36. Llanto

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- ¡Joder!- gritó Thanya sacudiendo la puerta

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- ¡Joder!- gritó Thanya sacudiendo la puerta.

- Tranquila Thanya... tranquila.- dijo John desde el otro lado.- Ya sabes que no podremos abrir la puerta. Tienes que activar el generador principal.

Thanya se giró y miró de nuevo hacia sus espaldas, contemplando ante ella a la gran cantidad de aparatos polvorientos que allí había instalados.

- ¡Esto esta lleno de generadores! ¿Cómo coño sé cual es el principal?- preguntó Thanya nerviosa.

- El generador principal suele estar en el centro de la sala y es más grande que el resto. Thanya, cariño... debes relajarte. No tienes que presentar miedo ante ella.- dijo John refiriéndose a la cambiapieles.

Thanya resopló varias veces con sus ojos cerrados, tratando de relajarse. Pero el llanto espeluzante de aquella mujer seguía taladrando sus tímpanos.

- ¡No puedo tranquilizarme! ¡Estoy escuchando a una mujer llorando!- gritó Thanya.

John, Zack, Connor y Eve se miraron entre ellos. Aquello que les había dicho Thanya tenía muy mala pinta.

- Es cosa de tu mente.- dijo Eve tratando de sonar convincente.- No le hagas ni caso.

- Que fácil es decirlo...- dijo Thanya comenzando a caminar.

A sus espaldas sonaban palabras de ánimo de su familia, pero la joven Mason trató de aislarse de todas aquellas voces y centró sus sentidos en encontrar aquel generador.

Aquella sala tenía varias bombillas colgadas de tu techo. La mayoría de ellas estaban rotas y sus cristales cubrían el suelo. Además, las pocas bombillas que estaban enteras no funcionaban, por lo que Thanya tenía que guiarse por aquel enorme entramado de generadores tan solo con su móvil.

La sala estaba compuesta por largas hileras de generadores, las cuales dejaban un amplio hueco entre ellas, por el cual caminaba lentamente Thanya, observando uno a uno los generadores.

- Vamos, vamos, vamos.- decía Thanya tratando de autoanimarse.

De pronto, Thanya notó como una sombra pasaba por su espalda a una gran velocidad y al girarse observó como la bombilla que se encontraba encima suya se tambaleaba lentamente. Algo había pasado por detrás suya, mientras todavía escuchaba el llanto desgarrador de una extraña mujer.

Thanya se giró de nuevo y comenzó a andar, tratando de aislar de su cabeza todo aquel miedo. Terminó de recorrer la primera hilera de generadores, por lo que giró hacia su izquierda y se introdujo en la segunda. Al igual que la primera, esta estaba llena de polvorientos generadores idénticos entre si. De momento, no había rastro del generador principal.

- ¡Joder!- gritó Thanya, la cual estaba cada vez más desesperada.

Siguió avanzando durante unos pocos metros, hasta que sin motivo aparente, la linterna de su móvil se apagó.

- No, no... ¡No!- gritó Thanya golpeando su móvil.

Poco a poco, comenzaron a escucharse unos pesados pasos, los cuales parecían que andaban a unos metros de Thanya. Cada segundo que pasaba, aquellos pasos se escuchaban más cerca de Thanya, la cual se agachó y resguardó detrás de uno de los generadores.

Aquellos pasos sonaban muy pesados y lentos, haciendo que el terror se apoderara de Thanya. Sonaban muy cerca, tanto que parecía que aquello a lo que los pasos pertenecían estaba justo a su lado.

Y de pronto, un demoledor y agobiante silencio sepulcral. Ni un solo paso se escuchaba, ni siquiera aquel llanto femenino.
Thanya aguantaba la respiración lo máximo que podía, tratando de no hacer ni el más mínimo sonido.

Pasaron largos e interminables segundos, durante los cuales Thanya sentía como su corazón se salía de su pecho. Parecía que aquel infierno no tendría fin, hasta que sucedió algo que hizo que Thanya deseara que la tierra le tragase.

La linterna de su móvil, la cual poco tiempo antes había dejado de funcionar, se encendió de golpe, alumbrando de nuevo aquel lugar. Thanya trató de tapar la luz con sus manos, pero no fue lo suficientemente rápida. Si algo la estaba siguiendo, ahora aquel ser sabía donde se escondía. Pero por suerte para ella, no se volvió a escuchar ni ver nada extraño. Se levantó de nuevo y alumbró detenidamente hacia el frente, tratando de asegurarse de que nada ni nadie se encontraba allí. Todo estaba despejado delante suya, pero al girarse, observó a una alta y delgada mujer, la cual la observaba con sus ojos inyectados en sangre. En los brazos de aquella mujer se hallaba una pequeña silueta, la cual se encontraba tapada por sábanas blancas. Un chillido agudísimo y estremecedor nació de los labios de aquella aparición, haciendo que Thanya cayera de culo.

Se giró lo más rápido que pudo y comenzó a correr a toda velocidad, hasta que llegó al final de la segunda hilera, para adentrarse en la tercera y última hilera.

El silencio volvió a reinar aquel lugar y Thanya se detuvo para recuperar el aliento. Se encontraba en la última hilera, así que el generador debía estar cerca. Ando lentamente, poniendo atención a todo lo que pasaba y se escuchaba a su alrededor. No escuchó nada ni vio nada, hasta que llegó hasta el final de la hilera. Pero lo que vio allí frente a ella hizo que su sangre volviera a congelarse. La búsqueda del generador se estaba conviertiendo en la más terrible de sus pesadillas.

De rodillas sobre el suelo, con el generador principal a sus espaldas, se encontraba la misma mujer que anteriormente se había encontrado de pie en la segunda hilera. Lloraba desconsoladamente, de la misma forma que Thanya había escuchado al entrar a aquella sala. Por fin había encontrado el origen de aquel escalofriante llanto, pero aquella mujer le impedía acceder al generador.

Comenzó a acercarse lentamente a ella, tratando de hacer el mínimo ruido con sus pisadas, mientras aquella mujer seguía llorando desconsoladamente. Conforme Thanya reducía la distancia entre ambas, comenzó a distinguir de nuevo una pequeña silueta en los brazos de la mujer, la cual seguía llorando a raudales.

Siguió acercándose mediante pequeños pasos, tratando de averiguar que era aquello que la aparición sostenía en sus brazos, hasta finalmente se acercó lo suficiente como para ver que se trataba de un pequeño e inmóvil bebé recien nacido.

Ahora que la tenía mucho más cerca, Thanya pudo observar detenidamente a aquella aparición y observó que sus blancas ropas estaban cubiertas de sangre. Además, aquella mujer sostenía un pequeño cuchillo en una de sus manos.

Pero sin duda, lo que Thanya vio al observar fijamente al bebé fue lo que hizo que su alma se partiera en dos y sintiera una profunda angustia. Aquel bebé, tenía su diminuto pecho cubierto por la sangre y se podían observar en él varios orificios, los cuales seguramente habían sido causados por el cuchillo que sostenía la mujer.

Aquella siniestra aparición, la cual seguía llorando de rodillas, parecía sostener en sus brazos al cadáver de su recién nacido hijo, mientras en una de sus manos sujetaba un ensangrentado cuchillo. Parecía que ella misma había asesinado a su propio bebé mediante profundas puñaladas.

 Parecía que ella misma había asesinado a su propio bebé mediante profundas puñaladas

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