Capitulo 6.

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-A ver, hay que ponerte la venda o se inflamara ese tobillo-, Derek había traído una silla y se había sentado frente a mi, yo me había quitado la media... y gracias a Dios tenía la pedicura recién hecha!.

Derek puso mi talón sobre su rodilla y empezó a desenrollar la venda sobre el tobillo que ya se había empezado a hinchar y lucia de un hermoso color berenjena.

Mi corazón estaba un poco acelerado y las palmas de las manos me empezaron a sudar... ufff que calor hacia ahí!, si definitivamente tenía que ser el calor el que me estaba afectando.

-Y... como es que sabes hacer esto?-, le pregunte mirando atentamente como era que el estaba logrando que la venda quedara como en especie de trenzado.

-Mi padre es ortopedista-, dijo elevando sus hombros y sin levantar la mirada del trabajo que hacían sus manos,
-además juego Rugby, tienes idea de la cantidad de lesiones que sufrimos?-, el había terminado de vendar mi pie, le puso una especie de ganchito metálico en forma de mariposa y levanto su rostro sonriente.

Nos miramos por un momento y el borro la sonrisa de su rostro, dejó mi pie sobre la silla que había traído y se levanto dispuesto a marcharse.

-Ehhh... Hyles!-, lo llame justo cuando se había dado vuelta, el se detuvo, lo pensó un segundo y se giro nuevamente para verme,
-gracias y... lo siento-, le dije con voz baja pero firme y mirando el precioso azul de sus ojos, el pareció no comprender lo que yo decía, frunció un poco sus cejas y me miró atentamente,
-por lo que dije antes, yo... fui grosera Hyles, discúlpame-, continúe diciendo y asentí ligeramente... el que escupe para arriba...eso me pasaba por decir que el no merecía una disculpa!.

Sus ojos parecían evaluarme atentamente, el no dijo nada y por un segundo, el más incomodo de todos los segundos que había vivido con el, me sentí por primera vez vulnerable ante su presencia, lo que me hizo bajar la mirada.

-Eso quiere decir que... podemos ser amigos?-, el me miraba con cierta suspicacia y un atisbo de sonrisa se dibujó en sus labios.

Podíamos?, acaso yo estaba dispuesta a olvidarme de todas las veces que el me había puesto en ridiculo frente a los demás?, podía olvidarme de que nos habíamos hecho la vida imposible muchas veces durante dos largos años de universidad? y lo más importante, podía olvidarme de que había pasado "eso" entre los dos?... ummmmm.

-No exageres Hyles, digamos queeeee... podemos hacer una tregua!-, le dije con una sonrisa ladeada y con cierta picardía en mi voz.

-Tregua?-, me pregunto... hay Dios, bonito pero bobito!,

-Si Hyles, tú no te metes conmigo y yo no me meto contigo, y así todos felices, que te parece?-, mi voz había sonado un poco entusiasta y el se había quedado pensativo.

-Con una condición-, me dijo muy seguro de sí... que?, yo le proponía una tregua y ahora el tenía la desfachatez de ponerme condiciones?, definitivamente este tipo tenia agallas!.

-Cuál?-, le pregunte poniendo mis ojos en blanco y el sonrió.

-Aún voy a llamarte Barbie!-, me dijo y su flamante tono de altives había regresado... eso era todo?, esa era la dichosa condición?, porque insistía tanto en llamarme así?.

-Esta bien-, le dije encogiéndome de hombros... después de todo habían apodos mucho peores que ese o no?.

Derek no regresó con los chicos, el se quedó a acompañarme durante el resto de la tarde y tuvimos oportunidad de hablar un poco. Me dijo que su padre se había venido a vivir a esta ciudad por cuestiones de trabajo y por eso el había llegado a mi universidad, al parecer su vida no era color de rosa en su casa, me dio a entender que su padre estaba molesto por lo que el había escogido estudiar, en lugar de ser un prestigioso medico igual que el.

Los demás chicos llegaron casi al anochecer, ellos se la habían pasado de maravilla y tenían fotografías muy buenas de su hazaña con el Canopy.

Celeste había llegado de primera y entró a la casa mirando para todos lados, Derek estaba sentado junto a mi en el sofá de la sala y estábamos viendo un programa de vídeos musicales en la televisión, ella nos dio un vistazo con bastante suspicacia... que?, estaba pensando que nos encontraría en una situación comprometedora?.

En la noche los chicos quisieron ir a acampar a la orilla del lago, pero a mí no me terminaba de agradar la idea, el tener que dormir sobre una superficie dura y fría a la intemperie, y ahora con mi pie lastimado, no era exactamente mi idea de pasarla bien.

Ellos insistieron en que al menos los acompañara por un rato y Michael me ayudó a llegar hasta el lugar donde armaron la fogata.

El dolor estaba regresando, yo no podía ni mantener el pie en el suelo y el vendaje me había empezado a molestar. Busque a Derek con la mirada, solo el podía arreglar lo del vendaje y lo vi hablando muy animadamente con Celeste, algo sucedió en ese momento, sentí como si algo se me hubiera retorcido por dentro... y si no se hubiera tratado de Derek Hyles hasta hubiera pensado que sentía celos!.

El estaba muy ocupado en ese momento, a mi alrededor algunos estaban bebiendo y hablando entre ellos, y otros bailaban al ritmo de la música, me sentía como mosco en leche, así que me quite yo misma el dichoso vendaje y me las di de enfermera volviendo a enredarlo como fuera en mi pie... quedo fatal, pero al menos lo había hecho sola!.

Me estaba sintiendo incomoda, estaba claro que el accidente y mi tobillo hinchado me habían arruinado el paseo, pero no pensaba arruinárselo a los demás,, me incorporé y me dirigía a la casa dando pequeños saltos en un pie descansando una vez que otra, cuando odioso Hyles decidió hacer su aparición.

-A dónde vas Barbie?-, el solo escuchar su voz me había enojado y no comprendía la razón.

-A dónde crees?-, le dije tajantemente y continúe saltando... que se vaya a seguir hablando con esa!, un momento!, qué diablos estaba pensando?.

-Pensé que estábamos en tregua-, me dijo observándome fijamente y decidí hacer caso omiso de su presencia,
-detente Barbara!-, el me había hablado con voz severa y yo deje de saltar al instante.

-Hyles, solo quiero ir por otro analgésico y descansar un poco, ya déjame!-, le dije y no tenía idea porque seguía enfadada.

-Ahhh te duele el tobillo-, el parecía haber entendido que mi mal humor era a consecuencia del dolor... y tal vez eso era!.

Ahora que aparentemente el tenía una explicación de mi mal comportamiento pese a la tregua se relajó, me tomo en brazos sin que me diera cuenta y camino conmigo de vuelta a la casa.

SOLO POR TIWhere stories live. Discover now