Capítulo 17: "No me perdones"

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- No puede ser...- Suspiré cansado. Pegué mi brazo derecho a la puerta, golpee y empujé fuertemente una cuantas veces. Se abrió. El aire aquí es espeso, algo difícil de respirar. Además de que estaba algo sofocado. Cerré la puerta atrás mio, regresando a mi forma normal. No pudo haber elegido otro lugar peor para una puerta al averno. 

Me dirigí al sótano del lugar, corto de espacio, tuve que agachar un poco la cabeza. Al llegar al final, di vuelta al último cuarto, donde había un espejo y me dejaba estirar mi cuello. 

- El que espera detrás de la pared. El que espera para acabar con todo...- Comencé, acercándome al espejo.- Él tomará tu alma. Él tomará al mundo entero y lo volverá incompleto. - Acerqué mi dedo a mi boca.- Déjame, dios del caos y la locura, entrar a tú paraíso. Quiero verte.- Mordí mi dedo, abriendo mi piel y dejando salir la sangre. Escurriendo por mi pulgar.- A través de la Fe retorcida. A través de la reconstrucción de este mundo. Yo cantaré la canción. - Una vez en frente del espejo, escribí una 'Z' junto con el signo de mi espalda.- Dejaré que me haga lo que sea sí no complazco. Lo que sea a su merced. No soy alguien para decirle que no.- Mi espalda comenzó a doler, como sí unas uñas encarnadas en mi trazaran el signo. Empecé a escuchar una risa profunda.-  Hail Zalgo. Quiero ser tu esclavo eterno.- La risa se intensificó. Cerré los ojos. Repitiendo una vez más.- Hail Zalgo. Déjame entrar...-   

Al abrirlos, me encontraba en frente de las puertas del averno. Las calaveras de los minions anteriores, que desobedecieron, se encontraban a la vista. Siempre me entra un escalofrío con verlos. Acompañado de picos y una replica del rostro de Zalgo en la cima de aquella entrada. Me acerqué a la puerta, sin pensarla dos veces la abrí. El ambiente era tétrico, la energía esta más pesada que en mi circo, podía escuchar un piano al fondo. Suerte la mía. Me detuvo repentinamente un ángel de la muerte, otro minion, que fue atrapada por la lujuria del mismo y rechazar completamente a su Dios. 

- ¿Qué haces aquí?- La mitad de su cara era su esqueleto, podía ver todos sus dientes.- Muy pocas veces visitas este lugar.- Cruzó su brazo esquelético con su brazo completo.

- Vengo a dejarle unas...cosas, que Zalgo me encargó del mundo de arriba.- Respondí, mostrando la bolsa y el frasco con la sangre de Jeff. Me miró por unos segundos.

- Bien, te llevaré con él.- La puerta se cerró detrás mía. La acompañé. 

La miré de arriba a abajo, su vestido blanco, roto, cada vez tomaba el color oscuro. Con su piel pálida, se vería bien en ella. ¿Qué estoy diciendo? Alagando algo que Zalgo causó. Perdió lo pura que era, su vestido blanco, su cuerpo completo, su ojo, la mitad de su pelo. Siendo maltratada, quemada, tirada en ácido, estar en cadenas, sin comer ni beber a más no poder, transformándola oficialmente como uno de sus minions, al igual que a mi y los demás que están aquí. Todos pasamos por esto, a fuerzas. Sus alas, se tornaron completamente negras. Y en su mano, una flauta traversa.- ¿Cómo te ha ido allá, Laughing Jack? ¿Nadie te ha descubierto?- 

-  Al parecer no. No del todo ha ido bien pero, es leve.- Contesté.- ¿Y tú, Naamah?- Sé que así no se llama, de hecho es parecido al anterior, su nombre anterior era Haaiah. Aquel nombre significa "Hebrero de la seducción". Mientras tanto Haaiah significa "Dios oculto". 

- Puedo estar mejor, creo.- Respondió alzando su flauta. Lleva años aquí, pero dicen que en realidad se siente que pasan siglos, todos perdieron la noción del tiempo aquí.- Practicando con esta flauta, justamente ayer tuve a mi primera victima.- Comentó, algo orgullosa. Ese orgullo desapareció poco después.- Se sintió raro. Nunca había hecho ese tipo de cosas, asustar personas. Yo solamente era un ángel, otro ángel guardian. Yo hacia lo contrario, yo protegía a las personas de las entidades.- Miró su flauta.- Caí bajo, muy bajo. No tengo forma de regresar.- Bajó su flauta. 

Enamorado De Una Mentira (Laughing Jack x Jeff The Killer)Where stories live. Discover now