61. Desconfianza

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- ¿A qué viene esto?- preguntó Zack lentamente

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- ¿A qué viene esto?- preguntó Zack lentamente.

- Callate y pon las manos sobre la cabeza.- contestó John mientras sujetaba firmemente su escopeta.

- ¡No sé  por qué cojones haces esto pero debemos colaborar para volver junto a tus hijos!

- ¡Que te calles!- gritó John dando un pequeño golpe en la cabeza de Zack con la punta del cañón.

Zack suspiró y cerró los ojos. A continuación, tras abrir y cerrar sus puños repetidas veces, dijo :

- Sé que no tienes balas. Gastaste el último cartucho matando a tu mujer.

Ante esta contestación, John trató de golpear a Zack con la culata del arma, pero este se agachó con una gran velocidad y le propinó un duro codazo en sus costillas para justo después golpear su nariz con la parte trasera de su cabeza.

John retrocedió varios pasos tapando su nariz con ambas manos, la cual tardó poco en comenzar a sangrar a causa del enorme golpe que había recibido de Zack. No sabía como era posible que lo supiera, pero Zack sabía que la escopeta de John se encontraba sin munición y aquello había roto todo su plan.

John retiró las manos de su nariz, ya que Zack se abalanzaba hacia él con una gran rabia. El padre de los Mason bloqueó un puñetazo de Zack y lo lanzó con fuerza contra uno de los generadores. Inmediatamente después, como si aquel golpe no le hubiera afectado, Zack embistió a John y le hizo caer de espaldas contra el suelo.

Zack golpeó varias veces el rostro de John con duros codazos, hasta que este arremetió con varios puñetazos contra las costillas de Zack y se lo quitó de encima.

John se levantó con dificultades apoyándose en su pierna buena y hizo crujir su mandíbula provocando un espeluznante crujido. Zack le miraba fijamente a unos pocos metros, con su rostro inundado por la ira.

John había perdido la escopeta al recibir la embestida de Zack y esta se encontraba entre él y su enemigo. Hacerse con ella sería una gran ventaja, ya que aunque no podría disparar con ella, si podía usarla para golpear a Zack. Pero antes de que pudiera intentar alcanzarla, Zack se volvió a abalanzar contra él con una velocidad felina.

La embestida fue tan fuerte que la puerta del cuarto de generadores se abrió a causa del golpe. John notó como sus vertebras crujian contra la dura madera de la puerta y a continuación volvió a chocar su espalda contra el frío suelo. De nuevo Zack se encontraba sobre él, en postura dominante, golpeando una y otra vez su rostro duramente, haciendo que varias brechas cubrieran su cara.

Pero John no era blando y tenía un enorme aguante físico. Consiguió esquivar uno de los furiosos puñetazos de Zack, provocando que sus nudillos chocaran de lleno contra las rígidas baldosas. Zack soltó un fuerte grito de dolor y redujo la presión sobre John, lo que este aprovechó para volverselo a quitar de encima.

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