

—Debes sacar los pasajes. —digo

Buscando una excusa para quedarme más tiempo porque no quiero irme ese es el problema.

—Ya lo he hecho.

— ¿Dove? —pregunto, buscando otra excusa.

—Tiene a una persona que será su guardia.

Él es el que pareciera el alfa en estos momentos y no yo. Por esa razón él es mi mano derecha, pero en este momento detesto que mi beta que sea tan organizado y esté preparado porque no estoy preparado.

Es mi deber y por eso debo dejarla. Cuando solucione este problema, voy a volver y buscarla.

Me odiara lo presiento, pero haré que vuelva a mi lado, porque ella es mi compañera y es solo mía, estaré al estar al tanto de su vida pero lejos para protegerla.

Seis meses luego

—Se escapó alfa. —dice Robert mi informante.

—Joder ¿Cómo es posible? Lo teníamos acorralado.

—Tenemos un espía entre nosotros. —dice. —Hacía días que no salía, era un poco extraño, se fue del país. —dice, lo miro sin comprender.

— ¿Se fue del país? —pregunto.

Hace meses que estamos con esta rata, lo hemos estado vigilando por tanto tiempo, y justo que lo estábamos por coger se nos escapa de las manos, tanto tiempo perdido, golpeo la mesa exigiendo.

— ¿Dónde? —gruño, apretó mi puño en la mesa.

Respiro profundo para apaciguar mi enfado, en estos momentos mi paciencia depende de un maldito hilo, miro el departamento donde nos encontramos, llenos de cajas. Nuestro edificio está frente a la persona que estábamos por atrapar, no dormíamos para vigilar todos sus pasos, que hacía, lo que comía y a donde iba.

—Él está en Londres.

— ¿Quién es el traidor?

—Ya lo maté Alfa.

— ¿Quién te dio esa orden? —Vuelvo la vista, lo sujeto del cuello, él abre sus ojos mirándome con terror. —Dame una razón para no matarte ahora. —pincho un poco mis garras en su piel, él abre más sus ojos.

—Tengo fotos. —dice cómo puede, lo suelto.

Él se levanta rápido del suelo, agarra el sobre marrón que está en la masa, está tan asustado que no puede abrirlo, gruño. Él lo rompe y me muestra las fotos, apretó mi mandíbula y lo vuelvo a ver.

— ¿Cuándo fueron tomadas esas fotos?

—Ayer.

Golpeo las cajas que están más cerca y estas caen.

—Debemos volver a Londres.

Miro a mi beta, él estaba sentado cuando llego Robert, en el ángulo que se encuentra sentado no puede ver las fotos. Le tiro las fotos y veo su reacción al verlas, sus cejas se levantan boquiabierto.

—Joder. —maldice levantándose de donde está. — ¿Se llama Grace? —pregunta a Robert, él necesita confirmarlo y yo de alguna manera también necesito saberlo.

Él asiente con la cabeza sin mirarnos.

HÍBRIDA ©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora